La crisis climática aprieta las tuercas cada vez con más fuerza. Los expertos llevan años alertando de la emergencia, pero las acciones verdes siguen sin llegar. David Vieites, investigador y director de Cambio Global del CSIC, cuenta en una entrevista con EL ESPAÑOL que el mundo ha llegado a un punto de no retorno en el que lo único que se puede hacer es mitigar el impacto que pueda tener el cambio climático. Y esto, precisamente, es lo que se debate estos días en la Cumbre Mundial por el Clima en Glasgow (Escocia).

En su departamento, este biólogo dirige proyectos en los que varios investigadores estudian la distribución de especies en la geografía en relación al cambio global. Su interés por la biodiversidad es lo que le ha conducido a estudiar y llevar a cabo varias publicaciones sobre cambio climático. Cuenta que ahora están trabajando para ver cómo afecta a las especies un cambio drástico de las temperaturas desde el punto de vista genómico. "Estamos estudiando ahora a las lagartijas, para ver cómo responden".

Desde hace 21 años, Vieites trabaja en Madagascar, un país que está sufriendo la primera hambruna climática de la historia y, sin embargo, apenas ha tenido atención internacional. Unos episodios, advierte, que se verán en las próximas décadas con más frecuencia a lo largo y ancho del globo.

- ¿Estamos en un punto de no retorno en lo que se refiere al cambio climático?

- Hay mucho debate sobre si ya hemos cruzado ese punto. Yo soy de los que opina que sí, y no tiene nada que ver con que no haya esperanza de revertirlo, que sí que la hay. Simplemente hemos llegado a un punto en el que la atmósfera se ha descontrolado bastante y no tenemos la tecnología para controlar el clima, desgraciadamente. Lo único que podemos hacer es intentar mitigar el impacto que tiene el hombre en esos efectos. De la misma forma que no podemos parar el volcán de La Palma, tampoco podemos parar una tormenta o una ola de calor.

- ¿Y cómo hemos llegado a este punto? 

- Hay mucho discurso ahora sobre que se ha producido en los últimos años. Esto viene desde hace 150 años, con la revolución industrial, con el carbón. Hay gente que ya publicaba diciendo: "Oiga, si estamos liberando tanto CO2 de la quema de carbón, la atmósfera se va a calentar". Ni caso. Luego nos hicimos yonkis del petróleo, que era una energía superbarata y gratis, porque solo había que excavar para explotarla a lo bestia, y gracias a eso hemos avanzado socialmente muchísimo. La calidad de vida ha mejorado, ¿pero a costa de qué? A costa de esquilmar los recursos del planeta. Nada es gratis. En los últimos 50 años, es verdad que se han disparado las emisiones y el calentamiento del planeta, y estamos en una dirección peligrosísima. 

- En un artículo en Bioscience, comentaba que las evaluaciones del IPCC en cuanto a cambio climático se quedaban siempre cortas. ¿A qué se refiere con esto?

- No fue con la intención de causar polémica, pero si tú lees los informes del IPCC, se dan unas instrucciones a la gente que participa sobre usar un lenguaje calibrado, moderado. Intentan evitar polémicas, porque ya les ocurrió una vez que les atacaron furibundamente. Por ejemplo, en este último informe del IPCC se dice que el hombre es el responsable inequívocamente del cambio climático que ya observamos: hay un 100% de probabilidad. En el anterior, era un 99,8% y se consideraba como muy probable. Y claro, hay gente que usaba eso para decir "pero no estás 100% seguro". Ese lenguaje calibrado lo que hacía es disminuir el mensaje de cosas que son obvias y ciertas. 

- ¿En este último informe se ha corregido ese lenguaje calibrado?

- No, sigue igual. Lo que sí que es verdad es que se han mojado algo más y aseguran cuestiones como que esto [el cambio climático] es consecuencia de la acción del hombre. Lo que pasa es que llega un poco tarde. Hace diez años aún había un diálogo entre negacionistas y científicos, y ahora esto ya está abandonado. Los negacionistas del cambio climático ya se han callado y ahora el discurso va hacia otro lado. Ahora va a pasar de las promesas a los hechos. 

- ¿Este lenguaje calibrado ha podido influir en la inacción política y la falta de medidas para frenar el cambio climático?

