Aunque el plan antitabaco que el Ministerio de Sanidad aprobará en el pleno del Consejo Interterritorial no tiene el consenso suficiente, los médicos ya vislumbran el siguiente paso: prohibir vender tabaco a los jóvenes para siempre.
El documento que el Gobierno ha planteado a las autonomías ha incluido 147 de las 157 enmiendas planteadas por los organismos territoriales. Sin embargo, solo se han adherido al mismo cinco comunidades autónomas: Cataluña, Canarias, País Vasco, Navarra y Asturias.
El Plan Integral de Prevención y control del Tabaquismo 2024-2027 incluye las demandas de los médicos planteaban a corto plazo: crear espacios libres de humo, aumentar la carga fiscal de los productos relacionados con el tabaco, fomentar el empaquetado genérico y extender el acceso a las terapias antitabaco.
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Todas estas medidas figuran en la 'Declaración endgame del tabaco en España 2030', una iniciativa firmada en 2022 por más de medio centenar de sociedades médicas, asociaciones de pacientes y de consumidores, entre otros actores interesados.
El objetivo de la misma buscaba reducir la prevalencia del consumo de tabaco en nuestro país al 5% en el año 2030 (el 33% de la población fuma diariamente) y al 2%, como máximo, en 2040.
Sin embargo, han quedado fuera otras propuestas recogidas por la declaración, como la eliminación de las máquinas expendedoras de tabaco y la restricción de la venta de esos productos a los estancos.
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A medio plazo, los médicos firmantes buscaban medidas más ambiciosas, como la reconversión industrial del sector tabaquero en España y la medida más polémica de todas: la "restricción lo más exhaustiva posible de la adquisición de tabaco o nuevas formas de consumo a todas aquellas personas nacidas en 2007 y en adelante". Es decir, que las nuevas generaciones no puedan comprar tabaco nunca.
A pesar de que puede parecer una medida impactante, ya hay zonas donde se ha puesto en marcha. Nueva Zelanda aprobó en 2022, después de años de debate, la prohibición de su adquisición y consumo a personas nacidas a partir de 2009, con el objetivo de ser un país libre de humo en 2025.
En la ciudad estadounidense de Brookline, la ordenanza municipal prohíbe desde 2021 comprar cualquier producto relacionado con el tabaco a los nacidos a partir del 1 de enero del 2000.
La medida fue retada en los tribunales, pero el Tribunal Supremo del estado de Massachusetts, donde se ubica este municipio de 62.000 habitantes, ha ratificado la legalidad de la norma.
Una hoja de ruta
"Estamos hablando de una generación sin humo", señala a EL ESPAÑOL el presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), Francisco Salvador Pascual. "Habrá que ver si tiene encaje legal, pero es algo que debemos planteárnoslo y explorar".
Pascual, que es especialista en drogodependencias y trastornos adictivos, explica que "el tabaco puede aportar a las economías de algunas personas o lobbys, pero si algo no aporta nada a la sociedad en términos de salud hay que tomar medidas drásticas".
No ve problemas en que la nueva ruta antitabaco en España se haya aprobado sin consenso entre las comunidades. "Es una lástima que algo que va en favor de la salud de los ciudadanos no salga por consenso, pero el plan es necesario y lo vamos a seguir apoyando".
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El médico recuerda que se trata de una hoja de ruta "con unas líneas maestras que no van al detalle", algo que posteriormente será definido mediante una ley. "Es en este recorrido donde se puede dañar".
Por eso, que el plan se haya dejado de forma abierta "para matizar el máximo consenso y el máximo apoyo científico no está mal. Todos tenemos en la cabeza [la prohibición de fumar en] las terrazas, el coche o los espacios deportivos. Algunas cosas caerán por su propio peso, pero si no hay un acuerdo está bien dialogar".
De estar en la cola a ponerse en cabeza
Por su parte, Carlos Rábade, el coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), destaca el consenso de este plan, en el que las sociedades médicas tuvieron un gran protagonismo a la hora de plantear sus propuestas".
"Si se frustra, sería una pena", advierte. El nuevo plan llega dos años después de que se cerrara el anterior, que nunca llegó a aprobarse. Ahora, "tenemos la oportunidad de que España sea un país pionero en el control del tabaquismo y no estar en la cola como actualmente".
Frente a las voces que hablan de pérdida de libertad o del negativo impacto económico de las nuevas medidas, el neumólogo explica que el tabaquismo "genera grandes costes a los sistemas de salud todos los días".
Se estima que unas 50.000 personas mueren cada año como consecuencia del consumo de tabaco. El 33,1% de las mismas lo hacen por cáncer de pulmón (la primera causa de muerte atribuible al tabaquismo), seguido de las enfermedades cardiovasculares (27%) y las respiratorias (23%).
Rábade, explica, se "conforma con que [este plan] se ponga en marcha, se aplique en todas las comunidades autónomas y todos los españoles tengan la misma protección frente al tabaquismo".
Pascual confía, además, en que pueda plantearse la prohibición en un próximo debate. "Lo que puede parecer más difícil al final puede resultar más fácil si lo hacemos explicable: una prohibición no gusta a nadie si la planteas como tal, pero si has hecho un trabajo previo de información para saber el porqué de las cosas es más fácil".
Pone el ejemplo de la colonoscopia. "A nadie le gusta que le metan un tubo, pero si explicas que es para prevenir el cáncer de colon, la gente lo va a entender".
Por eso cree que podremos ver un futuro sin tabaco. "Entiendo que ahora no es el momento, pero estoy convencido de que, en unos años, cuando el plan se aposente, pasará lo mismo que con la ley antitabaco de 2010: tendremos asumidas cosas que hasta este momento nos parecían raras".