El Atlas de los Insectos, editado por Amigos de la Tierra en colaboración con la fundación Transición Verde y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), busca poner en valor al grupo faunístico más numeroso, los insectos, unos "pequeños gigantes que soportan los ecosistemas terrestres".

Originalmente publicado por Amigos de la Tierra Europa junto a la Fundación Heinrich Boll, el Atlas incorpora un capítulo específico sobre la situación de los insectos en España, que analiza su declive como consecuencia de la agricultura industrial y el uso intensivo de pesticidas.

El grupo más numeroso

Los insectos, con una población estimada de 1.400 millones de ejemplares pertenecientes a 5,5 millones de especies distintas a nivel mundial, son una parte "fundamental" de la biodiversidad, "los pequeños gigantes que soportan los ecosistemas terrestres", ha asegurado durante su exposición el entomólogo del departamento de biología de la UAM, José Luis Viejo.

Este científico ha recordado que llevan años "clamando tanto para su protección como para el reconocimiento de los servicios que nos proveen" con "un resultado muy modesto", ha lamentado, aunque "afortunadamente el mensaje va calando" y este año "Amigos de la Tierra ha dirigido su atención a un tema fundamental como la agricultura". 

"El 90 % de la producción de los frutales depende de los polinizadores", ha subrayado Viejo para recordar la importancia económica de los insectos, de los cuales depende, por ejemplo, "el 12% de la producción agrícola europea".

Declive en España

En el caso español, la situación de los insectos no es buena ya que "de las 37 especies de abejorro que existen en los Pirineos, 9 ya han desaparecido"; Más al sur, en la reserva natural de El Regajal-Mar de Ontígola (Comunidad de Madrid), "de las 74 especies de mariposas que había, 7 han desaparecido y 25 de ellas son muy raras", a pesar de ser "un entorno protegido".

Según el director de la Fundación Transición Verde, Raúl Gómez, entre las principales causas del declive de las poblaciones de insectos a nivel mundial se cuentan "la intensificación de la agricultura, el uso de pesticidas y la ampliación de los monocultivos".

En las regiones ecuatoriales del planeta, los ecosistemas más "biodiversos del mundo", las selvas se han convertido "en monocultivos de soja y aceite de palma para alimentar al ganado que proporciona carne barata".

Además, "el cambio climático desencadenará graves desequilibrios" ecosistémicos que crearán las condiciones propicias para las plagas, porque "afectará a los depredadores de las especies más dañinas, favoreciendo su expansión".

Para revertir esta situación, José Luis Viejo considera que "hay que frenar el uso intenso del medio natural", y fijar, por ejemplo "retos de repoblación de cunetas y medianas con plantas entomófilas", además de informar a la población de que "solo una mínima cantidad de especies de insectos son perjudiciales".

De hecho, Viejo ha señalado que "en algunos países son orgullo nacional" ya que Nueva Guinea -país del sureste asiático- considera a las mariposas como "un recurso para el país", un reconocimiento que "supone toda una declaración de intenciones ante los retos de la naturaleza".

En guerra con la Naturaleza

El responsable de biodiversidad de Amigos de la Tierra, Lawrence Sudlow, ha recordado las recientes declaraciones del Secretario general de las Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, en las que aseguraba que "estamos en guerra con la naturaleza y hay que hacer las paces".

Así, con esta obra, "pretendemos visibilizar el diverso colorido digno de protección que nos ofrecen los insectos", un asunto urgente que requiere políticas ambiciosas en todo el planeta. 

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