Juan Ignacio Álvarez era un hombre sencillo, atento y fácil de trato. Más bien, era de esas personas con las que gusta tratar, hablar, debatir (porque con él se podía conversar de todo). De esos alcaldes que facilitan la labor de los periodistas. Que siempre cogen el teléfono y que te reciben en su pueblo con una sonrisa.

Nacho fallecía el viernes, a los 74 años y con algún problema de salud, y Portillo se cubría de luto. Tres días de oficial, pero el dolor por la pérdida de un gran hombre durará para siempre.

Él era un reputado médico de Atención Primaria que presidió Cruz Roja Valladolid durante 14 años. De la situación de la atención médica en el medio rural no habló pocas veces con el que les escribe.

Alcalde de Villavicencio, Villafranca y de Portillo (2015-2019), hasta esta legislatura en la que Juan Antonio Esteban, gran amigo suyo, cogió las riendas de la bella localidad vallisoletana.

“Era mi mentor y le quería como un padre”, confiesa el actual primer edil apenado todavía por la pérdida de Nacho. Socialista de cabo a rabo. Hombre cercano y humilde.

El luto finaliza en Portillo, oficialmente, en la noche de este domingo. Pero el recuerdo por el que fue un gran alcalde y mejor persona durarán para siempre.