Solo uno de cada cinco estadounidenses que ha logado adelgazar se ha mantenido a largo plazo en su peso, recoge un nuevo estudio de la Universidad Politécnica Estatal de California (Cal Poly). Tras aplicar machine learning a las experiencias de los participantes en programas de pérdida de peso que sí han logrado mantenerse, los investigadores han determinado tres claves imprescindibles: perseverar pese a los retrocesos; rememorar frecuentemente cómo era su vida con sobrepeso u obesidad; y priorizar su salud.

Estos resultados se publican en la última edición de Obesity, la revista de 'The Obesity Society' de EEUU. Se trata del primer estudio a gran escala que ha permitido a los participantes identificar en sus propias palabras los factores que les han ayudado a triunfar. Se seleccionaron 6.000 personas que habían logrado perder más de 22,5 kilos (50 libras) y se mantenían transcurridos al menos tres años. A cada uno de ellos se les proporcionó un cuestionario con preguntas abiertas sobre sus motivaciones, estrategias y aspectos en los que cambiaron sus hábitos.

"Uno de los hallazgos más impresionantes fue ver cómo describían la perseverancia frente a los pasos atrás", explica Suzanne Phelan, profesora del Departamento de Kinesiología y Salud Pública de Cal Poly, y jefa del estudio. "Los que se mantuvieron en su peso veían los retrocesos como parte de un trayecto exitoso. No los describían como fracasos, sino como interrupciones temporales en su camino. Muchos de ellos retomaban los hábitos correctos al día siguiente o en la siguiente comida, y determinaban el éxito en base a objetivos a largo plazo".

Los resultados a partir del estudio abierto revelaron información adicional sobre las motivaciones para la pérdida de peso y el matenimiento de la salud metabólica. Evitar patologías como la diabetes o los problemas cardiovasculares, o ganar movilidad y energía, eran razones aludidas con frecuencia. La apariencia o la influencia de amigos y familiares también estaban detrás del impulso para el cambio.

Los participantes también ofrecieron consejos a otras personas con el reto de adelgazar, subrayando la constancia como factor esencial para superar los inevitables retrocesos. Animaban a los demás a planteárselo como un esfuerzo día a día, acudiendo a grupos de ayuda si necesitaban "reiniciarse" mentalmente tras pasar por semanas difíciles, y apostar por objetivos a largo plazo. También describieron el hábito de llevar la cuenta de su consumo alimentario como una de las habilidades básicas para evitar volver a engordar sin control. 

Las tres claves para perder peso y mantenerse serían, en resumen, las siguientes:

- Mantener la motivación para perder peso por razones de salud y de capacidad física, y recordar el impacto sobre la calidad de vida que tenía el sobrepeso.

- Tener claro que los cambios principales incluyen la reducción del dolor, de las necesidades médicas, ganar autoestima, independencia física y mental, y tener una imagen más positiva de uno mismo.

- Plantear los aspectos más incómodos de un adelgazamiento exitoso como "retos", tales como el nuevo esfuerzo para llevar una vida saludable con actividad deportiva, o los comentarios no deseados que el cambio físico puede acarrear.

"Como investigadora y terapeuta conductual, me interesa pensar cómo podemos fomentar la perseverancia, animar al control del consumo y realizar cambios médicos durante el proceso de cambio de peso", valora Phelan. En un estudio previo, publicado en el Journal of Human Nutrition and Dietetics, su equipo había determinado que las personas que mantienen su peso estable tienden a escoger sus opciones alimentarias pensando en la salud y el control del peso, y no tanto en el precio.

Además, tendían a preocuparse más por las consecuencias a largo plazo de su alimentación. Trabajar con la mentalidad del paciente que necesita adelgazar y su perspectiva para construir un conjunto de hábitos saludables dirigidos a la pérdida de peso sostenible y duradera sería el nfoque terapéutico ideal, concluyen.

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