- La política hoy en día está pensada como las grandes empresas. Tienen que dar beneficios trimestrales. Les preocupa lo que va a pasar en los próximos tres meses, y las buenas empresas tienen planes estratégicos a largo plazo. Al político le pasa igual. En dos meses, mira cómo puede cambiar la política en este país. Les preocupa ganar las próximas elecciones, que no son necesariamente las generales, y están pensando a corto plazo. El cambio climático tiene dos problemas: uno, tiene que haber políticas a largo plazo; y dos, tiene que ser de manera global. Tiene que haber políticas a largo plazo que son muy difíciles de conseguir hoy en día y además implicaría el consenso de muchos grupos políticos, porque si no te viene un Trump y te desmonta el tinglado. Y, luego, las políticas no las puedes tomar tú sólo, tiene que ser un compromiso global. Y estas COP [cumbres del clima] pretenden un poco eso, que todos los países se comprometan en una misma dirección.

- ¿Por qué es tan importante esta COP 26?

- [Resopla] A ver, hay cuatro aspectos importantes: los NDC’s, la adaptación, las finanzas climáticas y la cooperación internacional. Hace seis años que se celebró el Acuerdo de París. Esta COP debería haberse celebrado hace un año, y eso es muy importante. El Acuerdo de París iba de compromisos. Lo relevante fue que se sentara tanta gente en la mesa y que firmasen que iban a hacer cosas. Las COP que hubo en los últimos años fueron de compromisos, pero la COP de este año tiene que ser de acciones. En el Acuerdo de París se decía que cada cinco años los países debían revisar sus compromisos y mejorarlos, y ahora toca ese momento, ya han pasado cinco años. Por eso esta COP es tan importante. El objetivo que tiene todo el mundo es que se tengan emisiones netas cero en 2050. 

- ¿Qué se espera de esta cumbre?

- En esta COP se va a discutir mucho desde las NDC’s, las contribuciones determinadas de cada país al Acuerdo de París. Se espera que haya anuncios relevantes en ese sentido, tanto en nuevos compromisos como en acciones de reducción de emisiones. Las acciones que se están priorizando son: adelantar las fechas de la producción de carbón en países que no lo han hecho (como Polonia); China pasa de todo, va a mandar a delegados pero el presidente no va a la COP y son los que están quemando carbón a saco; y luego está el tema del metano, que es mucho más potente que el CO2 creando efecto invernadero, y el objetivo es reducirlo en un 30% para 2030, es decir, en 10 años; además de la moratoria en la extracción de nuevas fuentes de metano como las submarinas. Veremos.

Ahora, ¿qué es lo que se espera de esta COP en ese sentido? Que se establezcan las políticas claras en hechos concretos. Hay que hacerlo ya. Y luego la adaptación al cambio climático. Decías antes lo del punto de no retorno. Pues mira, el objetivo era no pasar de los 1,5ºC del Acuerdo de París. Pues eso no se va a cumplir, ya te lo digo, es imposible. De hecho, han aumentado las emisiones a pesar de que la pandemia paró el planeta. Si implementamos lo que dicen los países estaríamos en 2,4ºC. Estamos yendo hacia temperaturas que no vivía este planeta desde hace millones de años. Tiene que haber un golpe en la mesa. Biden va con mucha fuerza, la Comisión Europea, Australia… Falta China, y eso va a ser un problema. Pero veremos.

- ¿Qué más objetivos están sobre la mesa?

- La adaptación. El objetivo de la adaptación al cambio climático es proteger las especies y hábitats naturales. La adaptación es fácil de entender, porque nosotros tenemos un montón de tecnología para ello: aire acondicionado, calefacción, riego por goteo… En cambio, en los países en desarrollo, no. Son los que están pagando el pato y no contribuyen casi nada a las emisiones. Entonces, el tercer aspecto que se va a hablar es esto de las finanzas climáticas. Por un lado, están los compromisos de financiación internacional y en el Acuerdo de París había un compromiso formal de que los países más desarrollados íbamos a pagar la adaptación de los países en vías de desarrollo. Ese dinero, que eran 100.000 millones de dólares al año, cero, muy poco. De hecho, Trump sacó a EEUU del Acuerdo de París porque no quería pagar. 

