La quinta ola del coronavirus ha sido la de los jóvenes, eso nadie lo discute. Entre los menores de 29 años, el Covid-19 afecta de formas muy dispares, pero los contagios y las hospitalizaciones se han disparado respecto a las anteriores oleadas del SARS-CoV-2.

El Instituto de Salud Carlos III ha cambiado en un par de ocasiones la forma de medir la progresión de la pandemia, por lo que se hace difícil comparar directamente el efecto en las distintas franjas de edad entre una y otra ola, pero la sensación entre los pediatras es que los contagios y las hospitalizaciones se han disparado respecto a otros momentos álgidos de la Covid-19 en nuestro país.

"Si bien la mayoría de los casos son moderados e incluso asintomáticos, no se puede obviar que los 932.102 casos que se han producido en niños y adolescentes hasta los 19 años, más de 5.000 han precisado ingreso hospitalario, con más de 200 ingresos en UCI y 25 fallecimientos" afirma Belén Aguirrezabalaga, pediatra de atención primaria en Gijón y responsable del grupo de vacunas de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria, Sepeap. En las primeras olas, el número de hospitalizados en las edades más tempranas apenas se elevaba por encima de mil.

"Habitualmente, durante el verano las infecciones virales pediátricas descienden notablemente al terminar el periodo escolar donde se concentran los contagios", explica. Sin embargo, este año, al finalizar un curso con medidas de contención del contagio muy firmes y relajar las restricciones en general "se ha producido un aumento de los casos en las edades pediátricas que forman parte de la adolescencia. A partir de los 12 años es donde se ha notado el aumento de casos, por razones evidentes de socialización en periodo vacacional, unido a una disminución en las restricciones".

Y apunta que, si los contagios en edad pediátrica se producían fundamentalmente en los hogares, esto ha cambiado en el verano "ya que las edades pediátricas contagiadas (los adolescentes) lo han sido en el ámbito de la relación social".

Alta positividad en las PCR

Desde el hospital comparten esta visión. Paula Vázquez, coordinadora de urgencias pediátricas en el Hospital Universitario Gregorio Marañón y presidenta de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, confirma esa sensación de excepcionalidad.

"Ha sido la mayor de las cinco olas de coronavirus. Hacíamos PCR y el 55% de las veces daba positivo". Para interpretar qué significa este dato, baste decir que el porcentaje de pruebas diagnósticas positivas entre todas las realizadas para que este indicador figure como de riesgo muy alto es del 15%.

Al igual que su compañera, Vázquez atribuye gran parte de este aumento a la relajación de las medidas. "La mayoría de los niños fueron a campamentos, donde hubo una gran incidencia". Y comenta con cierta pesadumbre: "No sé si deberían haberse limitado los campamentos".

España no es el único país donde los menores han sido los protagonistas. En Estados Unidos, varios expertos han alertado del número de ingresos de niños por Covid, el mayor de toda la pandemia. Tanto, que los hospitales pediátricos norteamericanos están colapsando, advierten los especialistas.

La vacunación ha arrastrado el nicho del SARS-CoV-2 de las personas mayores de 40 años hacia los más jóvenes. Movido por esa presión inmunitaria, el coronavirus se ha desplazado hacia el hueco que quedaba libre: el de los menores de 39, con especial preferencia entre los adolescentes, que hasta hace un mes no tenían una vacuna disponible contra la Covid.

A esto ha contribuido sin duda la variante Delta, que es entre 2 y 3 veces más contagiosa que la Alfa (que a su vez era un 40% más contagiosa que la variante original de Wuhan). En Canadá han estimado que esta cepa aumenta en 2,75 veces la probabilidad de hospitalización entre niños.

Sin embargo, Vázquez niega que en España haya ocurrido un crecimiento similar. "Ha habido más ingresos, pero no ha sido una cosa exagerada, ni mucho menos", aunque sí reconoce que en su hospital hacía meses que no ingresaba ningún niño por Covid y ahora se están mezclando los nuevos casos con el virus respiratorio sincitial y las bronquiolitis que vienen dándose desde la primavera y que han continuado su goteo de casos durante el verano.

"No se ha colapsado la urgencia pediátrica", afirma con rotundidad, "porque esta época del año suele ser más tranquila". Eso le hace temer el futuro inmediato, cuando la tranquilidad deje de ser la norma. "Volveremos a tener otro pico con la vuelta al colegio, los menores de 12 años sin vacunar y los de 6 sin mascarilla, va a haber mucha transmisión".

Su temor no está infundado, basándose en las predicciones del hemisferio sur. Si Nueva Zelanda ya adelantó un invierno, el pasado, sin gripe, ahora está contando con un pico de bronquiolitis "que no han tenido nunca. Los virus que se han visto desplazados por el SARS-CoV-2 están teniendo un comportamiento muy extraño y tenemos que estar preparados para este invierno, cuando se nos junte coronavirus y bronquiolitis".

Mitos de la Covid en niños

Detrás estos vaivenes de la Covid en los menores figura un desconocimiento de la enfermedad en estas franjas de edad. Son varios los mitos que han intentado dar una explicación al comportamiento del virus en los niños y han ido cayendo.

"Al principio se pensaba que los niños iban a ser, como en el caso de la gripe, los grandes contagiadores hacia edades adultas, pero no ha sido así", asevera Belén Aguirrezabalaga. Para explicar esto, se lanzó la teoría de que la mayor exposición a otros coronavirus en la infancia les otorgaba cierta capa de inmunidad frente al SARS-CoV-2. La quinta ola ha venido a desmentirlo. "Queda mucho por aprender".

Paula Vázquez lo corrobora. "El niño contagia. Cuanto más pequeño contagia más porque no tiene medidas de protección: se acerca, te toca, no lleva mascarilla… Y luego los adolescentes se han expandido con todo su esplendor este verano".

Pero confirma que la tasa de hospitalización sigue siendo parecida, y los casos graves entre los más pequeños "se cuentan con los dedos de una mano". En adolescentes, la presencia del síndrome inflamatorio multisistémico añade cierta capa de preocupación, pero no es frecuente y, además, la vacunación en esta franja de edad está siendo masiva.

Quedan muchas incógnitas por saber sobre el coronavirus, y a medida que pasan los meses surgen algunas respuestas pero vienen acompañadas de otras preguntas. El análisis de la pandemia en tiempo real genera este tipo de confusión, pero hay algo que ha quedado claro: la vacunación es la principal medida para acorralar al virus, pero por sí sola no va a lograr acabar con la pandemia.

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