Paolo Fava
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Entre la confusión informativa que reinó el 28 de abril a causa del apagón energético generalizado en España y Portugal, una de las primeras hipótesis que circuló hacía referencia a un raro fenómeno denominado 'vibración atmosférica inducida'. La empresa encargada de la gestión energética en Portugal, REN (Redes Energéticas Nacionais), habría aludido "variaciones extremas de temperatura en el interior de España" que habrían producido "oscilaciones anómalas en las líneas de muy alta tensión (400 kV)", provocando "fallos de sincronización entre los sistemas eléctricos" y "sucesivas perturbaciones en la red interconectada europea".

La teoría de la 'vibración atmosférica inducida' fue recogida incluso por la prensa internacional dado que era atribuida a Reuters. Sin embargo, la agencia se ha retractado de parte de los comentarios atribuidos a REN tras negar la compañía que fueran pronunciados por sus representantes. Un directivo de la energética, Joao Conceicao, confirmaba que se habían producido "grandes oscilaciones en el voltaje" del sistema, primero en España y luego en Portugal. Pero afirmaba que no se podía conocer aún la causa, sin descartar ninguna posibilidad.

La oscilación de energía sumada a la fuerte pérdida de generación -los 15GW desaparecidos en cuestión de minutos, ya famosos- es efectivamente la causa final del apagón del sistema, pero todavía queda por dilucidar qué la causó. La declaración apócrifa sobre las "variaciones extremas de temperaturas en el interior de España" ha sido desmentida por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que certifica que "el 28 de abril no se detectó en España ningún fenómeno meteorológico o atmosférico inusual, ni tampoco variaciones bruscas de la temperatura".