A día de hoy la causa del autismo, el trastorno más conocido del actualmente denominado grupo de Trastornos del Espectro Autista, sigue siendo aún desconocida. Asimismo, algunos estudios afirman haber descubierto dicha causa, aunque aún será necesaria más investigación al respecto.

Por otro lado, no existe un tratamiento eficaz para este trastorno, aunque son muchos los estudios que sugieren nuevas terapias al respecto, como el trabajo realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte: la inyección de sangre de cordón umbilical.

Sangre de cordón umbilical contra el autismo

Según el estudio, publicado en Stem Cells Translational Medicine, la inyección de sangre del mismo cordón umbilical de aquellos niños con autismo mejoraría sus habilidades de comunicación y sociabilidad. La hipótesis que se bajara para dicha "mejora" es que la sangre del cordón umbilical contiene abundantes células madre que frenarían la inflamación y ayudarían a crear nuevas conexiones cerebrales, aunque ya existen investigadores detractores que han criticado este estudio, afirmando que estas mejoras son una "ilusión", como afirma The Times.

Se estima que, tanto en España como en Europa, 1 de cada 100 niños sufrirá un trastorno del espectro autista al nacer, un grupo de trastornos cuyo rasgo característico y compartido por todos es la dificultad para las interacciones sociales.

La sangre de cordón umbilical, según este reciente estudio, podría mejorar los síntomas de esta condición, ya que se trata de un suero rico en células madre y otros factores que podrían beneficiar al sistema nervioso e inmunológico de los niños, aunque no se sabe muy bien cómo se produciría dicho efecto.

En este caso los investigadores de la Universidad de Duke probaron su teoría en un pequeño ensayo preliminar con 25 niños con autismo de entre dos y seis años cuyas madres habían congelado la sangre de sus cordones umbilicales. Dicha sangre de descongeló y se inyectó en los niños bajo sedación; posteriormente se evaluaron sus síntomas a los seis y doce meses tras la inyección.

La mayoría de los niños que recibieron este tratamiento parecían mejorar en casi todos sus síntomas, sobre todo a nivel de puntuación de cociente intelectual no verbal, según los autores.

Los inconvenientes del estudio

Sin embargo, existen detractores que ven diversos fallos en el estudio. Uno de ellos es James Cusack, director de ciencia en Autistica, un centro de investigación sobre autismo de Londres. Según Cusack, este trabajo aún se encuentra en una etapa muy preliminar y presenta varios inconvenientes: el trabajo no incluye un grupo de estudio con placebo, por lo que no se puede determinar si realmente el tratamiento es eficaz o puede haberse dado un efecto placebo.

Por otro lado, es complicado medir el cambio de sintomatología en los niños con autismo, ya que actualmente se suele usar la escala Vineland, la cual tiene fallos.

Finalmente, una de las autoras del estudio, Joanne Kurtzberg, presenta un posible conflicto de intereses: ocupó cargos en dos bancos americanos de sangre de cordón umbilical.

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