La marca de belleza ha decidido atacar a uno de sus enemigos en términos de ventas, la alopecia. Para ello, L'Oreal ha llegado a un acuerdo con una compañía especializada en biotecnología. El objetivo: lograr que en un futuro a corto plazo la implantación de folículos impresos en 3D propicie el crecimiento natural del pelo.

Hasta ahora, el campo de la tecnología aditiva había trabajado en la creación de pelo en 3D pero siempre con materiales plásticos, que hacen la función de una cabellera natural. Algo así como una peluca, pero fabricada con una impresora tridimensional. L’Oreal quiere ir un paso más allá y lograr que los folículos pilosos impresos se implanten en el cuero cabelludo y sean capaces de crecer por sí solos.

Para conseguirlo, la firma llevará a cabo un proceso de bioimpresión asistida por láser, una técnica desarrollada por la compañía francesa Poietis durante los últimos dos años. El método comienza con la creación de un mapa digital donde se determina el lugar que van a ocupar las células vivas. Posteriormente, se depositan sucesivas microgotas de tintas biológicas que contienen en su interior células viables. Capa por capa ,y a través de un barrido minucioso por parte del rayo láser, la cabeza quedaría ocupada por un incipiente tejido orgánico vivo.

Se trata de un proceso laborioso, por lo que L’Oreal estima que los resultados no serán visibles hasta dentro de tres años

Los expertos consideran que es necesario un proceso de maduración de en torno a tres semanas para que las células comiencen a crecer correctamente. Si el implante funciona, en pocas semanas veríamos cómo empiezan a brotar los folículos pilosos impresos en 3D.

L’Oréal and Poietis sign an exclusive research partnership to develop bioprinting of hair

No obstante, se trata de un proceso laborioso, por lo que L’Oreal estima que los resultados no serán visibles hasta dentro de tres años, aunque todo depende de la efectividad de los experimentos. Los folículos capilares encargados del crecimiento del cabello son complejos, compuestos por quince células diferentes que hacen que su impresión tridimensional sea más costosa que, por ejemplo, la de un cartílago.

Por tanto, y teniendo en cuenta las posibles complicaciones, de momento toca esperar. Sin embargo, se espera que la investigación sirva de ayuda a las personas que sufren calvicie (un problema cada vez más habitual entre los jóvenes) y presente la oportunidad de estudiar la bioimpresión de otros tejidos orgánicos vivos y células viables.