Se estima que la prevalencia de la enfermedad celiaca en España es de un caso por cada 71 entre los niños, y 1/357 en adultos. La intolerancia a la lactosa tiene rangos estimados de un 20-30% en la población infantil y del 15-40% en adultos. Ambas pueden conducir a un síndrome que lleva a nuestro cuerpo a no asimilar correctamente los nutrientes que obtenemos a través de la ingesta de alimentos.

La malabsorción de alimentos se produce cuando el aparato digestivo pierde la capacidad para asimilar ciertos nutrientes, explica el Dr. Jaime Zorrilla Ortúzar, del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario (Madrid) y especialista en Coloproctología en una entrevista con Europa Press.

"Este déficit puede generar problemas secundarios dependiendo del nutriente noasimilado", relata Zorrilla Ortúzar. Las causas que pueden producir la malabsorción son "múltiples y extensas", pero se pueden agrupar en tres grandes grupos:

· Enfermedades congénitas: aquellas con las que nacemos y vienen dadas por nuestra condición genética. En este grupo podemos encontrar desde malformaciones del aparato digestivo hasta enfermedades hereditarias como la fibrosis quística que condiciona, entre otros problemas, un mal funcionamiento del páncreas.

· Enfermedades adquiridas: es el grupo más extenso y aquí podemos encontrar entidades como la enfermedad de Crohn, el sobrecrecimiento bacteriano o la enfermedad celiaca del adulto. Ciertas intolerancias alimenticias como la celiaquía (Intolerancia al Gluten) y la intolerancia a la lactosa pueden producir síndromes malabsortivos al dañar la mucosa del intestino.

· Problemas secundarios a tratamientos médicos: algunos tratamientos farmacológicos y ciertas cirugías pueden condicionar problemas malabsortivos; por ejemplo, ciertas técnicas quirúrgicas utilizadas para el tratamiento de la obesidad mórbida puede producir malabsorción de ciertas vitaminas o de minerales.

Los síntomas

Los síndromes malabsortivos cursan con síntomas inespecíficos como la distensión abdominal y el dolor de tipo cólico. "Pueden producir diarrea persistente y cambios en el aspecto de las heces que pueden presentar moco o grasa ('esteatorrea'). En la población infantil, además, pueden producir retraso del crecimiento y en los adultos una pérdida de peso no justificada", agrega.

Así, a la hora de realizar el diagnóstico, el experto explica que el primer paso es una sospecha establecida: "En función, el médico pedirá una serie de pruebas entre las que se pueden encontrar estudios endoscópicos del tubo digestivo para la toma de muestras, así como análisis de sangre para determinar la presencia de determinados anticuerpos, como en el caso de la enfermedad celiaca. En el caso de la intolerancia a la lactosa se puede solicitar un estudio de hidrógeno en aliento".

En los casos secundarios a una intolerancia, el doctor Zorrilla indica que el tratamiento consiste en retirar de la dieta los alimentos que contengan la sustancia objeto de intolerancia.

"Los casos secundarios a otros problemas, como una enfermedad inflamatoria intestinal o un sobrecrecimiento bacteriano, se corrigen tratando la enfermedad de base. En algunos casos puede ser necesaria la suplementación de vitaminas u oligoelementos que no están siendo bien absorbidos".

En última instancia, recuerda que las complicaciones derivadas de un síndrome malabsortivo dependen de la carencia que produzcan y menciona que, por ejemplo, en casos de malabsorción del hierro o de vitaminas del grupo B podemos encontrar anemias o caída del pelo.

"Si estas carencias se producen durante un embarazo pueden tener un impacto importante sobre el desarrollo fetal, y si se producen durante la infancia, en el desarrollo intelectual", concluye.

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