El cáncer de mama triple negativo se considera el subtipo más letal de un tumor del que se diagnosticarán aproximadamente 37.600 nuevos casos para este año en España.
Los oncólogos ya reconocen que, pese a que "ahora hay un poco más de calma", siempre es "un palo" recibir este diagnóstico, y sobre todo si se trata del de cáncer de mama triple negativo.
La supervivencia suele estar por debajo del promedio nacional para este cáncer porque, como su propio nombre indica, no expresa ninguno de los tres receptores habituales (estrógeno, progesterona y la proteína HER2).
Al no conocer sus puntos débiles, hay menos posibilidades de avanzar en los tratamientos de un subtipo que representa alrededor del 15% de todos los casos de cánceres de mama de nuestro país.
La combinación de la alta agresividad y la falta de tratamientos también hace que haya una mayor probabilidad de recaída, aunque puede que se reduzca en unos años.
Y es que un grupo de investigadores españoles ha logrado erradicar la recaída del cáncer de mama triple negativo. La 'letra pequeña' de este hallazgo es que se ha conseguido en modelos preclínicos.
Pero como explica a EL ESPAÑOL Borja Ruiz-Fernández de Córdoba, autor del citado trabajo e investigador postdoctoral en la Universidad de California en San Francisco, "la idea es empezar con pacientes en 2026".
En estos ensayos clínicos debe garantizarse que el tratamiento y la estancia hospitalaria sea gratis para el paciente, por lo que "el factor más limitante es el económico".
Metástasis, el mayor problema
El científico navarro confía en que para el próximo año ya puedan comenzar a probar en pacientes si se evita la recaída con el bloqueo farmacológico de ENPP1, la molécula que precisamente la favorece tras la extirpación del tumor.
Será entonces también cuando comprueben si aumenta la eficacia de la radioterapia, como ha sucedido en el ensayo preclínico.
Esta mejora se ha dado tanto en el tumor primario como en las metástasis, que es "el mayor problema" del cáncer de mama triple negativo a día de hoy.
Resulta tan altamente metastásico desde las fases más tempranas de la enfermedad que incluso en estadio 1 ya puede haberse iniciado el proceso metastásico.
Se estima que a los cinco años del diagnóstico sólo sobreviven el 11% de las mujeres con cáncer de mama triple negativo metastásico.
El tratamiento que ha demostrado una mejoría para estas pacientes es la combinación de quimioterapia con inmunoterapia. Recientes estudios, también con participación española, lograron que la supervivencia media se incrementase en siete meses.
Impacto en otros cánceres
En el caso de la estrategia terapéutica desarrollada por los científicos del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN), aún se desconoce si se podría aplicar a otros subtipos.
A diferencia del cáncer de mama triple negativo, los tumores luminales o de tipo HER2 suelen ser más estables debido a su biología molecular.
La terapia sí que podría responder "de una forma muy similar" en otros cánceres, especialmente en aquellos que son cromosómicamente inestables, pues es donde se expresa ENPP1.
Ruiz-Fernández de Córdoba, junto con sus excompañeros del CCUN con los que ha publicado el estudio.
Esta molécula también podría tener "un impacto muy grande" en el campo de los tumores pediátricos.
De ahí que Ruiz-Fernández de Córdoba haya decidido centrar su etapa como investigador postdoctoral en el osteosarcoma, un cáncer agresivo en niños y adolescentes.
También es el mayor tumor conocido que existe en cuanto a inestabilidad cromosómica. Esto significa que "son altamente invisibles al sistema inmune y muy resistentes a todas las terapias".
Las más habituales suelen ser las quimioterapias, que se caracterizan por ser "extremadamente agresivas". "No sé ni cómo la soportan por su alta toxicidad", dice Ruiz-Fernández de Córdoba.
Para él, que sea un cáncer con una tasa de supervivencia baja supone "una presión", aunque al mismo tiempo es una motivación: "Cualquier avance, por mínimo que sea, ayudaría a niños que tienen toda la vida por delante".
Los olvidados cánceres pediátricos
Por ello no comprende que haya quienes puedan desconfiar de las terapias que ya hayan sido aprobadas.
Y es que precisamente en Navarra, donde este investigador nació hace 31 años, un padre ha sido condenado recientemente por negarse a que su hijo recibiera el tratamiento médico contra el osteosarcoma.
El menor, de 17 años, falleció en 2022, pese a que el padre alegó que había recibido "un tratamiento alternativo", sobre el que no aportó ninguna prueba.
Para "evitar que los pacientes recurran a terapias pseudocientíficas, el objetivo debería ser dar más acceso a ensayos clínicos".
El problema, en el caso de los tumores pediátricos, es que "no cuentan con una gran financiación, tanto en España como en todo el mundo".
Además del osteosarcoma, Ruiz-Fernández de Córdoba también se encuentra investigando actualmente acerca del sarcoma de Ewing.
Tras años de espera, y gracias a lo recaudado por el muñeco diseñado por Elena Huelva, la joven que falleció por esta enfermedad, en España se va a poder abrir el ensayo europeo Inter Ewing 1, con el que se busca avanzar en los tratamientos.
"Poco dinero" al laboratorio
Ruiz-Fernández de Córdoba cree que esta falta de apoyo puede deberse a que "nos movemos por lo que genera más impacto social", además de que se invierte más en lo que tienen una mayor incidencia.
Los tumores pediátricos no parecen cumplir con ninguno de estos dos requisitos. Aunque no son los únicos en los que sería necesario más inversión.
"Justo hoy he visto una estadística en la que se muestra que alrededor del 90% de los proyectos en España son de menos de 50.000 euros. Con ese dinero no da para investigar absolutamente nada", recrimina el investigador.
"Es más", prosigue, "por mucho que los diferentes gobiernos nos dicen que cada vez se invierte más, no es la realidad. No se invierte prácticamente nada en ciencia".
Entiende que "lo que hace falta es un Pacto de Estado" en el que se incluya a los dos grandes partidos en España para que apuesten "de verdad" por la investigación.
Valora, no obstante, que nuestro país sea uno de los mejores del mundo — en proporción— en cuanto a publicación científica se refiere.
En su caso, y a diferencia de otras "muchas personas que hacen su tesis doctoral en España y terminan abandonando la carrera investigadora", ha podido continuarla en Estados Unidos.
Y pese a que la administración Trump haya recortado en instituciones científicas del país, en el grupo de investigación de Ruiz-Fernández de Córdoba en la Universidad de California en San Francisco no parece haberse notado.
El científico navarro ha centrado su etapa como investigador postdoctoral en osteosarcoma y sarcoma de Ewing.
Todo lo contrario. Según le ha reconocido su jefe, Alejandro Sweet-Cordero, han tenido uno de los mejores comienzos de año en lo que respecta a la financiación.
Aun así, tiene intención de volver a España para poder montar su propio laboratorio y seguir investigando sobre los tumores cromosómicamente inestables.
Se 'conformaría' con que a lo largo de todo lo que le queda de trayectoria lograse poder curar a un paciente de cáncer con sus investigaciones.
Al final, es ese el motivo por el que este farmacéutico de formación tomó la decisión de especializarse en oncología: "Tuve un amigo, de mi misma edad, que perdió muy joven a su madre por un cáncer".
