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Un grupo de científicos presentó, en febrero de 2024, un informe titulado 'Incendios forestales y restauración de zonas quemadas' en el Congreso de los Diputados.

En él, se advertía todo lo que estamos viviendo este año, lamenta Javier Madrigal, coordinador de riesgos forestales del CSIC y uno de los expertos consultados para el citado informe, en conversación con EL ESPAÑOL.

Asegura que los políticos "han tenido a su disposición toda la información. Si no se han adoptado algunas de las medidas propuestas, y que ahora se están discutiendo, es porque no se ha hecho lo suficiente; o al menos, de lo que la ciencia está proponiendo".

El documento arranca con un claro aviso: "A nivel nacional se observa un aumento significativo constante de la superficie quemada por grandes incendios forestales, lo que pone en peligro a las personas y genera importantes daños económicos".

"Esta situación", continúa el texto, "hace necesaria una reflexión sobre los numerosos esfuerzos dedicados a la extinción y una menor cantidad de recursos destinados a la prevención y mitigación".

Demandas a nivel estatal

Reconocen que las competencias en gestión forestal están transferidas a las comunidades autónomas, pero reclaman que el abordaje de la problemática debe considerar políticas que vayan desde lo local a lo estatal y europeo.

Pese a que se presentó en el Congreso unos meses después, el informe se publicó en diciembre de 2023, un año después de que se registraran en España los peores datos en incendios (hasta la llegada de 2025).

Entonces ya se advertía que "las decisiones que se tomen hoy en diversas políticas sectoriales que afectan al territorio determinarán el régimen de incendios dentro de varias décadas, siendo la falta de acción política la decisión con mayores impactos negativos".

Se hacen eco de las quejas de las asociaciones de propietarios y selvicultores, quienes declaran no tener apoyos suficientes a la gestión forestal. También exponen demandas específicas a nivel estatal como el impulso de una nueva Ley marco de Fomento de la Actividad Forestal.

Otras de las medidas de prevención que plantean es gestionar el 1% de la superficie forestal a escala nacional (unas 260.000 hectáreas). El objetivo es preparar el territorio frente al paso de los grandes incendios forestales, priorizando zonas estratégicas de actuación.

Para llevar a cabo esta acción, que surge de una declaración de la fundación Pau Costa, sería necesario destinar alrededor de 1.000 millones de euros al año con un mantenimiento periódico para ser efectiva.

Despoblación del mundo rural

Los árboles y los bosques tardan décadas en crecer y alcanzar un estado maduro. Por ello, las decisiones en política y gestión forestal que se tomaron a principios y mediados del siglo XX en España explican, en parte, la realidad forestal 100 años más tarde.

Las grandes extensiones de pinos, fruto de los planes de reforestación de los años 40, presentaban la ventaja de permitir una repoblación rápida, que tenía un carácter protector del suelo.

A día de hoy, la situación ya no es la misma en estos montes. Se observa un "declive", vinculado al envejecimiento y la despoblación en el mundo rural, que indirectamente provoca una acumulación de vegetal que requiere algún tipo de gestión.

Pero, como opina Madrigal, es un proceso que parece imparable: "No hay políticas demográficas que promuevan que la población vuelva al campo".

Ante este fenómeno irreversible, una de las medidas en las que se está trabajando a nivel científico es la de ver cuál es el régimen más adecuado de quema prescrita (provocar fuegos controlados de material combustible para evitar incendios forestales).

En el norte de España, hay una demanda muy fuerte de creación de pastos, que se pueden crear con una quema controlada. Pero sin suficiente carga ganadera, vuelve a regenerarse como matorral y continúa el ciclo, agravando de nuevo la situación.

Convivir con los incendios

La restauración ecológica también aparece en el informe como estrategia de prevención.

Se refieren a incluir acciones que permitan a los ecosistemas tener una menor susceptibilidad a quemarse y una mayor capacidad de regeneración en caso de quemarse, a la vez que se mitigan los efectos del cambio climático.

En los incendios, comenta Madrigal, preferimos hablar más de cambio global que de cambio climático, porque aunque es un acelerante, "no es la causa principal desde nuestro punto de vista científico".

El investigador del CSIC también aclara que todas estas medidas preventivas no son la solución a los incendios, pues "vamos a seguir teniendo".

Según los modelos de proyección del cambio climático, y teniendo en cuenta el estado de los bosques, en Europa se espera que la frecuencia de los grandes incendios aumente en un 30%.

"Esta cifra no quiere decir que sea inevitable, significa que si no hacemos nada, es lo que vamos a tener en los próximos años. De ahí que la solución que proponemos a nivel científico es la de convivir con incendios más asumibles".

Restauración de las zonas

Madrigal lleva décadas estudiando cómo hacer frente a los incendios. Recuerda que en 1994, cuando el fuego arrasó con 437.602 hectáreas, "nadie pensaba que se iba a volver a repetir".

Le genera impotencia ver que este año ya se han superado aquellas cifras: "Si seguimos como hasta ahora, vamos a tener estos escenarios repetidos dentro de cinco años".

A nivel profesional, la palabra que le sale es "frustración", por "llevar 20 años llamados a las puertas de responsables políticos y no ver reacción".

"No es una opinión personal. Está negro sobre blanco tanto en los documentos que hemos aportado desde el CSIC como en el informe del Congreso", lamenta. Puede que en los próximos meses la impotencia vaya en aumento.

Y es que como líder del Grupo de Asesoramiento de Desastres y Emergencias (GADE) va a dar apoyo científico-técnico en las zonas afectadas por los incendios. Pero "la toma de decisiones corresponderá a los gestores de la zona".

Por el momento, la única solicitud que han recibido proviene de la Fundación Las Médulas, a raíz del incendio que tuvo lugar en la localidad de Yeres (León) a principios de este mes.

Vista del incendio forestal que afecta a Las Médulas, en la comarca de El Bierzo (León). Ana F Barredo EFE

La petición de ayuda a este Grupo, que el CSIC sólo ha activado en cuatro ocasiones desde que se creara en abril del año pasado, es sencilla: basta con enviar un correo electrónico.

Lo más preocupante en la evaluación de los daños es el suelo, ya que es la parte que va a estar más expuesta a las lluvias de este otoño.

Aún es pronto como para saber si serán intensas, pero podrían ocasionar problemas de erosión, pérdida de materia orgánica y acumulación de cenizas en las zonas bajas de los pueblos que están en las faldas de esas laderas.

En el caso de Las Médulas es "mucho más importante" al estar catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La actuación del GADE no comenzará hasta el próximo 8 de septiembre.