Cada día, en Prodigios peinamos distintas fuentes de conocimiento científico en busca de algo nuevo, relevante, importante o interesante. A veces, sin embargo, encontramos estudios científicos que nos epatan. Esa persona de vuelta de todo que cualquiera de nosotros llevamos dentro se ajusta el cinturón, se pone un palillo en la boca y proclama: "¿y para esto hacía falta un estudio?"

A lo largo de este mes, y en cómodas tandas semanales, pondremos coto a algunos de estos descubrimientos tan poco aparentes para explicar qué hay detrás de ellos.

No nos gusta el calor

Patrick Baylis, un economista de la Universidad de Berkeley, tomó una muestra de 1.000 millones de mensajes extraídos de Twitter durante 2014 y 2015 para llegar a la tremebunda conclusión de que, cuando hace mucho calor, nos quejamos.

Además del logro de construir un algoritmo capaz de descodificar estados de ánimo a partir de ciertos términos, Baylis avanza en la ciencia de los costes no-monetarios que tendrá el cambio climático a finales de este siglo. Tras confirmar que existe una relación entre temperatura y felicidad, o bienestar, lo siguiente será aplicar este baremo en función de la renta o la ubicación, ya que muchos de los tuits estaban geolocalizados.

Así desciende la felicidad al aumentar la temperatura. Patrick Baylis

"Un individuo viviendo un día con una temperatura media de 18ºC y otro con 29ºC experimenta un bajón en su felicidad similar al bajón del domingo al lunes", dice Maximilian Auffhammer, profesor en desarrollo sostenible internacional en Berkeley.

Cuando vas con tu pareja caminas más despacio

No es ninguna estupidez darse cuenta de que, al caminar, tenemos en cuenta la distancia a recorrer y nuestras propias características físicas para calcular a qué velocidad consumimos menos energía. Con esta premisa, Janelle Wagnild y Cara Wall-Scheffler, de la Seattle Pacific University, quisieron descubrir las estrategias que hombres y mujeres toman cuando caminan juntos, dado que la velocidad ideal masculina es superior a la femenina.

Las conclusiones del estudio, publicado en PLOS, fueron que, en general, los hombres reducen su velocidad para ajustar su paso al de las mujeres cuando se trata de sus parejas; de lo contrario, las diferencias de velocidad en grupos mixtos apenas se alteran. Según las autoras, el resultado de este estudio tendrá implicaciones "tanto para las estrategias de movilidad como reproductivas de grupos de población".

Muchas veces nos preguntamos cuándo empieza realmente a salir una pareja, si es con el primer beso o con la primera cita. Ahora tenemos un nuevo umbral: una pareja comienza cuando él reduce un 7% la velocidad a la que camina para acompasarse a ella.

¿Crees que tu país es el mejor? Ojo

El término correcto es narcisistas grupales, lo que define a personas que, por un lado, tienen mucha autoestima sobre su origen ("¡Yo soy español, español, español!") y, por el otro, necesitan alimentar ese sentimiento con el reconocimiento de los demás. Ambos factores, según un estudio realizado por investigadoras de la Universidad de Texas, no contribuyen a tener una buena imagen de otras nacionalidades, y menos cuando vienen al país de uno.

Aunque el estudio estaba basado en estadounidenses y su percepción acerca de los inmigrantes latinos o árabes, los propios investigadores reconocían que, en un contexto en el que las migraciones están aumentando, conocer cómo integrar mejor a los inmigrantes puede resultar trascendental. "Algo que sabemos de investigaciones previas es que el mero conocimiento o contacto con otro grupo cultural no basta para reducir las actitudes negativas", dijo Jared Kenworthy, profesor de psicología en la UT y co-autor del estudio. "Primero, miembros de distintos grupos deben tener la oportunidad de reunirse y establecer objetivos comunes, un estatus común y cooperar".

Freddy Mercury tenía una gran voz

Quién lo hubiera dicho, ¿verdad? Hasta que un grupo de otorrinolaringólogos suecos del Instituto Karolinska no tomaron la iniciativa, la voz del líder de Queen estaba, para los musicófilos, al nivel de la de Tom Waits o Leonard Cohen. Por suerte, este trabajo publicado en abril de este año en la revista Logopedics, Phoniatrics, Vocology dio un vuelco a todo lo que creíamos saber sobre Freddy Mercury.

Ahora resulta que, según los científicos, el rockero de origen tanzano tenía una voz espectacular, con rangos de frecuencia, amplitud, vibrato o producción de subarmónicos.

El legendario cantante de Queen. Wikimedia Commons

Ya en serio, y aunque Christian Herbst y sus compañeros reconocen que el estudio es más que nada, una pieza de 'ciencia fan', la metodología empleada para extraer características, incluso endoscópicas, de la voz del cantante sin poder adquirir estos datos de forma controlada puede ser muy útil para futuros estudios biofísicos o de ingeniería de sonido.

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