Aunque habrá quien argumente que con estos temas no hay temporada baja que valga, la masturbación tiene un mes oficial en la cultura anglosajona, que no es otro que mayo. En homenaje a lo que ha dado a llamarse el National Masturbation Month, la compañía de juguetes sexuales Lovehoney ha divulgado los resultados de su encuesta sobre mujeres y placer en solitario, un fenómeno aún cargado de mitos y tabúes, en el que participado 4.500 personas.

El primero de los datos confirma la muerte de un cliché: la masturbación femenina no es cosa de una minoría. Algo más de la mitad de las mujeres encuestadas confesaron practicarla de forma habitual, por un 59% de los hombres, incluso teniendo pareja estable. Un trabajo anterior del portal británico Superdrug’s Online Doctor aumentaba al 88% el porcentaje de féminas que declaraban haberse masturbado al menos una vez, por el 96% de los varones.  

Para el 69% de las mujeres encuestadas con ocasión de este nuevo informe, la masturbación era entendida como una manera de mejorar su estado de ánimo, y para el 34%, un complemento a la vida sexual que incrementa la satisfacción. A continuación las preguntas versaron sobre qué pensaban durante el acto para excitarse. Las respuestas incluyen alguna que otra sorpresa.

'Beautiful agony': el rostro de las mujeres mientras se masturban.

La fantasía sexual más frecuente echa por tierra otro mito, el de que las mujeres se masturban porque su pareja no es capaz de satisfacerlas en la cama. Todo lo contrario: el 60% de las participantes afirmó que pensaba en su cónyuge y en un momento sexy que hubiese compartido juntos. Hay que subrayar que los hombres también declaraban preferir este tipo de fantasías, reforzando la idea de que el "placer en solitario" en realidad es una forma de sexualidad compartida.

Ahora, el 48% de las mujeres afirmaba algo quizás más peliagudo: que se excitaban pensando en relaciones sexuales mantenidas con una pareja anterior. ¿Significa que casi de la mitad de las mujeres no está satisfecha con su actual relación? No tiene por qué ser así, aseguran los responsables del trabajo: recrear los "buenos momentos" durante el goce íntimo es un mecanismo perfectamente natural y común que no está en sí relacionado con problemas de pareja. 

La tercera fantasía más común, presente en el 43% de las respuestas femeninas, era la de pensar en contenidos vistos online o a través del móvil. Que las mujeres también ven porno, aunque en una proporción mucho menor a los hombres, es una realidad cada vez más aceptada. Pero no tiene por qué tratarse de pornografía: puede referirse a un intercambio de mensajes picantes con un amante, escenas sensuales de películas o literatura erótica de la que pueden encontrarse ríos de tinta (virtual) en Internet.

La cuarta, sugieren los investigadores, tiene algo de la influencia del fenómeno 50 Sombras de Grey: al 34% de las mujeres le excita pensar en un escenario de relación sadomasoquista. Y la quinta fantasía favorita, presente en un 25% de los casos, es la del juego de roles, en la que los participantes interpretan distintos papeles.

En cualquier caso, las conclusiones del estudio advierten a los hombres en contra de asumir que conocen los deseos secretos de sus parejas e imponerse así en la cama, sino que invitan a las mujeres a expresarse en un clima de mutua confianza.

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