Durante esta última semana, tanto el Gobierno de España como la OMS, e incluso los CDC de los Estados Unidos han empezado a aconsejar el uso de mascarillas para la población general. Y ante el desabastecimiento de este material, proporcionan algunos consejos sobre cómo elaborar mascarillas caseras de forma clara y esquemática.

De hecho los mismos CDC han elaborado una guía y publicado vídeos para fabricar fácilmente estas mascarillas que, si bien no son un método totalmente seguro, son mejores que no llevar nada en cuanto a prevenir la diseminación del coronavirus.

Sin embargo, también es importante recordar cómo se usan estas mascarillas, cómo deben disponerse en nuestras caras, y sobre todo cómo limpiarlas si se van a reutilizar en alguna ocasión, algo más que probable. Aunque no se deberían reutilizar demasiado, sí son un elemento útil en las pequeñas salidas para salir a comprar, acudir a un centro de salud o recoger fármacos en la farmacia. Todos estos puntos de contacto con otros individuos en los que la mascarilla puede ser útil.

Pero siempre sin caer en un estado de falsa seguridad: la distancia de un metro respecto a los demás y el correcto lavado de manos seguirán siendo esenciales. Aún así, hoy repasaremos diversos métodos para limpiar estas mascarillas caseras, cuyos materiales más apropiados deberían ser algodón o polipropileno. No son para las mascarillas quirúrgicas, que pueden quedar inutilizadas al lavarlas .

Hervir la mascarilla para limpiarla

Una forma casera y conocida de limpiar y esterilizar mascarillas es el uso de calor, en este caso dejando reposar las mascarillas de tela en agua hirviendo durante al menos cinco minutos. Sin más.

El problema, en este caso, es que dependiendo de la tela usada para elaborar la mascarilla, someterla a diversos ciclos de ebullición pueden dañarla e incluso afectar a su transpirabilidad. Las mascarillas se deterioran de la misma forma que las sábanas tras varios ciclos de lavado.

Para asegurar su buen funcionamiento, el mejor consejo es inspeccionar la mascarilla tras someterla a la ebullición sosteniéndola bajo una fuente de luz e identificando áreas más adelgazadas o incluso agujeros en la tela. Lo adecuado sería no sobrepasar los 10 usos, o los 10 ciclos de ebullición, en cualquier tipo de mascarilla de tela.

Lavadora para limpiar mascarillas

Otro método para desinfectar mascarillas sería usar la lavadora, pero en este caso en un ciclo de lavado con agua caliente a 60ºC. De hecho, a los trabajadores sanitarios se nos lleva recomendando usar este método de lavado con cualquier tipo de ropa desde el inicio de la pandemia de COVID-19.

Tanto el pijama de trabajo sanitario como la ropa que haya podido usarse al entrar en un entorno sanitario de cualquier tipo debería someterse a este tipo de lavado. O, como mínimo, a 40ºC.

El detergente puede ser de cualquier tipo, pero la temperatura es un punto importante a tener en cuenta, pues a partir de los 60ºC se degradan la mayoría de los virus conocidos.

Solución de agua caliente y lejía

Si ninguno de los anteriores métodos nos convence, otra posibilidad es remojar las mascarillas durante cinco minutos en una solución de 20 ml de lejía comercial por cada litro de agua caliente. En este caso la temperatura no es tan importante porque se añade el uso del desinfectante.

Sin embargo, en este caso no hay que excederse con la cantidad de lejía o dejar las mascarillas demasiado tiempo, porque podrían quedar dañadas e incluso provocar daños al usuario  Hay que dejar que se elimine la lejía correctamente antes de volver a usarla.

Por ello, se aconseja enjuagar con abundante agua durante 10-15 segundos tras someter las mascarillas a esta solución de lejía, con el objetivo de eliminar cualquier resto de la misma. Posteriormente, se debe sumergir de nuevo la mascarilla en agua limpia otros cinco minutos y dejar secar a temperatura ambiente o en secadora.

El tiempo y el almacenamiento

Si usando cualquiera de los métodos de desinfección anteriores no se acaba de estar seguros de la reutilización de las mascarillas, también se puede usar otro factor más: el tiempo.

Se sabe que el coronavirus SARS-CoV-2 tiene una vida útil dependiendo de la superficie donde se deposite, pudiendo aguantar hasta 4 días en algunos materiales como plástico, billetes, mascarillas quirúrgicas o acero. Respecto a la tela y ropa, se especula que el nuevo coronavirus puede aguantar hasta 2 días, un tiempo similar al vidrio o la madera. 

En este caso, al tratarse de mascarillas caseras de tela, y teniendo en cuenta la evidencia actual, esperar hasta dos días más para un nuevo uso tras una desinfección adecuada sería buena idea.

De hecho, algunos estudios sugieren que las partículas del coronavirus pueden llegar a aguantar hasta 6-7 días en algunos casos en superficies porosas, pero no ha podido demostrarse todavía que tengan poder de contagio en dichos casos. Aún así, no puede desdeñarse dicha posibilidad.

Así mismo, el almacenamiento de la mascarilla también es clave: desinfectar correctamente una mascarilla pero no guardarla en un recipiente adecuado puede echar por tierra cualquier esfuerzo de limpieza. En este caso la recomendación es guardar la mascarilla en un 'tupper' de plástico o una bolsa de plástico con cierre.

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