Luis Argüello ha considerado que la celebración de la Semana de Pasión de 2021 será “algo mejor” que la de 2020, cuando los templos permanecieron cerrados a consecuencia de la pandemia y se tuvieron que suspender todas las procesiones por el estado de alarma. Sin embargo, ha reconocido que seguirá habiendo “dificultades” para trasladar a las calles la expresión de la fe.

Así lo ha expresado en una entrevista concedida a Mediodía COPE Valladolid, en la que Argüello ha reconocido que la Semana Santa de 2021 “tampoco va a poder ser una Semana Santa normal”. “Sin duda”, ha puntualizado, “no vamos a vivir un programa de procesiones como el que podíamos imaginar”. Un programa remozado, precisamente, el pasado año y que reservaba para 2020 el estreno de cinco nuevas procesiones en la tarde noche del Jueves Santo.

La propuesta de Argüello implicaría encontrar la manera, aunque sea “de forma sencilla y simbólica”, de “hacer expresión pública de nuestra devoción a Jesucristo en la cruz; a María, al pie de la cruz; y de nuestra esperanza en la resurrección”. “Por lo menos”, ha matizado, “tenerlo dispuesto”. Unas expresiones de devoción popular, en todo caso, supeditadas a la evolución de la incidencia del COVID-19 y la campaña de vacunación.

El obispo auxiliar de Valladolid se ha mostrado más optimista con la dimensión litúrgica de la Semana de Pasión. Que, si no con “normalidad plena”, confía en poder vivir “con mayor extensión y profundidad” que el pasado mes de abril.