Alfonso Urrea Fernández y el Bar Suizo
Alfonso (50) y un céntrico bar con 95 años de historia en Valladolid: “Las gambas de mi madre son un manjar”
El vallisoletano forma parte de la cuarta generación de un negocio que brilla en pleno corazón de la ciudad del Pisuerga.
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Valladolid es una ciudad que destaca por su historia. También lo hace por su amplia cultura y una serie de eventos que se desarrollan a lo largo del año o por su rico encanto patrimonial con elementos arquitectónicos que suman cientos de años de vida y que siguen conservando todo su encanto.
También lo hace por su gastronomía. No en vano es la sede, cada año, del Concurso Nacional y, también, del Mundial que se celebra en otro de esos lugares emblemáticos del lugar como es la Cúpula del Milenio.
Pero la ciudad del Pisuerga no brillaría, como lo hace, con sus ricos pinchos si no hubiera establecimientos hosteleros de los que hacen ciudad y que llevan años y años atendiendo a los vecinos y forasteros del lugar con un personal que ofrece el mejor de los tratos a estos clientes.
Uno de esos lugares es el Bar Suizo, que cuenta con un total de “95 años de historia” y que, en la actualidad, se ubica en la calle Doctrinos, muy cerca de la céntrica Santiago.
EL ESPAÑOL de Castilla y León se cita en el lugar con Alfonso Urrea Fernández, que es el actual propietario del negocio familiar junto a su hermano Jesús. Cuarta generación, hablamos con él de la historia de un lugar mítico y que merece la pena visitar para disfrutar de un buen refresco y de sus míticas gambas rebozadas.
La historia del Bar Suizo
“Soy una persona normal. Trabajadora y muy constante. Me gusta comer y cenar con mis amigos y salir de paseo con mi perra. Llevo toda la vida en el bar. Con mi abuelo, con mi padre, y jugando con mi hermano Jesús en la bodega”, nos cuenta Alfonso Urrea Fernández.
A sus 50 años, el vallisoletano, suma 32 en el mundo hostelero. Desde los 18 echando una mano su familia en el Bar Suizo, un negocio que tiene 95 años de vida y una preciosa historia familiar.
Ezequiel y Jesús, bisabuelo y abuelo de Alfonso.
“El Bar Suizo era un café que estaba en la calle Duque de la Victoria. Allí trabajaba como camarero mi bisabuelo Ezequiel. Se fue de allí y se instaló, desde 1930 a 1940, en la calle que hoy conocemos como Héroes de Alcántara. Lo hizo con el mismo nombre, el de Bar Suizo”, explica nuestro entrevistado.
Fue por el año “1940 cuando nos trasladamos hasta la calle Doctrinos, que es donde estamos en la actualidad”, añade Alfonso. Ya, por aquel entonces, tomó las riendas del negocio su abuelo Jesús, antes de que entrara en el negocio familiar su padre Juan, allá por 1956.
“En total sumamos casi 100 años de vida. 95. 85 aquí, en Doctrinos. A mí me encantaba trabajar en el bar. Decidí seguir y entré oficialmente hace 32 años a trabajar aquí. Ahora, somos la cuarta generación y lo llevamos entre mi hermano y yo”, asegura nuestro protagonista.
Una historia única de un lugar único.
Las gambas rebozadas
El bar cuenta con unos 50 metros, si le sumamos la terraza exterior y cuenta con un total de seis trabajadores más los dos hermanos. Allí, uno puede disfrutar, en pleno centro de Valladolid, tomándose una cerveza o un buen vino vallisoletano con las mejores vistas.
“Vendemos mucho café, vino y cerveza, pero nuestra especialidad son las gambas rebozadas. Las llevamos vendiendo unos 40 años y fue mi madre, Mari Carmen Fernández, la que inventó la receta. Las gambas de mi madre son un manjar”, afirma orgulloso Alfonso.
Alfonso en el Bar Suizo.
Destaca también, en la fachada del bar, su cartel. “Es de los años 60. Uno de los más antiguos de España. A la gente le llama la atención. Lo conservamos por el amplio valor histórico que tiene”, confiesa el dueño del establecimiento hostelero.
Un lugar que huele a historia por los cuatro costados.
El futuro
“Por este bar, cuando estaba el Hotel Florida, han pasado muchos artistas, actores, y siempre hemos tenido una gran clientela que es, sobre todo, fiel. Gracias a ella podemos seguir adelante”, cuenta Alfonso.
Mirando al futuro añade que a él y, también, a su hermano, les quedan unos 15 años en el lugar. Después, Dios dirá, y hace una mención a su sobrino Diego. Veremos si él coge las riendas del negocio familiar con el paso de los años.
Imagen del Bar Suizo en Valladolid.
“Ha habido tiempos mejores y peores, pero podemos vivir del bar. Los impuestos son abusivos. Pedimos a las administraciones ayuda. Ahora hemos encontrado un buen equipo de empleados, que es clave. Ojalá que en el futuro sigamos como hasta ahora”, finaliza el vallisoletano.
Un bar único en Valladolid que merece la pena visitar para conocer toda su historia y para probar esas sabrosas gambas rebozadas creadas por Mari Carmen.