Frente a la preocupante constatación de que las defensas contra la Covid-19 decaen a partir de los tres meses tras la recuperación de la enfermedad, y que los casos de reinfecciones son posibles aunque infrecuentes, un nuevo estudio -pendiente aún de la revisión por pares- cifra en años, puede que en "décadas", la efectividad de la inmunidad otorgada por la exposición al nuevo coronavirus. La clave se encontraría en la memoria de nuestro sistema inmune.

Ocho meses después de la infección, la mayoría de las personas que se han recuperado todavía tienen suficientes células inmunitarias para defenderse del virus y prevenir enfermedades, muestran los nuevos datos publicados en el repositorio BioRxiv. Una tasa lenta de disminución a corto plazo sugiere que estas células pueden persistir en el cuerpo durante mucho tiempo.

Se trata del estudio más completo y de mayor alcance sobre la memoria inmune al coronavirus hasta la fecha. "Esa cantidad de memoria probablemente evitaría que la gran mayoría de las personas contraigan una enfermedad hospitalizada, una enfermedad grave, durante muchos años", declara Shane Crotty, virólogo del Instituto de Inmunología de La Jolla que codirigió el nuevo estudio, a The New York Times, en declaraciones que recoge Intramed.

Es probable que los hallazgos sean un alivio para los expertos preocupados de que la inmunidad al virus sea de corta duración y que las vacunas deban administrarse repetidamente para mantener la pandemia bajo control.

Y la investigación cuadra con otro hallazgo reciente: que los sobrevivientes del SARS, causado por otro coronavirus, todavía portan ciertas células inmunes importantes 17 años después de recuperarse.

Ya en mayo, el equipo había  documentado una robusta respuesta inmunológica antiviral al SARS-CoV-2 en un grupo de 20 adultos que se habían recuperado de la enfermedad. Sus hallazgos mostraron que el sistema inmunológico del cuerpo es capaz de reconocer el SARS-CoV-2 de muchas maneras, lo que disipa los temores de que el virus pueda eludir los esfuerzos para crear una vacuna eficaz.

Además, el estudio detectó una importante reactividad cruzada en individuos no expuestos, sugiriendo que las personas que han pasado un resfriado provocado por otros tipos de coronavirus también podrían tener cierta protección contra la Covid-19.

Los científicos examinaron la respuesta de las células T en muestras de sangre que se habían recogido entre 2015 y 2018, antes de que el SARS-CoV-2 comenzara a circular. Muchos de estos individuos tenían una importante reactividad de células T frente al SARS-CoV-2, aunque nunca habían estado expuestos. Pero es casi seguro que todos habían sufrido al menos tres de los cuatro coronavirus del resfriado común, lo que podría explicar la reactividad cruzada observada.

Sin embargo, todavía no está claro si la reactividad cruzada observada proporciona al menos algún nivel de inmunidad preexistente al SARS-CoV-2 y, por lo tanto, podría explicar por qué algunas personas o lugares geográficos se ven más afectados por el COVID-19.

"Dada la gravedad de la actual pandemia de Covid-19, cualquier grado de inmunidad contra el coronavirus de reacción cruzada podría tener un impacto muy sustancial en el curso general de la pandemia y es un detalle clave que deben tener en cuenta los epidemiólogos al tratar de determinar la gravedad que tendrá en las comunidades en los próximos meses", explicaba Crotty.

Noticias relacionadas