El fenómeno astronómico más popular del verano se produce este fin de semana, pero sigue suscitando numerosas preguntas. La investigadora Sandra Benitez-Herrera, del Instituto de Astrofísica de Canarias, explica a EL ESPAÑOL los puntos clave de la lluvia de estrellas para fingir delante de tus amigos que entiendes algo de astronomía.

¿Qué son las perseidas?

El término correcto es lluvia de meteoros. Son trazos luminosos que causan pequeñas partículas, del tamaño de un grano de arena, que penetran en las altas capas de la atmósfera al ser atraídas por la gravedad.

A una altura de 85 kilómetros, en la ionosfera, es donde comienza la desintegración de estas partículas. Penetran a una velocidad de 200.000 kilómetros por hora. Al entrar en esta capa, los trazos colisionan con los átomos de la atmósfera y se desintegran debido al sobrecalentamiento.

Es durante este proceso de desintegración cuando podemos observar desde la superficie terrestre los destellos de luz.

Cada vez que los llamas meteoritos haces sufrir a un astrónomo

Cuidado con la terminología científica. Un meteoro o estrella fugaz es el fenómeno observable en la atmósfera; todos los días entran millones. Las partículas que entran son meteoroides. Solo se podrá hablar de meteoritos cuando las partículas son lo suficientemente grandes para sobrevivir a su paso por la ionosfera, sin desintegrarse. 

¿Por qué hay lluvia de estrellas siempre en agosto?

Conozca al cometa Swift–Tuttle, el cuerpo celeste conocido más grande cuya trayectoria concurre con la de la Tierra. Es bastante grande: mide 26 kilómetros de diámetro. Su órbita alrededor del Sol dura unos 133 años. 

Cada vez que Swift-Tuttle se aproxima a nuestra estrella más cercana, deja una corriente de partículas. Esto se debe a la evaporación del hielo acumulado en el cometa, entre otros materiales, lo que provoca la creación de los meteoroides. 

El período de tiempo en el que la Tierra atraviesa la corriente de partículas, mientras sigue su propia órbita alrededor del Sol, siempre coincidirá con nuestro mes de agosto.

Pero, ¿cuándo, dónde y con quién? 

Lo localización geográfica no influye demasiado. Lo más importante es verlo en un lugar sin contaminación lumínica: puede ser una playa, un monte o incluso un parque urbano algo alejado del centro de la ciudad. Según Benitez-Herrera, también divulgadora científica del centro, las condiciones de este año son idóneas para la visualización, ya que el fenómeno coincidirá durante una fase de luna nueva.

Lo ideal sería ver las estrellas durante la madrugada del domingo 12 al lunes 13. Aunque es más fácil observarlas alrededor de las 03:00, la lluvia será visible a partir de medianoche. Este año el fenómeno de las perseidas lleva activo desde el 17 de julio, pero es durante este fin de semana (desde el 11 al 13 de agosto) cuando se hacen visibles decenas de meteoros. Con las condiciones de este año, podremos ver una media de 70 meteoroides por hora.

En caso de no querer abandonar la comodidad del hogar, Sky Live TV retransmitirá la lluvia de estrellas vía streaming desde el Observatorio del Teide (Izaña, Tenerife) y desde el Anillo (Cáceres).

Timelapse en Joshua Tree Park, California

Mi cuñado ha visto un meteoroide de color rojo, y yo verde. ¿Quién lleva razón?

Ambos. Los colores que vemos durante la lluvia de estrellas se deben, por un lado, a la composición química de las partículas del meteoroide (hierro, metales, materiales rocosos...) y, en segundo lugar, porque los átomos de la atmósfera emiten luz al calentarse. Los colores más rojizos se deben al nitrógeno y al oxígeno atmosféricos; los verdeazulados, al magnesio del propio meteoroide; el amarillo se asocia al hierro y al sodio, aunque es más difícil percibirlo.