En España, las taquicardias se manifiestan principalmente a través de arritmias como la fibrilación auricular (FA), que representa una preocupación creciente en salud pública debido al envejecimiento de la población y a otros factores. Según el estudio OFRECE, promovido por la Sociedad Española de Cardiología, la prevalencia de FA en la población española mayor de 40 años es del 4,4%, aumentando al 17,7% en mayores de 80 años. Se estima que más de un millón de personas en España padecen esta arritmia, y alrededor de 90.000 casos podrían estar sin diagnosticar.
En ocasiones, es necesario tomar medicación cuando sentimos que el corazón acelera su ritmo más de lo normal. Pero no siempre es así. Sobre ello, ha hablado el cardiólogo Aurelio Rojas en un vídeo en su cuenta de Instagram. “Si sientes palpitaciones, ansiedad o el corazón acelerado sin motivo, no siempre necesitas una pastilla. A veces lo que necesitas está en tu plato”.
Para ilustrarlo, ha comentado el caso real de una paciente que le visitó en su consulta. “El otro día una paciente vino con taquicardias nocturnas, estaba cansada, con estrés y con déficit ocultos. En electro no detecta. La clave estaba en lo que comía, o mejor dicho, en lo que no comía”. Por ese motivo, en la breve pieza audiovisual ha explicado cuáles son, a su juicio, “los tres mejores alimentos que han demostrado científicamente calmar tu ritmo cardíaco”.
El primer lugar de este podio lo ocupa el aguacate. Rojas destaca que el aguacate es "rico en magnesio, potasio y ácidos grasos monoinsaturados", lo que "ayuda a que tu corazón bombee con ritmo y sin esfuerzo". Además, este fruto contiene ácido oleico, una grasa saludable que contribuye a reducir los niveles de colesterol LDL y a mejorar la salud cardiovascular.
En segundo lugar, el especialista señala las espinacas. Según Rojas, estas hortalizas son "riquísimas en magnesio y folatos", y "regulan el sistema nervioso autónomo y previenen extrasístoles y arritmias leves". Además, su alto contenido en potasio y antioxidantes las convierte en un alimento beneficioso para la salud del corazón.
El tercer lugar lo ocupa el kéfir natural. Con muchas similitudes con el yogur, se trata de una bebida fermentada que, según Rojas, contiene "probióticos y triptófano", lo que "mejora la microbiota y la producción de serotonina, lo que reduce enormemente la hiperactividad cardíaca por estrés". Además, los probióticos presentes en el kéfir pueden ayudar a equilibrar la flora intestinal y a reducir el estrés, factores que influyen en la salud cardiovascular.
El efecto del estrés
En otro vídeo, el cardiólogo Aurelio Rojas advertía de un dato preocupante: "Las personas con estrés tienen un 40% más de probabilidades de desarrollar problemas cardíacos y una esperanza de vida tres años menor que el resto". Lo cierto es que tanto el estrés como la ansiedad pueden provocar un aumento de la frecuencia cardíaca, lo que se conoce como taquicardia sinusal.
Esta afirmación es corroborada por la Fundación Española del Corazón, que explica que el estrés es una reacción fisiológica del cuerpo ante situaciones percibidas como amenazantes, activando el sistema nervioso simpático y liberando catecolaminas como la adrenalina. Este proceso prepara al organismo para una respuesta de "lucha o huida", elevando la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
En casos extremos, el estrés agudo puede incluso desencadenar el síndrome de Tako-Tsubo, también conocido como "síndrome del corazón roto". Esta condición, más frecuente en mujeres posmenopáusicas, provoca una disfunción temporal del ventrículo izquierdo del corazón, con síntomas similares a los de un infarto. Aunque suele ser reversible, puede tener consecuencias graves si no se identifica y trata adecuadamente.
Para mitigar los efectos del estrés en la salud cardiovascular, la Fundación Española del Corazón recomienda técnicas de relajación como la respiración por coherencia cardíaca. Además, adoptar hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada -con el protagonismo de los alimentos señalados por Rojas- y la práctica regular de ejercicio físico, puede contribuir significativamente al bienestar del corazón.