¿Por qué durante las dos próximas semanas se reunirán en Le Bourget, al noreste de París, más de 40.000 diplomáticos, 3.000 periodistas acreditados y 150 jefes de estado de todo el mundo? ¿Sólo por el cambio climático, ese asunto del que llevamos años hablando?

En realidad, es mucho más que eso. El calentamiento global es la punta del iceberg; por debajo está la transición de todos los países del mundo a un modelo energético bajo en carbono, que elimine prácticamente el uso de combustibles fósiles como el gas o el petróleo para finales de este siglo.

Este objetivo lleva persiguiéndose desde hace más de 20 años, aunque nunca los países implicados han sido tan optimistas como en este momento. Esto no quiere decir, sin embargo, que lograr este acuerdo global vaya a ser fácil. He aquí las principales claves y personajes que debes conocer para no perderte en el maremágnum informativo.

Kioto 1997 vs. París 2015

El acuerdo que se debería firmar en París sustituirá a partir de 2020 al discutido protocolo de Kioto. Será también mucho más ambicioso, ya que el texto aún vigente (donde no está Estados Unidos, Japón, Canadá o Rusia) sólo cubre el 15% de las emisiones mundiales de CO2 mientras el próximo acuerdo pretende llegar al 98%

La clave está en que este nuevo acuerdo está elaborado de abajo a arriba. Mientras en Kioto, Naciones Unidas proponía una reducción particular de emisiones para cada país, ahora será cada estado el que estime en cuánto puede reducir sus emisiones o cuánto pueden invertir en luchar contra el cambio climático.

Hasta el momento, 161 países han enviado sus propuestas. El último, casi fuera de plazo, fue Arabia Saudí.

Gendarmes custodian la entrada a la cumbre. Eric Gaillard Reuters París

Objetivo: 2ºC

El sentido del acuerdo, su beneficio para todos los terrícolas, es que para el año 2100 la temperatura media del planeta no aumente más de 2ºC con respecto a 1880, lo que se conoce como "niveles pre-industriales". Esto evitaría las más catastróficas predicciones asociadas al cambio climático. Para ello, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera no puede superar las 450ppm (partes por millón). La mala noticia es que sólo en estos 15 años de siglo XXI ya hemos aumentado 1ºC y superado las 400ppm de CO2.

Otros países, particularmente aquellos insulares, más vulnerables al cambio climático y a la subida del nivel del mar, intentarán que este objetivo baje hasta los 1,5ºC.

El principal problema ahora es que, evaluadas las 161 propuestas de emisiones hechas por los países que participan en la COP21, las cuentas no salen. Si todos cumplieran, la temperatura aumentaría en 2,7ºC. Estos días se verá si aquellos países poco ambiciosos pueden prometer más reducciones o bien si se opta por establecer en el acuerdo un sistema de revisión cada pocos años para que los países puedan ir actualizando sus compromisos.

¿Acuerdo vinculante o no?

La Unión Europea es una de las partes que apoya introducir revisiones del nuevo acuerdo cada cinco años. Además, el comisario europeo de Acción por el Clima y la Energía, Miguel Arias Cañete, estableció como una de las "líneas rojas" que el acuerdo de París sea jurídicamente vinculante. Este es uno de los mayores puntos de fricción ahora mismo, ya que Estados Unidos se opone radicalmente a ese concepto.

La administración Obama argumenta que, si el texto fuera legalmente vinculante, tendría que ser votado por el Congreso, actualmente con mayoría republicana, que lo rechazaría. El nuevo gobierno de Canadá, que ya se salió del anterior protocolo, se ha alineado con la tesis estadounidense.

Habrá que ver si, como parece, optarán por hacer que algunas partes del tratado sean vinculantes y otras no. Sin embargo, otras voces creen que no hacer legalmente vinculante el tratado puede resultar positivo, ya que de lo contrario habría que alcanzar un acuerdo muy de mínimos para que muchos países aceptasen.

Barack Obama interviene en la inauguración de la cumbre. Kevin Lamarque Reuters

Quién es quién en la COP21

Entre los más de 40.000 negociadores presentes en París, algunos tienen en sus manos el futuro de la cumbre. Hay, al menos, tres grandes bloques, aunque muchos países pueden pertenecer a uno o más de ellos. Arabia Saudí, por ejemplo, es rico en términos económicos y de emisiones, pero se considera a sí mismo "en desarrollo" en términos climáticos, es decir, quiere optar al reparto de los 100.000 millones de dólares anuales que los países más contaminantes otorgarán al resto.

Tipo de países participantes según nomenclatura de Cumbres del Clima En castellano significa... ¿Quiénes son?
Partes del Anexo I Países ricos Europa, Norteamérica, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y otros.
G-77 Países pobres Originalmente eran 77, pero ahora suman más de 130 miembros. China, pese a ser el mayor emisor, compite en este grupo.
SIDS Naciones insulares y en desarrollo Cuba, Haití, Belice, Filipinas.
Países observadores Microestados Andorra, Vaticano y San Marino.

Aunque existen algunas incoherencias, como que Singapur, que dobla el PIB de Grecia, esté en el G-77 y el país heleno en el Anexo I, básicamente estos son los participantes que tratarán de lograr para las próximas generaciones un aumento limitado de las temperaturas.

Y, si es posible, un mundo que en el año 2100 ya no necesite combustibles fósiles.

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