Dan igual las temperaturas extremas o la falta de luz. Importan bien poco los elevados precios, ni que tomar tapas sea allí una extravagancia. Si uno quiere ser feliz, lo más recomendable es hacer las maletas y coger una avión con destino al norte de Europa y, en concreto, a Noruega. 

Éste es el país más feliz del mundo según el Informe Mundial de la Felicidad, hecho público este lunes con motivo del Día del mismo nombre. Los que le siguen no están muy lejos: en el segundo puesto, Dinamarca; en el tercero, Islandia y, en el quinto, Finlandia. El cuarto puesto es el único que no pertenece a los llamados países nórdicos, aunque tampoco se trate de una nación especialmente calurosa, Suiza. 

España, destino preferido de turistas de todo el mundo, tendrá sus encantos, pero no es una nación para ser feliz: puntúa el 34 en la lista. Sin ser una posición dramática, tampoco se trata de un puesto para presumir. 

Son seis los factores que utilizan los expertos de la Sustainable Development Solutions Network para puntuar a los distintos países en felicidad, a saber: que sus habitantes reciban los cuidados necesarios, que tengan libertad, que sean generosos, que también sean honestos -¡ojo a la corrupción!- y que gocen de buena salud, un buen presupuesto y un Gobierno óptimo

Todos los países situados en la parte alta del ranking puntúan alto en los seis factores. La falta de generosidad y la percepción de corrupción son los factores que más han influido en el puesto 34 de España.  

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