“Se prevé que en la segunda quincena de septiembre se recoja la uva en nuestra zona. Si todo va con normalidad tendremos una buena cosecha, tanto en cantidad como en calidad ya que las últimas lluvias han ayudado para que las uvas maduren con más facilidad, además de que facilita que engorden las bayas”, asegura Luis M. Centeno Malfaz.

Agricultor, de 53 años y de Cigales, que cuenta con una explotación de cereal de secano y viñedo y que contrata por estas fechas a jóvenes vendimiadores vallisoletanos que se acercan hasta la localidad pucelana para ganarse un dinerillo, eso sí, en algo más de diez días duros de trabajo sin apenas descanso.

Jóvenes estudiantes

“Suelo contratar a jóvenes estudiantes y vendimiadores de Valladolid que se acercan cada año a Cigales en busca de trabajo”, asegura en declaraciones a El Español de Castilla y León nuestro entrevistado. Luis Centeno explica que paga a 7 euros la hora a sus trabajadores, un total de 56 euros netos por jornada, al día, con lo que en total se embolsan más de 600 euros.

Este agricultor afirma que “Cigales es el patio de Valladolid” y que “la cercanía facilita el desplazamiento de muchos para trabajar” en un empleo que “es duro” y que “suele durar entre diez y quince días” con la “climatología como factor más importante” para que “el trabajo sea más o menos costoso” con “el calor como factor fundamental” y “adaptando horarios” para huir de este si aprieta.

“Yo soy uno de esos que aún se atreven a preparar cuadrilla y vendimia a mano. Al final es la culminación de los trabajos de campo en las viñas. La mecanización ha aligerado muchísimo nuestra labor pero se sigue manteniendo la vendimia manual para las parcelas de viñedo en vaso”, afirma Centeno Malfaz.

Regularización del trabajo

El coronavirus ha llevado además a que las normas sean más estrictas a la hora de vendimiar para evitar contagios y brotes que empeoren la situación epidemiológica de una provincia, por poner un ejemplo la vallisoletana, que ahora mismo cuenta con una incidencia acumulada a los 14 días de 143 casos por cada 100.000 habitantes y de 46 a la semana.

“Con el coronavirus debemos respetar una serie de protocolos que complican aún más la vendimia. Se hacen grupos pequeños con siempre las mismas personas y con horarios diferentes a otros”, nos explica el agricultor.

También añade que la regularización del trabajo en el campo “ha sido positiva en muchos aspectos” pero que “conlleva un gran volumen de papeleo y de requisitos administrativos” que “han encarecido en exceso la labor” y “ha reducido y concentrado el número de cuadrillas”.

Luis M. Centeno Malfaz. Fotografía: Jesús Pilar Sobejano 

A mano

En las tierras de Luis a mano se vendimian las viñas en vaso que no se pueden mecanizar. Ahí están las viñas viejas, algunas centenarias, de las que pueden elaborar, en bodega, vinos especiales. “Si es preciso, seleccionamos en la viña el tipo de uva a cortar dependiendo de la variedad y de la madurez entre otras características”, nos explica nuestro entrevistado.

De cara a este año de vendimia lo que desea es que “el trabajo transcurra con normalidad” y “sin complicaciones añadidas” deseando que “el mercado de la uva se mantenga estable en la zona” como “en los últimos años” con “precios razonables” y “ajustados a la calidad de la uva”.

La vendimia calienta motores en tierra de buenos vinos con muchos jóvenes y no tan jóvenes que se agarran a este empleo de apenas dos semanas para ingresar un dinero con el que tapar los ya clásicos agujeros.