Isabel Rivero 'La Finita' se convirtió, a sus 38 años, en campeona mundial del peso átomo.

Isabel Rivero 'La Finita' se convirtió, a sus 38 años, en campeona mundial del peso átomo. Ayuntamiento de Valladolid

Valladolid

El 'todo por la patria' de Isa Rivero, la 'boina verde' campeona del mundo de boxeo: "Trabajo en un laboratorio"

La boxeadora, natural de Pedrajas de San Esteban (Valladolid), ha hecho historia en el boxeo, pues solo tres mujeres han conseguido lo mismo que ella. 

Más información: La vallisoletana Isa Rivero se corona campeona mundial en peso átomo tras un combate histórico

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Nos subimos al mítico DeLorean DMC-12 de Regreso al Futuro y marcamos febrero de 2018. Ese día, Isabel Rivero, boxeadora novata vallisoletana se estrenaba en un combate oficial. “Sé que no voy a ser campeona de España, pero son cosas que no podré hacer dentro de diez años”.

Llevaba toda la razón, no iba a ser campeona de España, iba a serlo del Mundo. Y es que la historia de la ‘finita’ es para que sirva de frases de autoayuda. A los 30 años, una edad muy poco habitual para hacerlo, comenzó en el ring y siete años después ya es historia del boxeo nacional.

Ha demostrado que la pasión, la disciplina y la constancia pueden abrir caminos que parecían imposibles. Mujer trabajadora en horario laboral y guerrera a tiempo parcial, Isabel Rivero ha sabido darle un golpe definitivo a los prejuicios que aún rodean el boxeo femenino.

La boxeadora, natural de Pedrajas de San Esteban (Valladolid), aunque vive en Aldeamayor, ha hecho historia en el boxeo. Ya es campeona del mundo del peso átomo tras ganar el combate contra la mexicana Silvia 'La Guerrita' Torres en una Cúpula del Milenio que se llenó para seguir a la vallisoletana. Algo que sólo han hecho otras tres boxeadoras en España -aunque en pesos diferentes-: María Jesús Rosa, Joanna Pastrana y Tania Álvarez

Isabel Rivero debutó en febrero de 2018 en el Campeonato de Castilla y León con 30 primaveras, enfrentándose a Rocío Suárez, subcampeona de España, y aunque perdió por decisión dividida, aquel primer combate no fue una derrota, sino el inicio de una deuda que tenía pendiente consigo misma.

“Siempre he hecho deporte, pero necesitaba otra cosa. Salía a correr y hacía otras modalidades, aunque ninguna tenía un horario fijo. Necesitaba una disciplina que me hiciese tener que estar a una hora exacta en el gimnasio. Así me obligaba a no echar muchas horas extra en el trabajo. Empecé por salud mental. Mi idea era simplemente mantenerme en forma y desconectar del día a día, pero el boxeo me enamoró. Desde el primer día me encantó y fui progresando poco a poco”, recuerda en entrevistas justo después de su debut.

Aunque su acercamiento al boxeo comenzó casi como un juego, “yo había visto algo de boxeo porque a mi padre le gustaba y tenía un saco en casa, pero no le prestaba mucha atención. A lo mejor le daba un par de puñetazos cuando pasaba por ahí, pero sin más”, la disciplina se convirtió pronto en un refugio frente al estrés de su vida cotidiana.

“Estaba estresada y necesitaba sacar la tensión. Dije... voy a intentarlo con el boxeo. Vi que me gustaba, que lo hacía bien y que acababa relajada”. Dicho y hecho.

Isa Rivero en su enfrentamiento contra Sarah Bormann por el título mundial

Isa Rivero en su enfrentamiento contra Sarah Bormann por el título mundial

Isabel es química de profesión y trabaja en un laboratorio farmacéutico en el Departamento de I+D, centrada en la síntesis de principios activos de medicamentos.

Sin embargo, su otra vida la lleva al cuadrilátero, donde el esfuerzo y la técnica se convierten en su sello. Para poder preparar sus combates más importantes, ha llegado a solicitar licencias de tres semanas en su trabajo, como ocurrió este pasado mes para preparar su combate mundial.

 “Ganara o perdiera, tenía que venir hoy a currar”, comenta entre risas, demostrando su capacidad para equilibrar dos mundos tan distintos. Es decir, técnica de laboratorio farmacéutico de 09:00 a 19:00, boxeadora de élite por la noche.

Su apodo, ‘La Finita’, es un guiño al mexicano Ricardo ‘Finito’ López, ex campeón mundial del peso mínimo, y refleja tanto su contextura menuda como su perseverancia y técnica depurada.

Hoy, con 38 años, Isabel combina su jornada en el laboratorio con la preparación como campeona del mundo, manteniendo un horario que la convierte en un ejemplo de disciplina y gestión del tiempo.

De la aficionada a campeona mundial

Tras años de progresión constante, en 2022 Isabel Rivero inauguró su etapa profesional. Desde entonces ha acumulado un palmarés internacional impresionante: dos veces campeona de Europa del peso mínimo, campeona del WBC Mediterráneo y del WBA Iberoamericano, y, finalmente, campeona mundial de la WBA en la categoría de peso átomo (46.2 kg).

Con este logro, se convirtió en la tercera española en ostentar un título mundial, tras María Jesús Rosa y Joana Pastrana.

Su trayectoria profesional se ha desarrollado bajo la guía de tres entrenadores: primero Bernardo Marbán, luego Domingo Rodríguez, y finalmente Diego Uceta, actual entrenador y pareja sentimental, quien ha sido clave en su evolución dentro del ring.

Jesús Julio Carnero felicita a Isa Rivero tras retener el cinturón europeo

Jesús Julio Carnero felicita a Isa Rivero tras retener el cinturón europeo @JesusJCarnero X (antes Twitter)

Más allá de los títulos, Isabel ha querido rendir un homenaje especial en cada combate. Desde su debut profesional en junio de 2022, sube al ring con la Boina Verde de OE, un símbolo de respeto hacia quienes han servido en el ámbito militar, y que representa valores como el coraje y la entrega por la Patria.

Esta decisión surgió de forma espontánea y ha continuado como un gesto de gratitud y reconocimiento.

La pasada semana ha sido de mucho ajetreo mediático y de recibimiento en administraciones. Rivero agradeció el apoyo institucional y destacó la importancia de llevar el deporte a todos los rincones rurales: “Es imprescindible que los críos y las crías de las zonas rurales puedan hacer lo que quieran. El deporte es una base fundamental en la vida y es necesario tener ese apoyo”.

Isabel Rivero no solo ha conquistado títulos, sino que se ha convertido en un referente del boxeo femenino en Valladolid, demostrando que se puede ser científica, trabajadora y campeona mundial.

Con una sinceridad que marcó toda su intervención, confesó seguir asimilando su nuevo estatus de campeona del mundo: “Estoy un poco abrumada, la verdad. Todavía no me doy cuenta de que soy campeona. He tenido muchas llamadas”.

Su historia es un ejemplo de cómo la pasión, la constancia y la disciplina pueden transformar la vida, derribando prejuicios y abriendo camino para quienes quieran seguir sus pasos.