La actividad sísmica que hace unas semanas comenzó a registrarse en la isla de La Palma, con miles de pequeños terremotos, ha provocado finalmente la erupción de uno de los volcanes de la isla canaria, el que se sitúa en Cumbre Vieja. Una erupción que comenzó este domingo a las 15:12 horas de la tarde, tras sentirse un pequeño terremoto en la localidad de El Paso, y al que siguió una tremenda explosión y una gran columna de humo. La erupción, de tipo fisural, ha abierto al menos siete bocas eruptivas que emiten ríos de lava y desde la que se expulsan a la superficie piroclastos de distinto tamaño. 

La gran pregunta que todo el mundo se hace ahora es cuál va a ser la evolución de la erupción y, sobre todo, cuánto tiempo puede durar. Los expertos apuntan que "aún es pronto para saberlo", ya que depende tanto de la dinámica eruptiva como de la cantidad de magma que albergue el volcán. "Las erupciones en Canarias suelen durar semanas, pero podrían llegar a prolongarse durante meses", explica a EL ESPAÑOL Itahiza Domínguez, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN). 

El principal impedimento para conocer este dato es que se desconoce con exactitud cuánta lava hay su interior. En un principio se habló de 11 millones de metros cúbicos, una cantidad inferior a la que alojaba el Teneguía, el otro volcán de la isla que entró en erupción hace 50 años, en 1971. En su interior alojaba 43 millones de metros cúbicos de magma y la erupción se prolongó durante 24 días. "Realmente, esos 11 millones no son todo el volumen que hay en el interior. Hay más magma debajo y puede subir a la superficie a través de los conductos generados", apunta el Domínguez.

El sismólogo señala que las próximas 24 o 48 horas van a ser claves para conocer la evolución de la erupción. "La explosividad de la erupción puede cambiar ligeramente al principio y hay que estar pendientes por si se abren nuevas fisuras. Por ahora parece que no, pero todavía es pronto. Estas erupciones pueden evolucionar rápidamente, con la aparición de nuevas fisuras y provocando la salida de material con cierta explosividad", apunta. Así lo confirma también Stavros Meletlidis, vulcanólogo del IGN a EL ESPAÑOL, quien asegura que las bocas que se están abriendo "son impredecibles" y, en función de la cantidad de gases que haya en el interior, se pueden abrir más "o erupcionar varias a la vez, como ahora".

Los expertos señalan que, pese a la espectacularidad de las imágenes, la erupción no está siendo violenta. "Las erupciones en las Islas Canarias son erupciones tranquilas comparadas con las que ocurren en países como Indonesia, que generan columnas de ceniza de 20 kilómetros". En este caso, se trata de una erupción de tipo estromboliano (nombre en honor al famoso volcán italiano), con "pocas explosiones que emiten piroclastos". Una dinámica eruptiva que se asemeja a la del Fagradalshraun, el volcán islandés que lleva seis meses en erupción y que ha expulsado ya 143 millones de metros cúbicos de lava. 

Además de piroclastos y las lenguas de lava, los expertos avisan de que el volcán también está emitiendo gases tóxicos, principalmente dióxido de carbono y dióxido de azufre, que pueden llegar a resultar peligrosos si alguien se aproxima a la zona y los inhala. De hecho, el único fallecido durante la erupción del Teneguía hace 50 años fue a causa de la inhalación de uno de estos gases. "El dióxido de carbono es un gas que no se huele y provoca que te desmayes y acabes muriendo por falta de oxígeno. El dióxido de azufre también es venenoso en concentraciones no demasiado altas, pero mientras no se acerque nadie, los gases se emiten a la atmósfera y no generan ningún peligro. Hay erupciones que generan muchísimo más dióxido de azufre y no afectan a la gente mientras no esté cerca", explica Domínguez.

Lo que acontezca en los próximos días en La Palma es todavía una incógnita y dependerá en gran medida de la dinámica eruptiva del volcán. "Una vez comenzada la erupción, no hay mucho margen. El mejor escenario que podría ocurrir es que se pare cuanto antes, evidentemente, y produzca los menores daños materiales posibles", vaticina el sismólogo. Sin embargo, también puede ocurrir lo contrario, que la erupción se mantenga en el tiempo y la columna de ceniza pueda afectar al tráfico aéreo de la isla.

"Una vez conocida la zona donde se produce la erupción, prácticamente no hay ningún peligro para la poblacion. Hay peligro material, eso es inevitable, debido a las colas de lava. También habrá pequeños incendios, pero para la población no debería haber peligro", finaliza Domínguez. 

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