Investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard han logrado frenar los efectos neurodegenerativos en un modelo de ratón modificado para simular la enfermedad de Alzheimer mediante orotato de litio. El estudio, que se publica en la revista Nature, atribuye el efecto protector sobre el cerebro de los ratones y la preservación de su memoria a la capacidad del litio para desagregar las placas amiloides, aunque advierten que debe confirmarse en seres humanos mediante ensayos clínicos.
El litio, que actúa sobre diversos neurotransmisores, se encuentra de forma natural en el cerebro. Los investigadores determinaron que su pérdida era uno de los cambios tempranos que permitían anticipar el proceso neurodegenerativo vinculado al alzhéimer. En los ratones con déficit de litio, observaron que la patología cerebral y el declive cognitivo se aceleraba, y que las placas formadas por la agregación de proteínas patológicas amiloides y tau típicas de la enfermedad eran capaces de capturarlo.
"En el trabajo liderado por Bruce Yankner observaron que se produce una disminución de litio en el cerebro de personas diagnosticadas con deterioro cognitivo leve, que frecuentemente precede al de enfermedad de alzhéimer", explica Jordi Pérez-Tur, investigador científico de Organismo Público de Investigación (OPI) en el Institut de Biomedicina de València del CSIC, en declaraciones a Science Media Centre. "También identificaron que el péptido Aβ puede reducir la disponibilidad de litio en el cerebro".
Con esa información, prosigue Pérez-Tur, los investigadores decidieron deciden ajustar la cantidad de litio en la dieta de ratones proclives a desarrollar características de enfermedad de alzhéimer. Reducirlo aumentó la cantidad de lesiones cerebrales. "Además, vieron que el uso de una sal de litio tenía un efecto positivo, no solo en relación con la enfermedad de alzhéimer (los ratones tenían menos problemas de memoria y lesiones) sino también en ratones sanos de cierta edad".
¿Es por tanto el metabolismo del litio el 'santo grial', en palabras del investigador, que se busca en la lucha contra el alzhéimer? Aunque se trata de la demencia más frecuente vinculada a la edad, "es un misterio en cuanto a sus causas moleculares", recuerda Pérez-Tur. Los síntomas se asocian a dos factores. El primero son "las placas seniles formadas fundamentalmente por el péptido Aβ".
La segunda ocurre en el interior de las neuronas, en donde se agrega la proteína tau modificada químicamente por la adición de grupos fosfato. "Estas dos lesiones, que en el tiempo aparecen la segunda tras la primera, generan el suficiente daño a nivel neural como para que muerte celular se vaya extendiendo en el cerebro y acabe teniendo las manifestaciones visibles de la enfermedad".
En el ensayo, los investigadores observaron que corregir el déficit de litio en los animales mediante la dieta logró alterar el curso de la enfermedad, algo que "hasta ahora solo han conseguido algunos tratamientos y durante tiempos relativamente cortos", apunta el experto. Más aún, "esta intervención con la sal de litio no solo parece retrasar o evitar la aparición de las lesiones de tipo alzhéimer en el cerebro de los ratones, sino que puede incluso contribuir a eliminar las existentes".
Aunque el litio ya se emplea para trata otras afecciones neurológicas, como el trastorno bipolar, los especialistas llaman a la cautela. "No hay que caer en un excesivo optimismo e incorporar el litio a la dieta de manera indiscriminada e incontrolada. Este trabajo es un primer paso de un camino que ha de abordarse de manera rigurosa con las herramientas de la mejor ciencia que somos capaces de desarrollar los seres humanos", insiste Pérez-Tur.
El investigador recuerda que los modelos animales pueden dar resultados muy diferentes a los ensayos con pacientes, y todavía queda por establecer qué dosis son seguras, así como determinar los efectos secundarios. No obstante, "el uso de este metal en el tratamiento de una condición neurológica permite albergar esperanza de que esta última parte será relativamente rápida".