Pablo García Santos
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La meteorología desempeña un papel clave en los incendios forestales, ya sea porque ayuda a su propagación o porque facilita su extinción.

Las fuertes rachas de viento y las temperaturas registradas han servido de ingredientes para el cóctel molotov por el que se han descontrolado algunos fuegos en la Península Ibérica.

Este escenario podría dar un giro de 180 grados precisamente por el cambio de tiempo que llegaría a España en los próximos días.

De cara al fin de semana, se prevé que un frente frío activo llegue a zonas del noroeste y oeste peninsular, dejando precipitaciones en las regiones afectadas por los incendios.

Estas precipitaciones de origen atlántico irán acompañadas de un aumento de la humedad ambiental y de una bajada de temperatura, que ya comenzó el pasado 19 de agosto pero continuará en los próximos días.

"La llegada del frente frío va a suponer una gran ayuda para los incendios que tenemos estos días en la parte occidental de la Península", señala a EL ESPAÑOL Francisco Martín León, meteorólogo de Meteored.

Las precipitaciones que se esperan para los próximos 25 y 26 de agosto solo afectarán a las zonas de la cornisa cantábrica. No se espera que lleguen a las zonas más afectadas por los fuegos, como Ourense, Zamora, León o Cáceres.

A la espera de la llegada del frente frío de origen atlántico, los vientos podrían convertirse en "los peores enemigos" de este escenario.

Hay algunos modelos que adelantan la llegada del frente para el mediodía del 24 de agosto.

Lo que sí parece claro es que los niveles de riesgo meteorológico diario de incendios forestales descenderán si se comparan los de esta jornada con los de los primeros días de la próxima semana.

"Es una buena situación de cara a los incendios", indica Martín León. Sobre todo porque el frente frío ayudará a limpiar la atmósfera de las partículas en suspensión que está dejando la quema de los bosques.

Considera que se abre "una ventana de esperanza" para que antes de que termine agosto los fuegos puedan extinguirse por procesos naturales.

De huracán a borrasca

El "impasse debe ser aprovechado", bien por "la lluvia que apague de forma natural los fuegos" o por "el descenso acusado de temperaturas que podría dejar en nuestro territorio ex-Erin".

Esta borrasca tiene su origen en el huracán Erin, de categoría 2, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), pese a que el pasado sábado alcanzó la 5.

El primer huracán del Atlántico de 2025 se convirtió en una tormenta tropical tras causar inundaciones mortales en las islas de Cabo Verde.

Actualmente, está afectando a las costas de Carolina del Norte y Bermuda con fuertes olas y corrientes corrientes de resaca.

A su paso por el Atlántico Norte, la corriente en chorro influirá en su trayectoria y evolución, llegándolo a transformar en una borrasca, de nombre ex-Erin. Es extraño que suceda, pero sí que se ha dado en otras ocasiones.

Y es que cuando un huracán tropical se desplaza hacia latitudes altas se produce una transformación porque las condiciones ambientales son diferentes a las de su origen.

Pasa de 'alimentarse' del calor de los mares que sobrevuela en las áreas tropicales del Caribe a perder sus características simétricas y generar una borrasca con un frente cálido muy activo.

El NHC prevé que Erin será postropical a primeras horas del domingo 24 de agosto, ganando en tamaño como borrasca.

Por su parte, el modelo del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF) prevé que la borrasca ex-Erin se acerque a las islas británicas sobre el próximo 27 de agosto.

La probabilidad de que suceda, a una semana vista, es cercana al 40%, una cifra similar a la que existe para que llegue a la Península. Días atrás, comenta Martín León, no aparecía este porcentaje, que "va en aumento".

El ECMWF pronostica que el centro del actual huracán Erin podría situarse frente a las costas del noroeste peninsular con frentes asociados el próximo 27 de agosto.

Imagen prevista para el próximo 27 de agosto, con ex-Erin afectando el noroeste de la Península. ECMWF

En el caso de que se produjera el acercamiento a España, su llegada "generaría un cambio de tiempo radical".

Más que las precipitaciones, lo más significativo de ex-Erin serán los vientos intensos, el oleaje y la bajada de las temperaturas.

El meteorólogo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) J. J. González Alemán coincide con Martín León en que la transformación del huracán Erin en borrasca ocasionará "un cambio radical en nuestra región".

Tal y como ha explicado en su cuenta de X, la dinámica atmosférica se parecerá más a la de otoño, puesto que se desaparecerá el dominio de la dorsal subtropical africana.

Aún sigue habiendo incertidumbre

Ambos fenómenos meteorológicos podrían favorecer la extinción de los incendios que asolan España en las últimas semanas.

Aunque "todavía sigue existiendo incertidumbre", sobre todo en el caso de la borrasca ex-Erin.

El último avance de la Aemet pronostica que para el sábado 23 de agosto los cielos estarán despejados y se producirá un aumento de las temperaturas diurnas.

Para la jornada siguiente, se espera un nuevo cambio de tiempo "con entrada de sistemas atlánticos que pueden traer las ansiadas precipitaciones a la mitad oeste peninsular".

"Los primeros días de la próxima semana van a ser claves", vaticina Martín León.