Las claves
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Hasta cinco laboratorios que trabajan con el virus de la gripe porcina africana (PPA) van a ser auditados para comprobar si alguno de ellos pudo ser el origen del brote entre los jabalíes de Collserola. Así lo ha anunciado el president de la Generalitat, Salvador Illa.
Estos centros tienen en común el encontrarse a 20 kilómetros del área de riesgo. La decisión se ha tomado siguiendo las recomendaciones del laboratorio de referencia de la Unión Europea, que supervisará junto a las autoridades nacionales la investigación y la revisión de protocolos.
Esta decisión se toma tras conocerse que el Ministerio de Agricultura mantiene abierta la hipótesis de que el IRTa-CreSa (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries) pudiera encontrarse en el origen del foco. Se trata de un centro de referencia en epidemiología animal que nunca ha tenido una fuga.
Acreditado para realizar investigaciones en condiciones de bioseguridad de nivel 3, el IRTa-CreSa dispone de protocolos para evitar y contener la transmisión de virus transmitidos por vía aérea. Actualmente también aborda la gripe aviar (H5N1) que ha llevado al confinamiento de aves de corral.
Contactado por el EL ESPAÑOL, el IRTa-CreSa no ha comunicado ninguna modificación a su actividad investigadora.
Las siete hipótesis
Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra, director del Museo de Ciencias de la Universidad de Navarra y divulgador, ha recopilado en un artículo de su blog MicroBIO las siete hipótesis actualmente abiertas sobre el origen del brote.
El microbiólogo y divulgador también ha ofrecido una valoración de la probabilidad de cada escenario en función de su experiencia y criterio.
Migración de jabalíes enfermos. Aunque la población de Collserola pudiera entrar en contacto con ungulados provenientes del otro lado de los Pirineos, no se han reportado casos en el sur de Francia. Tampoco hay focos activos en granjas del resto de Europa Occidental.
Importación ilegal de jabalíes. Estos animales podrían haber sido traídos de un lugar con infecciones activas para actividades cinegéticas. López-Goñi recuerda que los Mossos no tienen de momento constancia de esto. Además, el jabalí es ya muy común en los cotos de España.
Infectados por garrapatas. López-Goñi indica que garrapatas del género Ornithodoros pueden ser vectores de transmisión del virus al picar a cerdos y jabalíes. Estos insectos existen en España, pero no hay pruebas de que hayan llegado a transportar el PPA.
Infectados por desperdicios. Es la ya famosa "teoría del bocadillo", que un jabalí se infectase con alimentos en los que persistiera el virus al rebuscar en la basura. "Es una posibilidad muy probable", sostiene el microbiólogo.
Se basa en tres casos documentados. En 1957, el virus entró de Angola a Portugal en avión porque cerdos de una granja cercana a un aeropuerto se comieron los restos de menús aéreos. En 2007, lo contrajeron cerdos de Georgia que comieron alimentos que llegaron en barco de África. El mismo escenario se dio en Cerdeña en 1978.
Transporte accidental. El PPA es extremadamente resistente, perviviendo en la carne congelada de cerdo hasta tres años. Pero incluso en superficies y materiales sigue siendo peligroso. No hay que descartar que llegase "adherido a las ruedas o bajos de vehículos".
Fuga de laboratorio. Los centros de bioseguridad 3 cuentan con medidas extremadamente estrictas, subraya López-Goñi. "Acceso restringido, presión negativa de las instalaciones, filtración del aire, descontaminación y desinfección de todo el material, registro de toda actividad…".
Sin embargo, la variante 29 de la PPA que se halló en los jabalíes "es similar al virus que circuló en Georgia en 2007", "la cepa de referencia que se utiliza en infecciones experimentales en los laboratorios para realizar estudios del virus o para evaluar la eficacia de las vacunas".
Sabotaje. Dado que se trata de una cepa usada en experimentación pero la tesis de una fuga accidental no ha sido probada, "no hay que descartar una introducción intencionada (no accidental) del virus". Es, sin embargo, "poco probable", matiza el catedrático.
