Las claves
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Hasta fecha reciente, se consideraba que los ejercicios de resistencia o 'cardio' -correr, nadar o hacer bicicleta- eran los más adecuados para perder grasa y reducir el riesgo cardiovascular general. Sin embargo, las últimas evidencias apuntan a una situación más compleja.
Un reciente trabajo publicado en el Journal of Sport and Health Science buscó discernir qué tipo de ejercicio sería preferible para prevenir la diabetes y la obesidad. Y, como sugerirían los hallazgos preclínicos de los investigadores del Instituto de Investigación Biomédica Fralin de Virginia Tech, la fuerza gana al 'cardio'.
El equipo liderado por el catedrático Zhen Yan de medicina del ejercicio, se compararon los efectos del ejercicio de resistencia o 'cardio' y los del ejercicio de fuerza en ratones alimentados con una dieta alta en grasas. Este modelo de patrón alimentario es ampliamente utilizado en investigaciones sobre obesidad, hiperglucemia y diabetes tipo 2.
Tanto correr como levantar pesas implica una quema de calorías y colaboran en la eliminación del exceso de azúcar circulante en sangre. Sin embargo, el entrenamiento de fuerza sería más eficaz para reducir la grasa subcutánea y visceral, mejorar la tolerancia a la glucosa y disminuir la resistencia a la insulina, todos ellos factores clave para la prevención y control de la diabetes.
"Todos queremos vivir una vida larga y saludable. Todos conocemos los beneficios del ejercicio regular", expone Yan. "Existe abundante evidencia en humanos de que tanto el ejercicio de resistencia, como correr, como el ejercicio de fuerza, como el levantamiento de pesas, son eficaces para mejorar la sensibilidad".
Para realizar una comparación directa y controlada, los investigadores construyeron un nuevo modelo de estudio: ratones que levantasen peso. Los ratones se dispusieron en jaulas especialmente diseñadas para acceder a la comida mediante una tapa abatible con peso.
Para comer, debían levantar la tapa mientras llevaban un pequeño collarín, lo cual provocaba un movimiento similar a una sentadilla que activaría las contracciones musculares de forma similar a los humanos cuando realizan ejercicios de fuerza. Además, esta carga se incrementó progresivamente a lo largo de varios días, imitando una progresión en un entrenamiento de fuerza humano.
En el grupo de ejercicio de resistencia o 'cardio', los ratones tuvieron acceso libre a una rueda de ejercicio, un modelo conocido y ya establecido en estudios previos. Por su parte, el grupo control se compuso de ratones sedentarios con una dieta normal o bien una dieta alta en grasas.
El ensayo duró ocho semanas, y se midió el aumento de peso, composición corporal y distribución de grasa. También se evaluó su capacidad de ejercicio mediante pruebas de cinta rodante, y se analizó su función cardíaca y muscular, además de medir regularmente sus niveles de glucemia o azúcar sanguíneo. Asimismo, también se analizó su tejido muscular esquelético para estudiar la señalización de la insulina a nivel molecular.
"Nuestros datos demostraron que tanto correr como levantar pesas reducen la grasa abdominal y subcutánea, y mejoran el control de la glucosa en sangre, con una mejor señalización de la insulina en el músculo esquelético. Es importante destacar que levantar pesas supera a correr en estos beneficios para la salud".
Los investigadores también observaron cambios en las vías de señalización en el músculo esquelético que podrían servir de base para nuevas terapias farmacológicas contra la diabetes tipo 2. Sin embargo, los beneficios del entrenamiento de fuerza no parecían explicarse por los cambios en la masa muscular ni en el rendimiento físico, lo cual sugeriría la existencia de otros mecanismos metabólicos únicos.
Finalmente, la propia Yan recuerda que, si bien las intervenciones farmacológicas como los agonistas de GLP-1 han demostrado ayudar a controlar la diabetes y potenciar la pérdida de peso, no pueden reemplazar los beneficios únicos y completos de un programa de ejercicio bien equilibrado.
"La conclusión principal es que, de ser posible, se deben realizar tanto ejercicios de resistencia como de fuerza para obtener el mayor beneficio para la salud", concluye Yan.
