Desde que dio comienzo la temporada de gripe en España el pasado otoño se han detectado 19 casos. La temporada anterior se identificaron más de 9.000, y se estima que fueron más de 600.000 las personas infectadas. De ellas, unas 3.900 fallecieron como consecuencia de la infección.

Al revés de lo que ha pasado con el virus respiratorio sincitial que, con la llegada del buen tiempo, ha vivido una especie de rebote aumentando las infecciones desde marzo (sobre todo en niños de hasta cuatro años) y con un pico en mayo, la gripe parece agazapada, fuera de foco, todavía abrumada por el huracán que ha supuesto la Covid-19.

Toda Europa ha vivido algo similar. Los sistemas de vigilancia han detectado 46 virus de entre las 43.474 muestras analizadas. De ellas, 30 eran de tipo A y 16 de tipo B. Estas son las dos cepas más comunes de la gripe, sobre todo la A, responsable de la epidemia de 2009. De este tipo hay dos variedades importantes, la H1N1 (la de la epidemia, proveniente de aves) y H3N2, proveniente de aves y cerdos.

El tipo de gripe B es menos frecuente pero no por ello deja de ser importante. Afecta más a los jóvenes y en ocasiones ha provocado una mayor mortalidad. Un análisis realizado en Canadá entre 2004 y 2013 concluyó que había provocado más muertes en niños que la tipo A.

El pasado marzo, la Organización Mundial de la Salud emitió sus recomendaciones para los linajes de virus A y B que deben incluir las vacunas de la próxima temporada. Estas recomendaciones fueron tomadas por la Agencia Europea del Medicamento que, sin embargo, las acaba de actualizar para concretar algunos de los sublinajes. Por lo general, se incluyen dos de la gripe A (subtipos de H1N1 y de H3N2) y uno del tipo B (conocidos como Victoria o Yamagata).

Las recomendaciones de la OMS "se hacen en función de las cepas que circulan en el hemisferio sur cuando allí es invierno", comenta Javier Álvarez Aldeán, miembro del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría. "Este año ha habido un cambio respecto a las del año pasado, tanto para el linaje A como para el B".

El próximo invierno en el hemisferio norte, las vacunas trivalentes producidas a partir de huevos incluirán los linajes A/Victoria/2570/2019 (H1N1)pdm09, A/Cambodia/e0826360/2020 (H3N2) y B/Washington/02/2019 (linaje Victoria), mientras que las producidas a partir de cultivos celulares tendrán los siguientes: A/Wisconsin/588/2019 (H1N1)pdm09, A/Cambodia/e0826360/2020(H3N2) y B/Washington/02/2019.

Mayor incertidumbre que nunca

La cuestión es que estas decisiones se basan en los virus circulantes en el hemisferio sur en su temporada de invierno, pero la excepcionalidad de la pandemia ha hecho que contemos con la menor información en muchos años del tipo de virus de la gripe que ha estado circulando en el mundo en los últimos 16 meses.

La propia OMS ha señalado que las muestras positivas de virus gripales solo corresponden al 0,2% del total, cuando las tres temporadas anteriores supusieron el 19%. No solo eso, en Europa se ha recolectado un 20% menos de muestras y la detección del virus de la gripe ha descendido en más del 99% respecto al año anterior.

La pandemia ha puesto patas arriba el sistema de vigilancia de la gripe. Las medidas para mitigar la difusión de la Covid-19 han influido sin duda en la expansión del virus de la influenza pero se desconoce hasta qué punto, o si la caída de casos de gripe se debe a la competencia del coronavirus.

"Se desconoce el impacto de estos fenómenos en la evolución de la próxima y siguientes temporadas", reconoce el organismo supranacional, "lo que obliga a intensificar la vigilancia". Al no poder estudiar y caracterizar bastantes menos muestras de las que se analizan todos los años, "la incertidumbre sobre ello es mayor" que en las anteriores temporadas.

Álvarez Aldeán matiza la perspectiva. "Todos los años hay incertidumbre sobre si se acertará. Cada tres o cuatro años hay un cambio importante y las vacunas funcionan un poco peor, pero eso ahora no lo podemos saber. El problema suele surgir cuando hay un cambio importante de la cepa, como ocurrió en 2009".

El pediatra recuerda que, aunque la gripe circulara poco debido al confinamiento y las medidas de prevención, "el virus sigue ahí". Con el levantamiento de algunas de estas medidas se espera que haya más casos que en 2020 pero que no se llegue a los niveles 2019. Con todo, los grupos vulnerables a la gripe siguen vigentes y tendrán que vacunarse para poder estar protegidos. 

Nuevos virus y fallos vacunales

La OMS ha detectado nuevos grupos de virus tipo H3N2, y "algunos de ellos se han expandido internacionalmente", por lo que las recomendaciones de componentes de las vacunas se han actualizado. Además, el paso de patógenos de animales a humanos parece haberse acelerado: hace justo un mes se conoció el primer caso de transmisión a humanos del virus de la gripe aviar H10N3.

El especialista en vacunas señala que, en estos casos en que el virus salta desde el anima, no suele haber transmisión entre humanos, que es lo importante. "Lo que se teme es que uno de estos virus pudiera mutar con un virus humano y generar uno nuevo que, esta vez sí, fuera transmisible". De momento "ha habido casos aislados y están bajo control".

A la incertidumbre de estas nuevas cepas se le añade la de la efectividad de las vacunas. En el recuerdo queda el invierno de 2018, cuando el linaje de gripe B incluido en las recomendaciones vacunales no se correspondió con el que se extendió por España. El 80% de las muestras revelaban que era el linaje Yamagata el predominante, algo que se había ido dando por cuatro años consecutivos. Hay un tipo de vacuna, la tetravalente, que incluye ambos linajes, pero está menos extendida que la trivalente al ser más cara.

Así, la efectividad de la vacuna frente al tipo B se situó entre el 36% y el 54%, calificada de moderada. Fue peor la situación para el subtipo A H3N2, que directamente se calificó de pobre: menor al 8%. Frente a la H1N1 llegó a alcanzar el 68%.

Sin embargo, Álvarez Aldeán se muestra tajante: "la peor vacuna es la que no se pone". Hay médicos de familia, sin embargo, que cuestionan esta aseveración dada la baja eficacia de estas vacunas comparadas con otras disponibles para otras enfermedades.

Pese a las incertidumbres, el especialista considera que el sistema de vigilancia de la gripe "es probablemente el mejor sistema que vigilancia que tenemos en España". Al contrario que el virus respiratorio sincitial, que vivió un rebote esta primavera, la gripe no se ha comportado de forma diferente, por lo que no cree que se adelante ni retrase la temporada.

"Hay que seguir vigilando como lo estamos haciendo", espeta, con la confianza de que obtendremos una imagen a tiempo real de los virus que se expandirán entre la población el próximo invierno.

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