Un hombre francés de 54 años, ha sido acusado de prostituir a su mujer durante cuatro años, en los que la obligó a acostarse con 2.742 hombres. Según publica el diario galo Le Parisien, habría obtenido más de 160.000 euros con esta actividad, según constató un tribunal de la localidad gala de Meaux.

El sujeto, cuyo nombre no se ha dado a conocer, dejó constancia de su sórdido negocio en un libro de cuentas en los que aparecen reflejados con precisión tanto el número de clientes como los beneficios, que ascendían a unos 7.000 euros mensuales.

Según el informe el hombre, que permanece en prisión preventiva, ofrecía los servicios de su esposa en hasta cuatro páginas web de contactos, al tiempo que gestionaba una agenda de eventuales clientes a través de mensajes de texto y correos electrónicos.

Los encuentros, de lunes a viernes a razón de tres al día de media, solían producirse en la casa familiar para lo cual el hombre, según el juez, esperaba en el coche junto al hijo de la pareja, de cinco años.

El fiscal Emmanuel Dupic, incidió durante el juicio que el hombre ejercía "un poder psicológico" extremo sobre su esposa que cortaba de raíz cualquier intento de resistencia, "obligándola a someterse a las exigencias sexuales de los clientes, en ocasiones especialmente duras".

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