En España, hoy más que nunca a lo largo de la historia, las personas mayores de 65 años representan un porcentaje importante de la población (casi un 20%). A ellos se les asocian todo tipo de estereotipos, prejuicios y mitos que convierten la vejez en un fenómeno triste y sombrío dentro del imaginario colectivo. Sin embargo, la comunidad científica ha ido publicando distintos estudios que desmienten y encuentran explicación a generalidades como que debido a la edad uno pierde la libido, la capacidad intelectual y las ganas de hacer cosas.

Disminución de la libido y la actividad sexual

Al contrario de lo que muchos piensan, nuestros mayores siguen en plenas facultades sexuales. Es cierto que los niveles hormonales cambian a medida que envejecemos, pero esto no quiere decir que la libido disminuya. De hecho, para las mujeres, la libido suele aumentar después de la menopausia. La libido puede verse reducida debido a enfermedades crónicas (como la diabetes) o a efectos secundarios de medicamentos (como los antidepresivos). También puede verse afectada por las circunstancias personales, como la infelicidad o el tedio matrimonial.

Por lo tanto no existen cambios físicos relacionados con la edad que provoquen que al llegar la senectud perdamos el apetito sexual. Uno de los factores para que haya frecuencia en la actividad sexual es tener pareja. Debido a que antiguamente las mujeres tendían a casarse con hombres más mayores, que mueren también más jóvenes, las personas mayores ven en ocasiones reducida su actividad sexual en parte por la viudez.

La edad nos hace más conservadores

Un artículo publicado en el American Sociological Review sugiere que nuestras ideas no se vuelven más conservadoras con la edad, sino que cada generación nace en un momento (más o menos) más liberal que la anterior y se sorprende de la actitud de sus mayores. Sería un error, por lo tanto, asumir que personas de distinta generación crecieron con una misma perspectiva política.

Según las conclusiones del trabajo, las posiciones que eran liberales hace 50 años hoy son conservadoras, o por explicarlo de otra manera, la postura ideológica de un padre tenderá a ser más conservadora que la del hijo pero más liberal que la del abuelo. Esto no quiere decir que el pensamiento se haya ido volviendo más conservador con el tiempo, sino que los tiempos han ido volviéndose más liberales.

Con la vejez nos centramos en los recuerdos y pensamientos positivos. Pixabay

La felicidad decrece

La infelicidad no acecha exactamente en la vejez. Un sociólogo de la Universidad de Chicago ha concluido que la felicidad desciende generalmente entre los 30 y 40 años, cuando las personas están más expuestas a estrés, mientras que con la edad avanzada los niveles de felicidad aumentan. En realidad, los jubilados son personas más protegidas contra las responsabilidades de la edad adulta, como son el empleo o formar una familia.

Cuando envejecemos, solemos centrarnos en recuerdos positivos y regulamos mejor nuestras emociones gracias a la experiencia. Se trata de una tendencia a alza con la edad que choca directamente con el estereotipo de cascarrabias, que tiene que ver con la personalidad de cada uno, más que con una insatisfacción relacionada con la edad.

Ser menos productivo

La edad de jubilación no va a dejar de subir en los últimos años y hay quién cree que a esas edades se es menos productivo. En cambio, lo trabajadores con más experiencia son de gran utilidad para las empresas: a más edad, más conocimiento puedes haber recolectado.

El instituto Max Planck Society, de Munich, estudió a 3.800 trabajadores de Mercedes Benz entre 2003 y 2006, anotando el número de errores y su severidad. Durante este periodo los trabajadores más mayores habían cometido menos errores y menos severos que los jóvenes. Lo que indica que a este estereotipo se le podría dar una vuelta de calcetín.

Los mayores son capaces de mejorar su trabajo y aprendizaje. Pixabay

Pérdida de creatividad

Según David Galeson, profesor de la Universidad de Chicago, las personas viven una explosión de creatividad en la juventud (de los 20 a los 30 años), ya que trabajan mejor la imaginación y no tienen miedo a ideas radicales. Pero este análisis nos puede llevar también a conclusiones falsas, como que con la edad perdemos ese pensamiento entusiasta y creativo.

Galeson cree que los artistas experimentales han hecho sus mejores obras a avanzada edad, ya que son capaces de mejorar su aprendizaje, su estilo y poseen mayor conocimiento. Miguel Ángel por ejemplo elaboró los planos arquitectónicos de la Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires a los 88 años.

El sistema inmune se debilita

En general es así, pero la salud del sistema inmunitario de las personas mayores varía enormemente dependiendo de sus circunstancias. Por ejemplo, si nuestros abuelos han crecido en la posguerra en condiciones de desnutrición, esto seguramente haya debilitado su sistema inmunitario a largo plazo. Pero también es menos probable que contraiga un resfriado, ya que nos volvemos más inmunes con los año y nuestro cuerpo se hace resistente a virus que ya hemos pasado. Por lo tanto es una verdad a medias que nuestros mayores estén más expuestos a virus que el resto.

Nuestro cuerpo se hace resistente a los virus de nuestra juventud. Pixabay

Pérdida de facultades cognitivas

Contrario a lo que muchos creen, la capacidad de aprendizaje no se pierde con la edad, el deterioro cognitivo está relacionado con el desuso. La Universidad de Texas hizo un experimento de aprendizaje en 2012 con 239 adultos de entre 60 y 90 años. Con 16 horas semanales de clases los mayores aprendieron a usar el iPad o tomar fotos digitales, nuevos retos mentales que consiguieron que su actividad cognitiva no se deteriorara y que, además de aprender cosas nuevas, ejercitasen la memoria.