Han pasado algo más de cuatro meses desde que la sonda china Chang'e 4 alunizara en nuestro satélite y ya se puede decir que la misión ha sido un éxito científico. Investigadores del país asiático publican este miércoles en Nature un estudio que describe importantes hallazgos sobre la composición lunar y que ayudarían a acabar con un misterio hasta ahora no aclarado: cómo se formó. 

La Luna es un pequeño cuerpo planetario que se separó de la Tierra -tras el choque de ésta con un planeta gemelo- y se dividió en corteza, manto y núcleo, pero sin ser perturbado por la tectónica de placas, por lo que su estudio es de gran valor para comprender la evolución de los interiores planetarios. Sin embargo, la composición del manto lunar sigue siendo incierta.

En enero, la nave espacial china Chang'e-4 aterrizó en un gran cráter en la cara oculta de la Luna y desplegó su rover, Yutu2.

En el trabajo recién publicado, los científicos utilizan observaciones espectrales de Yutu2 para certificar la presencia de olivino y piroxeno con bajo contenido de calcio, minerales que podrían haberse originado en el manto lunar

Como otros cuerpos internos del Sistema Solar, el trabajo permite deducir que la Luna pasó por una fase en la que era un océano de magma, es decir, en la que estaba parcial o completamente fundida.

A medida que el océano magma se solidificaba, se acumularon minerales densos (ricos en magnesio y hierro) como el olivino y el piroxeno bajo en calcio en la base del océano. Después de que las tres cuartas partes del océano se hubieran solidificado, minerales menos densos como la plagioclasa (silicato de aluminio) flotaron a la superficie, lo que llevó a la formación de una corteza montañosa compuesta principalmente de plagioclasa rica en calcio. Y al final de la solidificación del océano, los minerales enriquecidos en elementos que fueron los últimos en entrar en la fase sólida cristalizaron debajo de la corteza.

Por lo tanto, este proceso indujo la estratificación radial, una serie de capas de composición distinta, en el interior lunar. A pesar de las variaciones regionales en la corteza de la Luna4, la composición observada y la mineralogía de distintas regiones de la superficie llamadas terranes lunares, como lo revelan los sensores en los satélites en órbita y las muestras devueltas a la Tierra, son consistentes con este modelo de formación conceptualmente simple.

Sin embargo, las características del manto lunar, especialmente en términos de su composición, estructura y estratificación, siguen siendo inciertas y mal documentadas. Sorprendentemente, la nave espacial Apolo de la NASA y las sondas Luna de la Unión Soviética, que aterrizaron en el lado cercano de la Luna, no devolvieron muestras del manto lunar.

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