Las emisiones globales de dióxido de carbono alcanzarán niveles récord este 2019, aunque crecen a un ritmo más lento que en años anteriores, según un estudio difundido este miércoles en la Cumbre del Clima (COP25) por Global Carbon Proyect, que elabora desde 2006 informes anuales sobre las emisiones de CO2. Según los científicos, los gases de efecto invernadero que desprende la actividad humana, y sobre todo el dióxido de carbono, son los principales responsables del cambio climático que azota al planeta. Así, al ritmo que crecen las emisiones, sube la temperatura del planeta. Como ya apuntó este martes la Organización Meteorológica Mundial, 2019 pondrá fin a la década más caliente registrada. 

Según el informe, se prevé que las emisiones por quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) cierren este 2019 con un incremento de un 0,6% respecto al año anterior. En 2018 crecieron un 2,1 % y en 2017 un 1,5 %. Pero aunque crezcan más despacio, no hay motivos para relajarse. Para que la temperatura del planeta se quede en un límite manejable de dos grados respeto a niveles preindustriales o, si es posible, de 1,5 grados, como se fijó el Acuerdo de París, las emisiones no pueden seguir creciendo. Para conseguirlo habría que reducir al menos en un 7% anual las emisiones globales en la próxima década. 

De seguir emitiendo al ritmo actual, los científicos señalan que la temperatura aumentará tres grados a final de siglo. Por eso, una de las principales exigencias a esta COP25, que se celebra en Madrid hasta el 13 de diciembre, es que los países aumente la ambición en sus planes nacionales de recortes de gases de efecto invernadero. "La ciencia es clara, las emisiones de CO2 deben reducirse hasta cero neto a nivel global para detener cualquier calentamiento significativo del planeta", explica el profesor Pierre Friedlingstein de la Universidad de Exeter, centro que también participa en este informe. 

Según el estudio las emisiones crecieron a un ritmo más lento en 2019 por varios motivos. Por un lado, que la Unión Europea y Estados Unidos han reducido las emisiones procedentes de la combustión de carbón. Por otro, que en China y la India, donde las emisiones siguen creciendo, lo hacen más lentamente que otros años por la ralentización del crecimiento económico.

No obstante, la bajada del uso del carbón se verá contrarrestado por un mayor uso de gas natural y petróleo a nivel mundial. Pese a la caída prevista del consumo de carbón, este sigue siendo el principal contaminante, con un 40 % del total de las emisiones por combustible fósil.

Poco margen de acción

Al poner el foco sobre las diferentes regiones del planeta, las emisiones de China, el país más contaminante del mundo, se estima que crecerán en un 2,6 % en 2019. Este país es el primer consumidor de este mineral, con un 50 % del conjunto mundial. En el caso de India, el cuarto país más contaminante, se prevé que las emisiones suban en un 1,8 %.

Mientras, en la Unión Europea, tercera región más contaminante, se espera que disminuyan las emisiones en un 1,7 %, con una reducción prevista del 10 % en las procedentes del uso de carbón. No obstante, el consumo de gasóleo y queroseno de aviación sigue aumentando, lo que dará lugar a un crecimiento de las emisiones de productos derivados del petróleo del 0,5%. Para Estados Unidos, segundo gran contaminador mundial, las previsiones son idénticas a las europeas. 

Las emisiones por persona en los países ricos "siguen siendo desproporcionadamente altas", aunque algunos han hecho "progresos sustanciales" para reducirlas. En todo el mundo, cada persona emite unas 4,8 toneladas de dióxido de carbono al año. Pero si se analiza el detalle, cada estadounidense es responsable, de media, de más de tres veces y media esa cantidad. 

Los niveles de concentración de dióxido de carbono en la atmósfera en 2018, cuyos niveles alcanzaron cifras récord,  fueron de un promedio de 407,4 partes por millón (ppm). Las previsiones de los científicos para 2019 apuntan a que seguirán creciendo hasta unas 410 partes por millón.



Estos valores se registraron hace unos tres millones de años, cuando el nivel del mar era veinte metros más alto y la temperatura del planeta dos o tres grados más cálida, según señaló este martes la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en un informe sobre temperaturas y calentamiento global.

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