Desde el inicio de esta segunda ola, Segovia ha sido la provincia que mejor se ha comportado de Castilla y León. Fue la última en empezar a crecer nuevamente y, tras la llegada de las últimas medidas restrictivas, se encontraba en la mejor posición de la comunidad para volver a cifras decentes. 

Lo hizo y, junto con Ávila, ha sido las primeras en reabrir de nuevo los negocios que se cerraron hace ya casi un mes. Segovia comenzó el 'semáforo COVID' en el entorno de los 500, como Soria, pero su evolución fue mucho mejor. Mientras la segunda creció hasta la segunda quincena de noviembre, Segovia se mantuvo en una cierta estabilidad que comenzó a caer de manera fuerte a partir del 21 de noviembre. En la actualidad, con datos consolidados correspondientes a días atrás, se encuentra en 265 contagios por cada 100.000 habitantes a los 14 días, a punto de perder la condición de "muy alto" a un nivel más bajo.

Precisamente, eso ya lo ha conseguido en la última semana, donde su incidencia es de 80, cerca de llegar ya al nivel medio, todavía más abajo. Tiene la positividad más baja de Castilla y Léon, una de las más altas trazabilidades y se encuentra en un nivel bajo de hospitalizaciones y ha perdido también el muy alto en el caso de las camas UCI. 

Todo ello se traslada a los propios municipios, como es lógico. La propia capital de toda Castilla y León en abandonar la incidencia muy alta a siete días. Se encuentra solo en 83 y está más cerca de llegar a un nivel medio (75) que muy alto de nuevo (125). 

Del resto, solo ocho pueblos se mantienen en incidencias por encima del nivel de la capital y se colorean de rojo en el caso de laúltima semana. Se trata de Boceguillas, Cabezuela, Cuéllar, El Espinar, Fresno de la Fuente, Fuenterrebollo, Muñopedro y Sepúlveda. Son 28 menos que hace solo una semana y no suponen ni un 4% del total de municipios de toda la provincia.