Paolo Fava
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Tras una veintena de días auténticamente infernales, los esfuerzos de extinción en España y el cambio de la meteorología han logrado frenar los incendios forestales en España. El sistema europeo de vigilancia por satélite Copernicus informa que se han quemado en la última semana 2.997 nuevas hectáreas, una fracción de lo que se perdió en la quincena precedente.

Según los datos del Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales (EFFIS), el número de hectáreas afectadas por las llamas este año ya es de 412.533. De estas, 165.837 se perdieron en la semana del 5 al 12 de agosto, y 199.299 en la semana siguiente. Ha sido la peor quincena en cuanto a incendios forestales de la historia de España.

A lo largo de esta quincena, se ha superado la superficie quemada en 2022 -hasta ahora, el peor año del siglo XXI- con la mitad de incendios: 228 frente a los 493 de hace tres años. La superficie quemada hasta este martes multiplica casi por seis la media en el mismo periodo de tiempo y supera en un 20% el máximo de hectáreas quemadas de los últimos 20 años.

Desde el 11 de agosto se han contabilizado varios megaincendios de más de 10.000 hectáreas, incluyendo al que ya se considera como el mayor incendio de la historia de España desde 1968, cuando arranca la serie histórica oficial. Se trata del de Molezuelas de la Carballeda.



El incendio arrancó en la localidad zamorana y ha afectado a las provincias de Zamora y León, afectando a 37.000 hectáreas. En las labores de extinción murieron dos hombres que ayudaban voluntariamente a combatir las llamas.

En Galicia, la ola de incendios ha arrasado desde el día 8 más de 90.000 hectáreas, según los datos de Medio Rural. Con alrededor de 30.000 hectáreas afectadas, el de Lourero ya es el incendio más grande de la historia en Galicia. Afecta a Pena Trevinca, un espacio natural que alberga el bosque más antiguo de Galicia, y ha alcanzado a la provincia de Lugo tras saltar el río Sil.



Entre los mayores incendios, a partir de 500 hectáreas de superficie forestal arrasadas, figuran los de Chandrexa de Queixa (Ourense) con más de 19.000 hectáreas, ya estabilizado. A continuación el de  Oímbra y Xinzo de Limia (Ourense), que va a ya por las 17.000 hectáreas arrasadas.

También se encuentra estabilizado el de Jarilla (Cáceres), con 17.000 hectáreas afectadas, y el de A Mezquita-A Esculqueira (Ourense), con 10.000 hectáreas. En cambio, preocupa el de Porto (Zamora), con una afectación de más de 10.000 hectáreas en el Parque Natural del Lago de Sanabria, sierras de la Segundera, valle de Casaio de Ourense y del entorno del lago de la Baña de León.

A destacar los incendios de Almanza (León), con 5.900 ha; Torrefeta (Lérida), con 5.282 ha; Puercas, en Gallegos del Río (Zamora), con 4.700 ha; Carballeda de Valdeorras-Casaio, con 4.400 ha; Carballeda de Avia y Beade (Ourense), con 4.000 ha; Yeres, en Las Médulas (León), con 3.731 ha; Llamas de Cabrera (León), con 3.550 ha; Maceda (Ourense), 3.500 ha; Navalmoralejo (Toledo-Cáceres), con 3.256 ha; y Méntrida (Toledo), con 3.189 ha.

Siguen los de Paüls (Tarragona), con 2.879 ha; Caminomorisco (Cáceres), con 2.660 ha; A Granxa-Oímbra (Ourense) con 2.500 ha; Valdecaballeros (Badajoz), con 2.393 ha; Cuevas del Valle (Ávila), con 2.215 ha; Carballeda de Valdeorras-Casaio, con 2.000 ha; y Tres Cantos (Madrid), también con más de 2.000 ha.

A continuación, los de Santiso, Maceda (Ourense) con 1.700 ha; Navaluenga (Ávila), con 1.577 ha; Burguillos (Sevilla), con 1.350 ha; Benahadux (Almería), con 1.333 ha; Alcollarín (Cáceres), con 1.310 ha; Aldea del Cano (Cáceres), con 1.229 ha; y la propia Cáceres, con 1.057 ha.

Cierran la lista los incendios de Vilardevós-Vilar de Cervos, con 900 ha; Talarrubias (Badajoz), con 838 ha; San Bartolomé de Pinares-Las Navas del Marqués (Ávila) con, 801 ha; Oliva de Mérida (Badajoz), con 800 ha; Resoba (Palencia), con 800 ha; Arroyomolinos (Cáceres), con 782 ha; Trujillo (Cáceres) 827 ha; Terroso, Vilardevós (Ourense), con 549 ha; y Selaya (Cantabria) con 605 ha.