Hasta el 70% de la población en España en necesita mejorar su alimentación para prevenir y disminuir el riesgo de padecer algunos tipos de tumores, afirmaba el año pasado un estudio elaborado por la Fundación Cris Contra el Cáncer. Consumir alimentos ultraprocesados con efectos inflamatorios y no tomar ni suficientes compuestos antioxidantes de origen vegetal ni toda la fibra que deberíamos está detrás de estas tendencias negativas en nuestra nutrición.

"Una buena nutrición pueda colaborar en la prevención de algunos tumores", explicaba el oncólogo médico Antonio Virizuela Echaburu, experto del Grupo de Expertos del Paciente Oncológico (GENPO), así como miembro de la Unidad de Gestión Clínica de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla). Y la dieta mediterránea, con un generoso aporte de Aceite de Oliva Virgen Extra, es una pauta de alimentación directamente relacionada con estos beneficios.

"Además del cáncer de mama, hay publicaciones que confirman una disminución en la mortalidad prematura producida por la dieta mediterránea en tumores como el de estómago, el colorrectal y otros de tipo digestivo. Este beneficio también se ve en otros procesos muy prevalentes como en la depresión, la diabetes, la degeneración grasa del hígado y el deterioro cognitivo", afirmaba Virizuela Echaburu.

Emilia Gómez Pardo, doctora en bioquímica, y máster en Nutrición y salud, y asesora científica de la Fundación CRIS contra el cáncer para temas de prevención y nutrición, aporta para Europa Press su listado de 15 alimentos saludables para disminuir el riesgo de sufrir esta enfermedad. "El papel protector de la dieta está muy estudiado. Debe ser nutritiva, antioxidante, y caracterizarse por ser antiinflamatoria", destaca la experta.

- Brócoli (crucíferas: coliflor, repollo, coles de Bruselas);

- Espinacas (hoja verde: acelgas, grelos, kale);

- Pimiento rojo (vegetales ricos en carotenoides: zanahorias, calabaza, boniato);

- Uvas (frutos rojos: cerezas, fresas);

- Kiwi (cítricos: naranja, mandarinas);

- Manzana;

- Tomate;

- Setas;

- Aceite de oliva;

- Garbanzos (legumbres: lentejas, guisantes, soja);

- Avena (cereales integrales: arroz...);

- Nueces (frutos secos: almendras, anacardos, pipas de girasol);

- Té verde (bebidas no azucaradas);

- Café;

- Lino.

En cuanto a los alimentos que convendría reducir, "la mayor parte de los españoles comen más de 200 gramos a la semana de carne roja”, apunta la doctora. Esto se relaciona con un mayor riesgo de cáncer. "Se sabe que es por la presencia de hierro hemo, de nitritos y de nitratos muy ricos en grasas saturadas, incluso en proteínas, o el hecho de que también se cocina a altas temperaturas y donde se producen compuestos tóxicos y cancerígenos".

Un mayor consumo de alimentos cárnicos, indirectamente, desplaza el consumo de productos vegetales que suponen un aporte indispensable de fibra, destaca Gómez Pardo. Lo que de verdad protege es "un patrón alimenticio que elimina todo lo que nos pone en situación de riesgo", insiste. Unido a hábitos saludables como el ejercicio físico, se puede disminuir el riesgo de desarrollar un cáncer hasta en un 40%.

En ese sentido, es conveniente reducir el consumo de carne procesada, de alimentos ultraprocesados de cualquier tipo, de alcohol -vino incluído- y de bebidas azucaradas. "Esto es lo que tenemos que evitar", explica, ya que una dieta con estos alimentos estará caracterizada por "pocos nutrientes" y será "rica en grasas y azúcares, oxidante, y con un papel inflamatorio muy importante".

Por otro lado, resalta la importancia de alcanzar las 5 raciones diarias de frutas y de verduras, así como legumbres, cereales integrales, y frutos secos. "Hay que comer verduras en la comida y en la cena. Los productos del mundo vegetal nos aportan los fitoquímicos que producen funciones esenciales en nuestro organismo y sobre todo están relacionadas con la génesis de un cáncer".

"Es importantísimo consumir productos del mundo vegetal. Pero también fuentes de proteínas procedentes de carnes blancas y de pescado. Al menos en la comida y en la cena que haya una ración de proteína. Al menos tres o cuatro de pescado a la semana, siendo dos veces de pescado azul", concluye la asesora científica de CRIS contra el cáncer.

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