El número de casos positivos por coronavirus no deja de crecer en todo el mundo. España es ya el quinto país por número de afectados. Según el último recuento oficial, dentro de nuestras fronteras hay más de 2.000 personas contagiadas y más de 50 de fallecidos, todos ellos con patologías previas. En este contexto, las organizaciones sanitarias internacionales y los científicos se afanan en intentar dar respuesta a los interrogantes que plantea esta nueva pandemia recién declarada por la OMS.

Uno de estos interrogantes es si los alimentos pueden ser fuente o vía de transmisión del virus. Es decir, si unos rollitos de primavera, un montadito de lomo o un pincho de tortilla pueden provocar un contagio. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el organismo científico encargado de velar por la protección de los víveres que consumimos en la UE, ya ha salido a la palestra para decir que no hay evidencia que confirme tal extremo.

Según explica la EFSA, investigadores y organizaciones médicas de todo el mundo están analizando la expansión del virus en todo el planeta y, por el momento, "no ha habido informes de transmisión a través de los alimentos". Según ha explicado Marta Hugas, jefa científica de la agencia europea, "las experiencias de brotes anteriores de coronavirus, como con el síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV) y el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV), muestran que la transmisión a través del consumo de alimentos no ocurre". Es decir, "por el momento no hay evidencia que sugiera que el coronavirus sea diferente a este respecto".  

Tal y como asegura el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), el origen del brote sigue siendo una incógnita. Es cierto que no se descarta que esté relacionado con el consumo de animales salvajes, sin embargo, el ECDC sostiene que el virus se está propagando exclusivamente de persona a persona, principalmente a través de gotitas respiratorias que se exhalan al toser o estornudar. 

Priorizar las medidas de higiene

El hecho de que no haya evidencia científica de que los alimentos puedan ser una vía de transmisión no quiere decir que sean inocuos y no puedan contaminarse como ocurre con patógenos. De hecho, la OMS ha emitido una serie de recomendaciones a la hora de manipular alimentos y cocinarlos similares a las que se utilizan para evitar brotes de listeriosis o salmonelosis.

La OMS advierte que los productos cárnicos pueden consumirse de forma segura, incluso en zonas de contagio, siempre que se cocinen y manipulen adecuadamente (esto es, realizando el correspondiente lavado de manos antes y después de la manipulación). Conviene evitar el consumo de productos animales crudos (desde la carne a la leche o el queso). Así, la organización recomienda que a la hora de manipular estos alimentos se utilicen tablas de cortar, evitando hacerlo sobre una mesa o sobre la encimera de la cocina a fin de evitar una posible contaminación cruzada que, aunque resulta difícil para los coronavirus, no debe descartarse.

"No se sabe con certeza cuánto tiempo sobrevive el virus causante de la COVID-19 en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus", señala la OMS. "Los estudios realizados (incluida la información preliminar disponible sobre el virus de la COVID-19) indican que los coronavirus pueden subsistir en una superficie desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (por ejemplo, el tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente)".