La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), el organismo que agrupa a los ginecólogos de nuestro país, planea recomendar que el cribado para el cáncer de mama -consistente en la realización periódica de mamografías- reduzca su edad de inicio en al menos 10 años y comience a los 35 años, según el especialista Javier de Santiago, de la Sección de Ginecología Oncológica y Patología Mamaria de la SEGO. 

El especialista señaló en una mesa redonda celebrada en la sede de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) que, "aunque hay no un consenso total", la sociedad prevé actualizar su oncoguía sobre el cáncer de mama y "recomendar que el cribado empiece a los 35 años". "Será sólo una recomendación, porque no  creo que el sistema lo pueda asumir", añadió. 

En España, los programas de cribado comienzan a los 45 o a los 50 años, dependiendo de la comunidad autónoma. Ninguna sociedad científica relevante recomienda el uso de esta prueba a los 35 para el cribado, es decir, el chequeo sistemático de mujeres sanas para detectar cáncer en estadios precoces. 

En enero de 2016, la Task Force (un grupo independiente de expertos de los Servicios Preventivos de EEUU) emitió unas recomendaciones en las que se afirmaba que las mamografías para el cribado sólo eran recomendables entre los 50 y los 74 años, aunque en algunos grupos se podía sopesar su realización entre los 40 y 49 años. Ni rastro de la edad que barajan los ginecólogos españoles. 

La jefa del Servicio de Promoción de la Salud de la Generalitat valenciana, Dolores Salas, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología resaltó que desde dicha entidad "rechazan" la idea de ampliar por debajo el cribado de cáncer de mama. 

Lo hacen, señaló, no por motivos de coste beneficio, sino porque los efectos adversos "que toda intervención sanitaria tiene" superarían en esta franja de edad los beneficios. Entre estos efectos estarían el sobrediagnóstico y los falsos positivos, que implicarían "intervenciones innecesarias". 

Un representante de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que participaba en la mesa, Fernando López Verde, señaló por su parte que la entidad de la que forma parte tampoco aboga por esta ampliación. 

Por su parte, el también ginecólogo Javier Cortes, miembro del Consejo Ejecutivo Nacional de la AECC, comentó que lo ideal sería implantar "programas piloto" que "precedieran a una recomendación firme". 

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