En inglés se denomina case study y su traducción sería "estudio de un caso". Esta aclaración es importante a la hora de informar sobre este trabajo publicado en la revista Nutrients, que podría dar esperanza a muchos afectados por la enfermedad de Crohn -cuyos síntomas se tratan con medicamentos que no logran la remisión completa de la enfermedad en alrededor del 50% de los afectados- pero que hay que acoger con toda la cautela que supone que su tesis sólo se haya probado en una persona. 

La hipótesis es, sin duda, atractiva y sugiere que la enfermedad de Crohn, un proceso inflamatorio crónico del tracto intestinal, podría curarse sólo a través de la dieta, en concreto adoptando una dieta vegana, que implica eliminar por completo cualquier producto animal o derivado de animales. 

Quien lo ha demostrado es un joven que a los 25 años fue diagnosticado con esta patología después de presentar sus típicos síntomas: fatiga, dolor abdominal, nauseas y ulceras de forma ocasional. Después de un año de tratamiento con infliximab -un agente biológico, que se administra por infusión intravenosa cada ocho semanas- , no consiguió que la patología remitiera

Aunque había mejorado, seguía con el dolor y la fatiga. Cuando llevaba dos años recibiendo el potente medicamento, el protagonista de este estudio decidió -por motivos religiosos- cambiar radicalmente su dieta. De comer lácteos, carne y todo lo típico de la dieta media estadounidense, el joven optó por estar 40 días sin consumir comidas procesadas ni animales o derivadas de estos. 

Fue entonces cuando saltó la sorpresa y el hasta el momento enfermo notó que todos sus síntomas remitían. Era algo que le sucedía por primera vez después del diagnóstico y no lo quiso desaprovechar. Lo que iba a ser un experimento religioso se convirtió en una forma de vida, aunque con excepciones. 

El paciente se permitió a sí mismo consumir productos de origen animal y procesados una vez a la semana como máximo y, en general, siguió esa dieta de forma estricta. Como si de una fórmula matemática se tratara, cuando se saltaba el régimen, los síntomas volvían. 

Su mucosa se recuperó por completo y, al cabo de unos meses, pudo incluso dejar el tratamiento. La enfermedad de Crohn ni estaba si se le esperaba. 

"Este caso ofrece esperanza para cientos de miles de personas afectadas por los dolorosos síntomas asociados a la enfermedad de Crohn", explica la coautora del estudio, la directora de investigación clínica del Comité de Médicos de Medicina Responsable, en Washington, Hana Kahleova.

Aunque al tratarse de un único caso no se puede generalizar, los autores apuntan a la necesidad de que se investigue más esta estrategia como posible tratamiento de la patología autoinmune. "Esto apoya la idea de que realmente la comida puede actuar como medicamento", concluye Kahleova. 

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