'¿Por qué nadie está hablando de la sequedad vaginal (o haciendo algo al respecto)?'. De este modo directo y sin medias tintas se aborda un problema silenciado para la salud sexual de la mujer en Menopause, la revista de la Sociedad para la Menopausia de Norteamérica (NAMS). Se basa en un estudio multitudinario cuyas conclusiones son preocupantes: es un problema común que empeora con la edad pero lo califica de "tabú" porque no suele formar parte de las conversaciones con el médico, y la mayoría de mujeres que lo sufren no trata proactivamente de resolverlo.

El Estudio Nacional de Mujeres (SWAN) ha recopilado datos de más de 2.400 pacientes durante 17 años y determinado que, en la franja de edad entre los 42 y los 53 años, un 19,4% de las participantes reporta síntomas de sequedad vaginal. Estos se manifiestan como quemazón, picor y molestias durante las relaciones sexuales debidas a la carencia de lubricación. Sin embargo, para cuando las mujeres alcanzaban la franja de los 57-69 años, la incidencia del mal se había incrementado al 34%.

El dato que sin embargo ha llamado más la atención de las investigadoras es que el 50% de las mujeres no notifica la sequedad vaginal a sus médicos, y menos de un 4% de las afectadas está recurriendo activamente a terapias como las tabletas vaginales de estrógenos, cremas o anillos, según detalla el informe Factores asociados al desarrollo de síntomas de sequedad vaginal en mujeres durante la transición a la menopausia: un estudio longitudinal.

Desde NAMS recuerdan que no es ningún secreto que el cuerpo de la mujer atraviesa cambios radicales con la llegada de la menopausia y la caída de los niveles de estradiol. Una de las alteraciones reconocidas es la reducción del flujo sanguíneo a la vagina, lo que a su vez es un factor para la sequedad vaginal y la dispaurenia, la manifestación de dolor durante el sexo. Los nuevos datos se inclinan por descartar que la frecuencia de las relaciones sexuales tenga nada que ver con la aparición de estas dolencias.

Se trata de un hallazgo significativo, apuntan, porque numerosas afectadas habrán tratado de resolver el problema por sí mismas haciendo más o menos a menudo el amor, lo que no habrá servido de nada. Esto redunda en la necesidad de recurrir a profesionales sanitarios y a tratamientos de probada eficacia. En ese sentido, la terapia hormonal ha demostrado ser mucho más efectiva para paliar la sequedad vaginal en mujeres que han alcanzado la menopausia de forma natural que en quienes la sufren tras haberse sometido a una histerectomía, la extirpación del útero.

"Algunas mujeres recurrirán a lubricantes cuando el sexo se vuelva doloroso" - explica la Dr. JoAnn Pinkerton, directora ejecutiva del NAMS. "Pero si eso no es suficiente, hay un abanico de terapias vaginales efectivas como las tabletas vaginales de estrógenos, las cremas, el anillo de dosis bajas y la nueva aplicación intravaginal de la de hidroepiandrosterona". La especialista se declara "impactada" por la baja proporción de pacientes que buscan tratamientos y pide que se visibilicen esta dolencia para poder proporcionar soluciones seguras y efectivas.

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