Este aspecto es crítico y verás que va a haber muchas voces de países en vías de desarrollo solicitando esta financiación. Se trata de darles una capacidad de adaptación a ciertas condiciones, y eso es bueno para nosotros, porque la gente no se quiere ir de África, pero si el clima les obliga a irse o morir, pues prefieren arriesgarse a morir en una patera. Esto tiene implicaciones geopolíticas muy potentes. Ya te anticipo que va a haber un problema en esta COP, y es que va a haber muchos delegados de países en vías de desarrollo que no van a asistir, pero no como protesta, sino porque el Covid-19 no les permite viajar, porque no están vacunados. 

- Pero imagino que asistirán de manera telemática.

- Ya, pero ya sabes que no es lo mismo. Además, está sobre la mesa el tema del mercado internacional de carbono. En el artículo 6 del Acuerdo de París, se hablaba de este mercado que no está funcionando. Es el único punto sobre el que no llegaron a establecer unas reglas para regirlo. Luego, también se habla de que los países mejoren sus compromisos y de premiar económicamente a los países que mejoren su reducción de emisiones. Lo último sería la cooperación internacional, que es hablar, y hay países que se niegan. China es un problemón, porque si no se moja…

- ¿Se podría decir que China es uno de los malos de la película en esta cumbre?

- No son los malos, hay que entenderlos. China se está posicionando como una gran potencia, pero tiene los pies de barro. Si tú miras su PIB está el 18º del mundo, tiene población y mucha gente pobre. Muchos de los recursos que China necesita los tiene que sacar de fuera: de África, de Asia, de Sudamérica… Está colonizando, pero de una forma diferente a como lo hacíamos los europeos o los americanos. Ellos montan infraestructuras a cambio de explotar sus recursos. Ellos están creciendo y para crecer necesitan energía barata. Dicen "no, yo voy a seguir quemando carbón porque yo tengo que crecer, y para hacerlo rápido yo necesito energía de este tipo, y si no la tengo de otras fuentes, pues la tengo que obtener del carbón". Y claro, han montado multitud de centrales térmicas en los últimos años. 

China el objetivo que se pone no es en 2030 ni mucho menos, sino que habla de 2060. No son los malos de la película. Simplemente tienen un modelo de crecimiento que es el que es. El problema es que o vamos todos juntos o se rompe la baraja. No puede ser que China esté emitiendo salvajemente y el resto las reduzca, porque está el vaso muy lleno ya. No es suficiente.

- ¿Qué puede determinar el éxito o fracaso de esta cumbre?

- Esta cumbre va a fracasar como todas las anteriores.

- ¿Porque ninguna está a la altura de la emergencia climática?

- Porque de nuevo los compromisos políticos son a corto plazo, y tienen que ser a largo plazo. Es muy fácil de entender. Viene la revolución industrial y de repente, mucha gente se queda en la calle, porque las fábricas hacen lo mismo en menos tiempo. Llega la revolución del petróleo y todo lo del carbón se va a la mierda, porque hay una tecnología nueva. Esto es lo mismo. Nosotros tenemos un problema muy gordo. Tenemos que meter tecnología nueva, que sea verde, y te vas a cargar todos los sectores que tenías antes. Esto va a tener un coste político muy grande. Coge el dinero ahora y en vez de hacer una transición que te va a llevar 40 o 50 años, pon la pasta en la mesa, porque si no lo haces ahora, va a costar mucho más y vamos a estar a la cola del desarrollo. 

El ejemplo más claro es el carbón. Cierra el carbón, dales dinero a las familias que dependen de él, formación... Cuesta menos coger a 2.000 familias y darles una alternativa poniendo el dinero en la mesa, que todo el coste que ha tenido la industria del carbón en estos últimos años, una industria totalmente subsidiada para que la gente estuviera tranquila. Ese es el dilema que hay ahora. Dinero hay. En la cumbre de Madrid se decía que no había. Mentira, porque con el Covid-19 vimos que salía dinero hasta debajo de las piedras. El tema es en qué te lo vas a gastar, en si el objetivo es desmantelar la industria del carbón en 50 años, dando subvenciones, etc, pues no.  No hay tiempo. En 50 años esto ya es un desierto. 

- En un contexto además de un aumento de temperaturas de unos 2ºC que va a tener sus efectos en el corto y medio plazo. 

- Los efectos ya los estamos viendo. En Toledo este año se ha tenido Filomena, el evento de ola de calor y lluvias torrenciales. Y todo en el mismo año. Es como el Apocalipsis. No hay que irse a un futuro lejano. Ya lo estamos sufriendo. Mira, yo trabajo desde hace 21 años en Madagascar. ¿Sabías que hay un millón de personas muriéndose en el sur de Madagascar y es la primera hambruna climática de la historia?

