Si se hiciera un registro obligatorio del botiquín de los españoles -e incluso de los habitantes de todos los países desarrollados- probablemente habría un medicamento que no faltaría en casi ninguno de ellos: el paracetamol. Este analgésico, que comparte el top five de los fármacos más consumidos en España con el ibuprofeno, suele utilizarse para tratar dolores o bajar la fiebre moderada, así como para el malestar general.

Muchas veces, sin embargo, la gente no sabe bien cuáles son sus indicaciones, sobre todo en comparación con el ibuprofeno, otro fijo en el botiquín patrio. Sin embargo, incluso conociéndolas y debido al buen perfil general de toxicidad de este medicamento, la ciencia ha probado su uso para indicaciones muy alejadas de las habituales, a veces con éxito y, en ocasiones, no. 

Antes de la cesárea

Hace menos de un mes, investigadores del Tennessee Medical Center de EEUU publicaban un estudio en la revista American Journal of Obstetrics and Ginecology con el paracetamol de protagonista. En él se detallaban los resultados de un ensayo que probaba este medicamento en mujeres que iban a someterse a una cesárea programada

En realidad, más que evaluar la eficacia del fármaco en sí -la cesarea se hace con anestesia- lo que querían los médicos era saber si la forma intravenosa del conocido analgésico reducía el dolor posterior y, en concreto, la necesidad de administrar posteriormente morfina o algún otro tipo de opioides. 

Desgraciadamente, el resultado del trabajo fue negativo. Las mujeres que recibieron el medicamento requirieron tanto de fármacos fuerte para el dolor posterior como las que habían sido inoculadas con un placebo. 

Para dormir

No es que el paracetamol quiera descartar a otros medicamentos accesibles como fármaco de elección para el insomnio, pero un también muy reciente trabajo evaluó su efecto en la cantidad y calidad del sueño de un grupo de residentes en una residencia afectados por distintos tipos de demencia y depresión

El estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bergen, en Noruega, no probaba pues la eficacia para el sueño del paracetamol, sino si tratar el dolor con este fármaco mejoraba el dormir de 106 pacientes. La dosis utilizada era elevada, tres gramos, pero el resultado fue positivo. 

Tras realizarles una prueba llamada actigrafía -muy utilizada en las unidades del sueño- se demostró que el grupo tratado dormía más, mejor y, además, se levantaban más despiertos y con menos interrupciones del sueño durante la noche. 

Para evitar convulsiones

¿Se imagina que una persona con epilepsia pudiera tomarse un simple paracetamol para evitar las convulsiones que acompañan a esta enfermedad? Pues se trata de un escenario factible a tenor de un estudio publicado en la revista Epilepsy research

El gran problema es que los protagonistas del trabajo no son humanos, sino ratones modificados para padecer la versión murina de la epilepsia y sufrir, asi, convulsiones, a veces inducidas por potentes electroshocks

Los resultados fueron positivos, por lo que los autores consideran que se deberían intentar trasladar a humanos. En realidad, no se trata de una tesis descabellada, ya que el paracetamol se utiliza para tratar las convulsiones asociadas a la fiebre, que suelen desaparecer con su aplicación. 

Para arreglar arterias 'rotas'

El sistema arterial pulmonar y la vena aorta están comunicados durante el desarrollo fetal por un conducto denominado ductus arteriosus. Sin embargo, éste se cierra en el nacimiento, excepto en algunos casos. Cuando esto ocurre -casi siempre en niños prematuros- el bebé sufre de una dolencia denominada ductus arterioso persistente (CAP). 

Desde hace unos años, el paracetamol intravenoso a dosis bajas es una alternativa para cerrar esta comunicación, como demostró una revisión publicada por la prestigiosa institución independiente Cochrane. También un estudio español publicado en Revista española de cardiología 2015 demuestra la eficacia de esta intervención

Sin embargo, la opción más utilizada actualmente sigue siendo el fármaco indometacina y los estudios para demostrar la eficacia del paracetamol no cesan. El último: éste en la revista AJP reports, que llega a la misma conclusión. 

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