Los casos de cáncer de mama van en aumento en todo el mundo. En 2022 hubo 2,3 millones de nuevos diagnósticos, y se produjeron 670.000 muertes por este motivo. Para 2050, los casos habrán aumentado un 38% y la mortalidad un 68%, según una nueva proyección que publica Nature Medicine. Sin embargo, los autores advierten de una importante brecha: las muertes por este cáncer están descendiendo en países prósperos como España pese al aumento de casos, mientras que los países en desarrollo sufren el mayor impacto de mortalidad.
A día de hoy, el cáncer de mama sigue siendo el más diagnosticado en las mujeres a nivel global: una de cada 20 lo sufrirá, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dada su prevalencia, también es la primera causa de muerte por carcinoma en pacientes femeninas: una de cada 70 diagnisticadas fallecerá. Por estos motivos, la OMS encargó en 2021 a la Iniciativa Global del Cáncer de Mama (GBCI por sus siglas en inglés) marcar un objetivo de reducción anual de la mortalidad: un 2,5% cada año.
Sin embargo, según un trabajo a cargo de Miranda Fidler-Benaoudia y su equipo de los servicios sanitarios de Alberta, Calgary (Canadá), únicamente siete países lo han conseguido: Malta, Dinamarca, Bélgica, Suiza, Lituania, Países Bajos y Eslovenia. Otros siete están cerca de lograrlo: Noruega, Suecia, Irlanda, Australia, Reino Unido y Nueva Zelanda. Aunque España ha registrado un descenso de la mortalidad en la última década, queda lejos de la meta de reducción.
Las muertes cáncer de mama en nuestro país han caído un 2% anual en el caso de de las pacientes menores de 50 años, pero quedan rezagadas en el grupo de pacientes mayores. España se mantiene así en el grupo de países con una elevada puntuación en el Índice de Desarrollo Humano (HDI) que no alcanzarán el objetivo de la OMS a corto plazo, junto con Italia, República Checa, Estados Unidos y Canadá. Como dato positivo, compartimos con Noruega el dato más bajo de Europa de riesgo acumulado de mortalidad a partir de los 75 años, que es del 1,1%. El más alto es el de Montenegro (2,5%).
Una explosión de nuevos casos
Únicamente tres países han conseguido reducir la incidencia del cáncer de mama: Argentina, Alemania y Dinamarca. Los autores apuntan no obstante a que se trata de un artefacto estadístico: tras la implantación de programas de cribado, se tiende a producir un 'pico de prevalencia' en el que se detectan numerosos casos preexistentes en mujeres mayores de 50 años, seguido de una caída cuando la tasa anual se normaliza. "Es improbable que este descenso vaya a continuar", escriben.
Al contrario, el incremento de la incidencia en los países desarrollados se está disparando: Francia ostenta el récord mundial, con una de cada nueve mujeres en riesgo de sufrir cáncer de mama a lo largo de su vida, seguida de EEUU y Canadá, con una de cada diez. Los motivos, recogen los autores, van de los factores que predisponen a sufrir cáncer de formar genérica -sedentarismo, sobrepeso, alcohol y tabaquismo- a los específicos de los tumores de mama.
Estos incluyen los potenciales efectos negativos de la maternidad tardía o la ausencia de ella, el hecho de no dar el pecho o las terapias de reemplazo hormonal para la menopausia, factores vinculados a la carcinogénesis. Por otro lado, el GBCI establece tres condiciones para la reducción de la mortalidad. Incluye la detección temprana, con un 60% de diagnósticos en primera o segunda fase; la puntualidad del diagnóstico, con un 80% de resultados antes de dos meses; y manejo terapéutico integral, con el 80% de los tratamientos completados.
Allá donde no se cumplen estas tres condiciones, las pacientes tienen menores probabilidades de sobrevivir. Fiji encabeza esta triste clasificación, con un cáncer mortal de cada 24. En África, la media es de una muerte por cada 47 casos. Los autores urgen a invertir en todos los aspectos del Desarrollo Humano -calidad de vida, educación, longevidad- y específicamente en las políticas y equipamiento para el disgnóstico temprano y tratamiento. De lo contrario, la inequidad en la supervivencia será una brecha mundial que seguirá aumentando.