El ibuprofeno es uno de los fármacos más populares, más consumidos, y más susceptibles de ser usados como automedicación sin consejo médico en España. De hecho, hasta el 50% de los españoles se automedica sin receta médica previa, algo que en la mayoría de los casos consiste en la toma esporádica de pastillas puntuales, pero que en otros casos puede dar lugar a problemas serios.
Tanto el paracetamol como ibuprofeno son fármacos analgésicos (reducen el dolor) y antipiréticos (reducen la fiebre); sin embargo, el primero de ellos se diferencia en que tiene potencial antiinflamatorio. Aunque pueda parecer una pastilla "para todo" que se puede tomar sin miedo, un exceso del mismo puede provocar problemas gástricos como diarreas, náuseas y vómitos hasta úlceras gástricas o duodenales, señalan desde el Centro de Información del medicamento de A Coruña.
En este sentido, según apunta el cardiólogo Aurelio Rojas, "hay dos tratamientos con muchos menos efectos adversos que el ibuprofeno, como el paracetamol y el metamizol". Sin embargo, también existen opciones naturales con el mismo poder antiinflamatorio y una de ellas es el aceite de oliva.
Los beneficios del aceite de oliva como antiinflamatorio
El aceite de oliva virgen extra ha sido reconocido a lo largo de la historia como uno de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea y en España es el aderezo por excelencia. Este aceite vegetal, extraído de la aceituna, tiene un impacto muy positivo en la salud, especialmente por sus propiedades antiinflamatorias y protectoras para el organismo.
Así como la cúrcuma o los alimentos con magnesio, el aceite de oliva es una "opción natural para disminuir la inflamación en el cuerpo", apunta Rojas. Por este motivo, su perfil nutricional se ha observado especialmente relevante para personas que, debido a condiciones de salud como problemas cardíacos, renales, gástricos o hipertensión arterial, no pueden consumir antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o simplemente, no quieren abusar de los medicamentos.
Uno de los componentes clave del aceite de oliva virgen extra es el oleocantal, un compuesto fenólico con potentes efectos antiinflamatorios. Diferentes estudios han demostrado que el oleocantal actúa de manera similar al ibuprofeno, inhibiendo las enzimas COX-1 y COX-2, responsables de los procesos inflamatorios en el cuerpo.
Esto significa que su consumo regular puede ayudar a reducir la inflamación de manera natural y sin los efectos secundarios negativos que suelen acompañar a los antiinflamatorios convencionales. Sin embargo, para aprovechar al máximo sus beneficios, es esencial que "el aceite de oliva sea de calidad virgen, extra y se consuma en crudo", indica Rojas.
El proceso de refinamiento o cocción del aceite de oliva puede reducir sus propiedades, por lo que el experto recomienda "añadirlo un pelín extra a los platos habituales en tu comida diaria". En otras palabras, incluir un chorro adicional o una pequeña cucharada en ensaladas o verduras puede ser suficiente para notar mejoras en la inflamación y el bienestar general.
Más allá de su acción antiinflamatoria, el aceite de oliva virgen extra ofrece otros beneficios importantes para el organismo. Su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes ayuda a mejorar la salud cardiovascular, reduciendo el colesterol LDL (malo) y aumentando el HDL (bueno).