La idea de que el cannabis es una herramienta útil para mejorar la creatividad ha acompañado a decenas de profesiones a lo largo de los años, desde músicos a literatos. Conocidas son las declaraciones de Steve Jobs asegurando que esta sustancia conseguía relajarle e incrementar dicha cualidad. No obstante, no existe evidencia científica que pruebe esta unión. Es más, una reciente investigación sugiere, incluso, que sería un mero mito.

Así lo asegura un trabajo publicado en la revista Journal of Applied Psychology y que ha analizado dicho aspecto en una muestra de 331 habitantes del estado de Washington, donde el uso recreativo del cannabis está permitido desde 2012, para mayores de 21 años y con un límite de posesión de 28,5 gramos de planta.  "El cannabis se legalizó en Washington hace unos años, pero ha sido un tema ignorado para la psicología aplicada", explicaba uno de los autores del estudio, Christopher Barnes, al portal especializado Psypost.

Así pues, junto a sus colegas, decidió comprobar algunos de los efectos cognitivos que tiene esta droga, empezando por ver qué de verdad hay en el tópico de que el consumo de cannabis aumenta la creatividad, dado que, como indica el investigador, esto es algo que ha sido "aceptado socialmente".

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Quizá, a este mito han contribuido, aparte de Jobs, artistas como The Beatles o Bob Dylan. De hecho, cuando Paul McCartney reveló que había superado su adicción, también comentó que fue el artista norteamericano el que les dio su primer porro. Fue la noche en que se conocieron y, desde entonces, para el cantante fue un gran vicio, hasta el punto de que le dedicó una canción. "Cuando escribí Got to Get You Into My Life estaba sumergido en la marihuana. Nunca lo pasé mal con ella y me pareció que me abría la mente. La canción habla sobre eso, no está dedicada a una persona en particular, sino a la marihuana", confesó en el libro de Barry Miles, Paul McCartney: Many Years from Now.

Sin embargo, la conclusión del estudio es todo lo contrario a la frase de McCartney. Al parecer, el cannabis no te hará ni más ni menos creativo. Para llegar a ella, el equipo de investigadores realizó dos estudios diferentes. En uno de ellos, los participantes debían enumerar todos los usos que se le podrían dar a un ladrillo. En el otro, tenían que imaginar que estaban trabajando en una empresa de consultoría y generar ideas para aumentar los ingresos de un cliente.

Creatividad autopercibida

Los niveles de creatividad de las respuestas fueron calificados por un equipo de evaluación independiente, a los que les había otorgado una guía unificada para puntuar las ideas, basadas en la utilidad de éstas y en cómo de únicas eran. El resultado fue que, si bien aquellos que habían consumido 15 minutos antes de la prueba eran más propensos a declararse más felices y alegres y a clasificar sus propias ideas como más creativas, los evaluadores consideraron que sus ideas eran iguales que las del grupo de control [aquellos que no habían consumido antes de la prueba].

"Lo que afirma este estudio concuerda con algunos anteriores que nos dicen que el cannabis mejora la autopercecpción de la originalidad y de la creatividad", explica a EL ESPAÑOL Otger Amatller, psicólogo, miembro del equipo de dirección del Máster de Drogodependencias de la Universidad de Barcelona y coordinador de LasDrogas.info, un proyecto de información y sensibilización sobre drogas respaldado por la Fundación Salud y Comunidad.

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Como comenta el experto, estudios anteriores han llegado a esta conclusión, como el publicado en 2015 en la revista Psychopharmacology. Éste llegó más allá en sus conclusiones sugiriendo que, mientras que el consumo de una dosis baja de cannabis (5,5mg) no tenía ningún efecto significativo en la capacidad creativa de las personas, una dosis alta (22mg) afecta negativamente al pensamiento divergente, es decir, aquel que permite relacionar ideas y procesos para hallar alternativas originales a la resolución de un problema. 

Amatller, de hecho, incide en que los estudios que han encontrado una relación positiva entre cannabis y creatividad, aunque sea autoinformada, siempre miden dosis bajas de consumo: "Hay evidencias de que un alto grado de consumo de cannabis o el hacerlo con mucha regularidad distrae más que generar creatividad".

El huevo o la gallina

Una investigación más reciente editada en la revista Consciounsness and Cognition, sobre los mecanismos subyacentes que explican el aumento de la creatividad en consumidores de cannabis, determinó que esto se puede asociar a que el consumo de esta sustancia está relacionado con las características de las personas usuarias de cannabis, más extrovertidas y más abiertas a la experiencia.

"La relación entre el cannabis y la creatividad es un poco la del huevo y la gallina, en el sentido de que las personas más creativas también están más abiertas a consumir cannabis", refiere Amatller, que prosigue: "Una cosa es que no haya una relación asociativa entre ambos fenómenos y otra que podamos decir que hay una relación causa efecto. Esto, de momento, no lo podemos apoyar, porque necesitamos datos más concluyentes".

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Todos los estudios mencionados admiten que hace falta más trabajo en este campo, además de que, como aclara el psicólogo, la creatividad es "un concepto muy difícil de medir". También está el hecho de que la ilegalidad de la sustancia en muchos países hace complicado realizar estudios sobre ella.

La evidencia alrededor del cannabis se centra más en los efectos neurotóxicos que puede causar, llegando a derivar en problemas psiquiátricos. Por ejemplo, un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSISC) publicaba en 2014 un trabajo que demostraba que el consumo excesivo de cannabis puede producir alteraciones del sistema nervioso comparables a la psicosis y la esquizofrenia. "No hay ningún psiquiatra en el mundo que no haya visto un brote psicótico por cannabis a lo largo de su vida", advertía hace poco a EL ESPAÑOL Rosa Molina, psiquiatra del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid.

'La droga soy yo'

En esta línea puede utilizar el ejemplo de Pablo Picasso, que durante su periodo rosa (París, 1904-1907) comenzó a consumir opio y hachís en casa de unos amigos. En la biografía Pablo Ruiz Picasso, escrita por Patrick O'Brian, se menciona que el artista llegó a sufrir desagradables alucinaciones a causa de esto.

"Las drogas siempre han estado muy vinculadas a la parte artística", continúa Amatller, que deja claro que, aunque el efecto de distorsión de la realidad del cannabis puede llegar a dar lugar a ideas creativas, la ejecución que se precisa para llevarlas a cabo suele precisar de los cinco sentidos. Así, aunque es habitual pensar que algunas obras han sido realizadas bajo los efectos de las drogas, no suele ser así.

Como anécdota, están las palabras del guía del Museo de Dalí en Figueras, que en una entrevista para el diario Hoy confesó que, delante de algunos cuadros del artista, es muy reiterativa la pregunta sobre si tomaba drogas. "Yo les recuerdo lo que él mismo decía: 'no tomo drogas. La droga soy yo'".