El Protocolo de Kioto es un acuerdo internacional en el que los países firmantes aceptaron reducir las emisiones de gases contaminantes en el periodo comprendido entre 2008 y 2012 en torno a un 5% con respecto a los niveles de 1990. Un acuerdo que, en resumidas cuentas, supone una fórmula global de actuar frente a los efectos y problemas del cambio climático.

Los objetivos del Protocolo de Kioto

Los principales objetivos del Protocolo de Kioto son luchar contra el cambio climático mediante una acción internacional de reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero. No en vano, se estima que estos gases son los causantes del aumento de la temperatura en el planeta y el cambio climático.

La idea, en definitiva, es que los ecosistemas se adapten al cambio climático de forma natural. Las medidas que se llevan a cabo en el tratado de Kioto van encaminadas a la adaptación más que a cómo frenar el cambio climático, de ahí que se sugirieran las propuestas sobre disminución de las emisiones producidas por la electricidad, el refinado de hidrocarburos, la calcinación, la fabricación de cemento y cal y la producción de acero.

El acuerdo internacional lleva precisamente este nombre ya que la firma de este tuvo lugar en la ciudad japonesa de Kioto durante la celebración de la Cumbre del Clima de 1997. La firma del Protocolo de Kioto se llevó a cabo más concretamente el 11 de diciembre de dicho año.

Durante la cumbre del clima 2019, el Protocolo de Kioto será uno de los principales temas a debatir al situarse este año en la antesala de la llegada del Acuerdo de París, vigente a partir de enero del 2020.

Las controversias de los países firmantes

Bajo el auspicio de las Naciones Unidas, los países que firmaron el acuerdo son los más industrializados y los más contaminantes del planeta. En un primer momento fueron 83 países los que lo firmaron y 46 los que lo ratificaron, mientras que ya en el año 2001 la cantidad se había incrementado hasta los 180 países.

No obstante, la aplicación y la salida del acuerdo de muchos países ha generado diversas controversias en el sector en los últimos años. Sin ir más lejos, Estados Unidos, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Australia, como países más contaminantes, abandonaron el Protocolo de Kioto en un primer momento.

Afortunadamente, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Australia volvieron a sumarse definitivamente al protocolo, al igual que otros países contaminantes como China, Rusia, India o Brasil. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha hecho que este país esté fuera del protocolo.

El motivo que se ha esgrimido desde el país norteamericano para no ratificar el Protocolo de Kioto es que se trata de un acuerdo que supone un posible obstáculo en el crecimiento de la economía del país.

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