La cena juega, al igual que el desayuno, un papel crucial en la salud y el bienestar general. Afecta directamente al sueño, la reparación de los tejidos, la regulación de los ritmos biológicos e incluso a la acumulación de grasa corporal.
Sobre esta última comida del día y la importancia de respetar un horario adecuado para cenar, ha hablado recientemente el médico y divulgador David Carrizo en uno de sus vídeos.
"Si cenas después de las 21:00 o 22:00 de la noche cada día, tu cuerpo tiene un reloj interno y comer tarde lo puede desajustar", alerta Carrizo a quienes acostumbran a cenar tarde en España.
Una advertencia que en nuestro país y más aún en temporada estival, adquiere aún más importancia. Y es que, el horario de las comidas y cenas suele extenderse más aún durante esta época del año.
El experto explica que "comer tarde va a provocar un pico de insulina y justo cuando tu cuerpo debería estar preparándose para dormir. Eso podría llegar a generar una resistencia a la insulina, incluso si comes lo mismo cada noche".
Este desajuste en los niveles hormonales no solo dificulta el descanso, sino que impacta directamente en el metabolismo según asegura el experto en nutrición.
Según Carrizo, uno de los efectos más evidentes de este hábito es que "comer tarde va a acabar inhibiendo la melatonina, lo que va a producir como consecuencia que empeore tu sueño y un mal descanso te lleva a acumular grasa abdominal".
Mejor hora para cenar y no engordar
La solución, según el médico, está al alcance de todos: "¿La clave? Cena antes de las 20:30 horas. Cena algo ligero, proteína magra, verduras cocidas, un poco de almidón... Esto va a ser ideal y tu metabolismo te lo va a terminar agradeciendo y vas a dormir mejor".
Carrizo concluye con una recomendación tajante: "Tu cuerpo necesita horarios, no excusas". Y es que, respetar el ritmo circadiano y evitar cenar tarde puede marcar la diferencia entre un descanso reparador y una noche interrumpida, con consecuencias directas en la salud metabólica y el control del peso.
Cómo influye cenar tarde en la acumulación de grasa
Comer a deshoras, especialmente por la noche y como advierte el experto, puede alterar el funcionamiento del metabolismo y favorecer la acumulación de grasa. Cuando cenamos tarde, el cuerpo está menos preparado para procesar eficientemente los alimentos.
La sensibilidad a la insulina disminuye en las horas nocturnas, lo que significa que el organismo tiene más dificultades para controlar la glucosa y las grasas.
Además, un pico de insulina nocturno puede interrumpir la liberación de melatonina, la hormona que regula el sueño. La falta de descanso, a su vez, incrementa los niveles de cortisol (la hormona del estrés), lo que está vinculado a un mayor almacenamiento de grasa, especialmente en la zona abdominal.
También se ve afectada la leptina, hormona clave en la regulación del apetito, lo que puede generar un ciclo de hambre nocturna y mayor ingesta calórica.
Un estudio clínico realizado en la Región de Murcia por la catedrática Marta Garaulet en colaboración con la Universidad de Harvard reveló que cenar una hora antes de dormir eleva los niveles de melatonina y reduce la insulina, dificultando la gestión de la glucosa y favoreciendo la acumulación de grasa. Según sus datos, hacerlo de forma habitual podría incrementar hasta un 50% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
En definitiva, cenar tarde no solo afecta al sueño, sino que también desencadena una serie de respuestas hormonales que dificultan la quema de grasa y favorecen su acumulación. Cambiar el horario de la cena puede ser una estrategia eficaz para mejorar la salud metabólica y el control del peso.