Después de 20 días sin noticias de Esther López, la vecina de Traspinedo desaparecida el pasado 12 de enero, la Guardia Civil continúa con su incesante búsqueda para hallar indicios que lleven a esclarecer este caso, pero también está investigando en su círculo próximo en el que se han detectado versiones contradictorias.

Tras la puesta en libertad del Manitas el pasado martes, el único detenido hasta el momento, las miradas se centraron en el grupo de amigos con el que estuvo Esther la noche de su desaparición. Actualmente la Guardia Civil tiene en el punto de mira a una decena de personas entre testigos, investigados y sospechosos para tratar de dar con el paradero de la joven, entre ellos, el amigo que la vio por última vez en el cruce del restaurante la Maña, así como el propio Manitas. 

Sobre la zona continúa trabajando la Unidad Canina, los buzos del GEAS (Grupo de Actividades Subacuáticas), que siguen peinando el río Duero próximo a la zona donde se vio a la joven por última vez hace tres semanas, y además se están supervisando pozos del entorno. Los medios de búsqueda se alternan por días, con GEAS, drones y un helicóptero que exploran los alrededores de Traspinedo, cercanos al cruce de la N-122 donde se perdió la pista de Esther.

A la espera de los informes de las unidades centrales de la Guardia Civil en Madrid sobre las diez bolsas que se llevaron a analizar de la casa del Manitas, también se están llevando a cabo el rastreo de los móviles de las personas que vieron por última vez a Esther.

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