Marzales es un pequeño municipio de la provincia de Valladolid que cuenta, como explica su alcalde en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, con un total de 38 habitantes. Se ubica a unos 46 kilómetros de la capital pucelana. Desde allí se pueden apreciar los maravillosos entornos, con la naturaleza como protagonista, que nos regala el Valle del Hornija, en su curso más bajo.

Una localidad que, aunque pequeña, es coqueta y cuenta con una casa consistorial que está perfectamente reformada tras varias obras que se han acometido no hace mucho. Allí nos encontramos también con una iglesia parroquial que está dedicada a San Cristóbal. Del siglo XVI y de estilo mudéjar. Dentro alberga maravillosas joyas artísticas como pueden ser el retablo barroco del siglo XVIII, en la capilla mayor, o el baptisterio, situado en el cuerpo que se sitúa bajo la torre.

Dando una vuelta por Marzales también contemplamos, en pleno centro del pueblo, su pórtico. Maravilloso. Está formado por tres arcadas de medio punto. En esa Plaza Mayor se levanta la casa consistorial. Un lugar que se llena de los pocos vecinos, y muchos forasteros, que llegan hasta el lugar para celebrar, por ejemplo, las Fiestas de San Gregorio, o las de San Isidro.

José Luis Rico es, a sus 69 años, el alcalde de Marzales. Lleva siéndolo, de forma ininterrumpida, desde el año 1979. Un total de, ni más ni menos, que 44 primaveras. 11 legislaturas y camino de la 12ª, al triunfar una vez más en las Elecciones Municipales del 28 de mayo de este año. Él, empadronado en el pueblo, como debe ser y como defiende, lejos de la moda, cada vez más instaurada de que un primer edil ostente el bastón de mando en un pueblo en el que no está empadronado. Cosas de la vida.

La pasada semana, el Ministerio de Hacienda y Función Pública hacía públicos los datos de las retribuciones y dedicaciones de los cargos electos de los municipios de España, incluidos los de los alcaldes de los municipios de Castilla y León. Entre ellos no verán sueldo alguno para José Luis Rico. Lleva 44 años al frente del consistorio de Marzales sin cobrar ni una peseta en tiempos de aquella, ni un céntimo de euro, cuando aterrizó la moneda común.  

Municipio de Marzales, en la provincia de Valladolid

La infancia de José Luis y su llegada a la Alcaldía de Marzales

“Soy una persona a la que le gusta hacer las cosas con sentido común. Desde siempre he luchado por mi pueblo. He amado a Marzales. Durante 47 años, el hobby principal que he tenido ha sido mi gasolinera. Ese ha sido mi trabajo. Estaba en Vega de Valdetronco, a dos kilómetros de Marzales, y disfrutaba de lo lindo mientras atendía y hablaba con los clientes”, afirma José Luis Rico en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.

Hacemos un repaso de su vida. Su madre era de Vega de Valdetronco. Su padre de Marzales. El primer edil ha vivido siempre en Marzales, con un matiz. La escuela la cursó allí, por los años 60, cuando había, hasta que a los 12 años de edad tuvo que irse a Burgos y a Valladolid para estudiar en La Sagrada Familia durante un par de años.

Después llegó la gasolinera, allá por el año 1970, donde trabajó durante 47 veranos. Un horario bueno que le permitía, cuando llegó el turno de coger la Alcaldía, alternar varios quehaceres. También se entretenía rehabilitando una casa vieja en Marzales. Incluso sacrificaba los veranos en la playa para afrontar esos arreglos.

“En el año 1979, cuando iban a llegar las elecciones, varios vecinos van a la gasolinera y me invitan a presentarme como alcalde. Aseguraban que los que se iban a presentar no hacían nada por el pueblo. Estaba de turno de mañana. Por la tarde, comimos y preparamos la candidatura porque la gestión en el pueblo era un desastre. No se hacía nada. Aún recuerdo que nuestra candidatura era la última y que nos la recogió Tomás Rodríguez Bolaños”, explica el socialista.

Una labor, sin cobrar ni un céntimo, al frente del Ayuntamiento de Marzales

Y ahí, en ese año 1979, fue cuando José Luis cogió, tras las elecciones municipales, el bastón de mando por primera vez y lo ha mantenido en un total de 11 legislaturas seguidas. Se dice bien y pronto. Va a por la 12ª con la misma ilusión y ganas que hace ya 44 años y luchando por sus 38 habitantes.

“No se vivía la política de forma tan fuerte como ahora. Yo considero que no se hacen las cosas por pertenecer a determinado partido político. Yo lo hago por mi pueblo y por mis vecinos. Por aquel entonces éramos más de 100 vecinos y contábamos con cinco concejales, cuatro y el alcalde. Ahora somos tres. Ese día sí que recuerdo que salimos a tomar unas copillas para celebrarlo”, confiesa.

José Luis Rico

José Luis salía de su trabajo en la gasolinera y se ponía a arreglar las tuberías del pueblo. Nos confiesa, con modestia, que él fue el primero en instalar las luminarias LED en un municipio de la provincia de Valladolid. Ahora afirma que la gente que llega a Marzales asegura que “es un pueblo bien arreglado”. No en vano, hace poco tiempo acometieron las obras de la casa consistorial que ha quedado “impoluta”.

“Respecto al dinero. No he cobrado en los 44 años. Sí que oía que había, en otros lugares, retribuciones por pleno y demás, pero aquí ni eso. Yo, como alcalde, y mis concejales, lo hemos hecho todo, siempre, de forma altruista. Tenía mi trabajo en la gasolinera, cobraba de él, y llevaba las tareas del Ayuntamiento. Lo hacía por mi pueblo”, insiste nuestro entrevistado.

“Con la gratitud de mis vecinos me sobra”

“No me atrevo a decir si determinados alcaldes de pueblos perciben una retribución que pueda ser calificada de excesiva. Allá cada uno con su conciencia. Yo, me presenté con el fin de hacer lo máximo por mi pueblo y ese es el orgullo que tengo y que me queda. Aunque no cobre, con la gratitud de mis vecinos me sobra”, añade José Luis Rico.

El Ayuntamiento de Marzales

Un claro ejemplo de que el dinero no da la felicidad. A veces una simple palabra de agradecimiento sirve. El alcalde del PSOE de la provincia de Valladolid que más años lleva al frente de un ayuntamiento de forma ininterrumpida es feliz en el pueblo que nació.

“La vida aquí es complicada. Cada vez hay menos gente, pero todos los días tenemos una actividad diferente. Además, contamos con todos los servicios necesarios. A la puerta de casa nos traen la carne, el pan y diferentes congelados. Soy feliz aquí”, finaliza nuestro entrevistado.

Un alcalde que suma 44 años, 11 legislaturas y camino de 12 sin cobrar ni un céntimo.