- Por sequía, sí.

- Correcto. ¿Y sabes cuántos medios han dicho esto en Europa? Únicamente los franceses, y es la primera hambruna climática de la historia. Están comiendo langostas ahora mismo, pero no de las de mar, los insectos. No tienen agua, no tienen comida, han perdido el ganado, no pueden plantar… Llevamos así desde el 2012, pero este año ha sido brutal. Y esto va a ser cada vez más común. A nosotros ahora no nos toca, pero… Mira, te digo una cosa: en seis meses, subirá el pan una barbaridad. Por dos razones: coste energético, y porque los cereales, con las sequías mundiales, la producción ha caído en picado. Con lo cual, lo único que pueden hacer es subir el precio de la barra de pan en seis meses. O fíjate cómo va a menguar tu barra de pan, porque es la forma que tienen de reducir el coste, o te doy menos por el mismo dinero o te subo el precio. Al final, cuando echas cuentas, dices "ostras, el cambio climático nos está costando bastante pasta".

- Hasta que no llama a la puerta con fuerza, no nos damos cuenta y no actuamos, ¿no?

- Esto es para todo. Tú vas al médico y estás mal, y te dicen que tienes dos opciones: o haces deporte o vas a acabar en una operación a corazón abierto. Eso lo sabes. O fumar. Al que está enganchado le cuesta mucho dejarlo. Y es como si tú coges y dices, no voy a dejar de fumar y además voy a fumarme dos cajetillas. Es lo que estamos haciendo ahora con el clima. Somos unos yonkis del petróleo, y estamos aumentando las emisiones, estamos fumando más. Eso nos lleva al infarto o al cáncer del pulmón, pero no hay trasplante, solo tenemos un planeta.

- ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para ayudar a frenar el cambio climático?

- No se le puede echar la culpa solo a los políticos y a las empresas, porque ellos tienen su rol y nosotros el nuestro. Hay que reducir el consumo de carne, por muchas razones: emisiones, estás plantando para darle de comer a las vacas, mueves carne de Argentina hacia aquí que cuesta un dineral… La forma de consumir que tenemos tiene que cambiar. No podemos permitirnos la sensación de que hay recursos ilimitados en el planeta, porque no los hay. Eso de tener los estantes de los supermercados llenos y después la cantidad de comida que se tira a la basura. Eso supone un 8% de las emisiones globales. Toneladas de comida que se tiran aquí, porque en África nadie tira comida. 

Luego, tenemos que consumir energía de otra forma. Si tú vas a Finlandia, tienen triple cristal en sus casas y tienen una eficiencia energética del 98%. Ve a Idealista y mira el certificado energético. No la tiene ninguna. Todas nuestras ventanas son una porquería y se nos va el calor por ahí. ¿Tú sabes cuánta energía ahorraríamos si las casas estuvieran adaptadas mejor? Muchísima. De hecho, están dando ahora ayudas para eso. Después, la movilidad. La forma en que nos movemos es de locos. El modelo de transporte y de globalización tiene que acabar. El modelo de producción de las empresas es deslocalizar la producción, llevarla a otros países, y producir más barato. Ahora con el Covid, ¿qué pasó? No había mascarillas, porque nadie había dado la orden de acumularlas, las tienen que empezar a fabricar. Hay más demanda que oferta, sube el precio, y no dan abasto. Lo que va a pasar ahora es que muchas empresas van a volver aquí a producir, algo que es bueno para la economía, y reduce muchas emisiones, porque ya no tienes que andar moviendo cosas por todo el planeta. 

A nivel consumidor tenemos mucho poder para cambiar nuestra forma de vida en la medida de lo que podamos para reducir emisiones. En Corea del Sur, por ejemplo, que empezaron a reforestar desde que los japoneses se cargaron todo con la Segunda Guerra Mundial, todos los coreanos están obligados a plantar un árbol en su vida. Calcula: son 40 millones de coreanos, pues al menos son 40 millones de árboles plantados. Todos podemos hacer cosas. Si dejamos de tirar comida, cambiamos nuestro modo de consumo, cambiamos nuestra movilidad, el consumo energético… como somos muchas hormigas, una no hace mucho, pero un hormiguero hace muchísimo.

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