Con la llegada del otoño, las lluvias torrenciales han vuelto al litoral mediterráneo. La situación recuerda a la que se vivió hace casi un año con la dana (Depresión Aislada en Niveles Altos) que causó 227 muertes en esta misma zona.
No parece que los daños vayan a ser tan graves como entonces. Aun así, ya se han repetido acumulados por encima de los 200 litros por metro cuadrado. Aunque en esta región se han registrado cifras superiores, se trata de valores históricos.
En la cuenca mediterránea las lluvias torrenciales de récord se suelen asociar a los Sistemas Convectivos de Mesoescala (SCM). Estas estructuras atmosféricas pueden producir acumulados equivalentes a la media anual en cuestión de horas.
Durante el 29 de octubre del pasado año, de hecho, se generaron varios SCM que afectaron a amplias zonas del este peninsular, como apunta un informe de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sobre el episodio ocasionado por la dana aquel día.
Acumulaciones "muy peligrosas"
Los SCM tienden a permanecer sobre la misma zona. Por ello las lluvias generadas por estos sistemas son cuasi estacionarias; es decir, provocan acumulados de lluvia excepcionales en puntos muy localizados.
También influye el terreno. En el litoral mediterráneo, tanto por su relieve costero como por la presencia de un mar cálido, el sistema convectivo se mantiene fijo y descarga buena parte de las precipitaciones en el mismo lugar.
"Las tormentas cuasi estacionarias son muy peligrosas", advierte Francisco Martín León, en declaraciones a EL ESPAÑOL. "Al moverse muy poco, generan acumulaciones como las que hemos visto este lunes".
En Valencia, Gandía encabeza el acumulado de lluvias, con más de 224 l/m2 en menos de cinco horas. Aunque en la primera mitad de este martes se podrían alcanzar hasta los 250 l/m2 en el sur de la comunidad.
La mayoría de los municipios afectados por la dana en octubre del pasado año no han registrado grandes incidentes. El barranco del Poyo ha sufrido una ligera subida, pues las precipitaciones en Paiporta alcanzaron los 22 l/m2 en la noche del pasado domingo.
Imagen del Barranco del Poyo este lunes en su paso por Paiporta (Valencia).
Las lluvias de otoño en el litoral mediterráneo no sólo se vuelven torrenciales por los SCM que se forman con facilidad. También hay otros factores que las intensifican durante esta época del año.
Temperatura inusualmente alta
Uno de los más importantes a tener en cuenta es la temperatura superficial del Mediterráneo. A lo largo del verano se han registrado valores entre 2 y 3,5 ºC más altos respecto a la media de este periodo.
Un mar cada vez más caliente aporta gasolina de primera en el caso de que confluyan todos los factores necesarios para que se produzcan lluvias de intensidad extraordinarias.
No es, eso sí, el más determinante de todos, ya que sin inestabilidad en altura no hay fenómenos adversos. Aunque la llegada de una vaguada de aire frío o de una dana desencadena chubascos localmente torrenciales en la zona.
En esta ocasión, la presencia de una vaguada en altura es la que está reforzando la inestabilidad atmosférica que se acentúa, a su vez, por el efecto orográfico que mantiene la formación continua de nubes convectivas.
Aunque el principal responsable de las lluvias que se están registrando estos días en buena parte del este peninsular es la borrasca 'ex Gabrielle', que llegó a ser un huracán de categoría 4.
La masa de aire húmedo de origen subtropical que se ha generado al entrar en latitudes medias encuentra "un entorno propicio para generar lluvias muy intensas" en el litoral mediterráneo, como explica Mario Picazo, meteorólogo de Eltiempo.es.
Los ingredientes ya están
En su comparación con la dana del 29 de octubre, este episodio también está dejando lluvias torrenciales, aunque no por el aislamiento de una bolsa de aire frío en altura.
Ambos casos sí que reflejan que las lluvias torrenciales se vuelven a cebar con esta zona porque "tenemos todos los factores para ello", como apunta Martín León.
Lo único que sucede es que no siempre se activan de la misma manera. Esta vez, la vaguada en altura no está siendo muy intensa.
Pero hay otros factores que hacen que las tormentas sean eficientes (esto es, que son capaces de devolver toda la humedad que hay en la atmósfera a la tierra).
Y es que ex Gabrielle ha generado un entorno de una gran humedad y energía en la atmósfera, que se ha sumado a la que ya se registra en el Mediterráneo.
"En la dana del 29 de octubre hubo 'una cerilla' muy grande, mientras que ahora tenemos varias pequeñas sobre un sustrato de gasolina pura", ejemplifica Martín León.
El meteorólogo recuerda que las predicciones climáticas ya apuntan a que las lluvias serán cada vez más extremas e intensas, ya que "'los ingredientes' se dan".
La incertidumbre está en saber si aumentará la frecuencia de las danas, los frentes fríos o las vaguadas en esta época otoñal, "que es la más peligrosa".
